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Bogotá ha vivido una transformación digna de imitar en otras capitales del mundo

Bogotá

ONU destaca a Bogotá como ejemplo de urbanización

El próximo año más de la mitad de los habitantes del mundo estarán en alguna ciudad y lo ideal es que muchas de estas urbes siguan el ejemplo de modernización de la capital de Colombia, señala el más reciente informe del Fondo para las Poblaciones.

Juliana Bedoya
26 de junio de 2007



El proceso es inevitable, las ciudades son el gran hábitat de los humanos. Esa es la conclusión del último informe sobre las poblaciones del Fondo de las Naciones Unidas para las Poblaciones (UNFPA). Y ante ese nuevo panorama, una vez más Bogotá fue tomada como ejemplo de ciudad moderna.

En un mundo que para 2008 tendrá a más de la mitad de sus habitantes en las ciudades, es clave que éstas empiecen a funcionar del mejor modo para todos los que las habitan. La tendencia indica que el próximo año 3.300 millones de personas vivirán en urbes grandes o pequeñas y en 2.030 ya serán 5.000 millones.

Todo esto sólo demuestra que es hora de cambiar el modo como se ven las ciudades. Para George Martine, responsable del informe, este fenómeno tiene que llevar a un cambio en las políticas: “Tenemos que potenciar lo positivo del proceso de urbanización”, dice mientras resalta el caso bogotano como un ejemplo a seguir. “La política en Bogotá se hizo para la gente. Que todos, ricos o pobres, puedan a acceder a cosas como la recreación es algo muy importante”.

Pero, ¿qué es lo llamativo de Bogotá?, el hecho de que a pesar de las dificultades y las enormes diferencias económicas, sea una ciudad habitable para todos. Si bien el reconocimiento a la capital no es el primero, es muy llamativo que un organismo de la ONU destaque su proceso en uno de sus informes, y que además otros países estén tomando el modelo como ejemplo.

Centroamérica por ejemplo está replicando varias políticas que se implantaron en la ciudad. La capital de El Salvador, San Salvador, es una ciudad con apenas dos millones y medio de habitantes pero que ha demostrado un fuerte crecimiento en los últimos quince años. Sus habitantes han tenido que lidiar con la inseguridad, la falta de espacio público y la pobreza, y ahora se está planeando todo un sistema de parques y de medidas para la recuperación de calles y andenes, replicando la transformación que vivió Bogotá.

Tegucigalpa, en Honduras, también le está apostando al estilo Mockus. Los mimos están en las esquinas molestando a los conductores que pisan la cebra, a los peatones que atraviesan las calles por donde quieren y a los que botan la basura en cualquier lugar. Al igual que ocurrió en Bogotá hace más de una década, pocos entienden el método y como reconoce una de sus habitantes “es un tanto ridículo, pero lo cierto es que las lecciones se están aprendiendo”.

Sin embargo el caso colombiano, en especial el bogotano, está lejos de ser la panacea. El 73 por ciento de los 44 millones de colombianos están en las ciudades. En el informe sobre las poblaciones, Martine y los otros expertos señalan a Colombia como uno de esos países en vía de desarrollo en donde la pobreza aqueja a más de la mitad de los citadinos.

Y no es para menos, un país con tan alto índice de desplazamiento interno –entre dos y tres millones– genera una cantidad inmensa de pobres en las ciudades. Según el informe, la tendencia política en todo el mundo ha sido a desalentar la migración a las ciudades, pero esto no la ha frenado, solo ha hecho que no se avance en las garantías suficientes para los que llegan, que por lo general lo hacen en circunstancias de pobreza.

Aunque los movimientos migratorios hacen su parte en los números, ahora son más los individuos que nacen en las ciudades y de estos, son muchos más los pobres que los ricos. Por eso UNFPA insiste en que no solo es importante hacer ciudades bellas y modernas, sino que éstas miren a los pobres, que vean en esta población un segmento de desarrollo, prever el crecimiento futuro de estas zonas y garantizar el acceso de todos tanto a la recreación, como a la educación y a los servicios públicos.