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Conexión Colombia

Otro puesto en la mesa

Los niños de Arauquita, una de las tantas islas de pobreza que rodean Bogotá, están celebrando. Gracias a la generosidad de estudiantes de negocios en Barcelona y la Fundación Génesis, que decidieron apoyar la labor de la Fundación Nutrir, un rudimentario fogón se convirtió en una cocina industrial que les permite disfrutar los almuerzos que sus padres muchas veces no les pueden dar.

Marcela Peláez y Santiago Torrado
30 de mayo de 2004

Al mismo tiempo que en Barcelona estudiantes de negocios llenaban sus copas de vino y cortaban el pavo en finas tajadas, en los cerros nororientales de Bogotá, contando las horas de diferencia, un grupo de niños amparados por la Fundación Nutrir se sentaban organizadamente en las mesas de un modesto salón, esperando un almuerzo que muchas veces sus padres son incapaces de darles.

El pasado 27 de noviembre, Cynthia Slater, una colombiana de padre americano reunió a un grupo de amigos de la Universidad de Navarra para celebrar la tradicional cena de acción de gracias. En la mesa se reunieron estudiantes de todos los continentes con un único propósito: recolectar 7.000 euros que se destinarían a los niños con problemas de nutrición en el barrio Arauquita, una de las muchas islas de pobreza que circundan la capital colombiana.

En las empinadas calles de este barrio, donde los taxis se niegan a llegar y algunos niños en uniformes escolares suben las estrechas escaleras mientras otros pagan los 500 pesos que un viejo jeep Toyota les cobra por hacer las veces de colectivo, funciona el cuarto Centro de Nutrir, una de las fundaciones apoyadas por Conexión Colombia. Allí, cientos de estos pequeños estudiantes acuden a recibir un almuerzo mientras van o vuelven de clases.

Fue gracias al dinero recolectado en España, canalizado a través de conexioncolombia.com, que hace poco se pudo cambiar un rudimentario fogón por una cocina industrial y dotar con una vajilla plástica de colores a este oasis en una zona aquejada por la pobreza y el desplazamiento, donde tres de cada cuatro niños sufren de desnutrición y más del 70 por ciento de las madres son cabezas de familia.

"Escogimos a Nutrir porque el mensaje principal del Thanksgiving es dar gracias e incluye una comida que se comparte con la gente que nos rodea. Nos gustó la idea de donar el dinero a una fundación que tiene como objetivo combatir la desnutrición de los niños colombianos", explica Cynthia.

El impacto de la labor de Nutrir en Arauquita es enorme. Además del programa de almuerzos, que beneficia a cerca de 250 niños todos los días, otros 90 reciben ayuda y seguimiento con sus tareas mediante el programa de contrajornada. A ellos se suman 35, menores de 5 años, que están en el programa de recuperación nutricional para evitar los daños irreversibles que una mala alimentación puede producir.

"A todo el mundo le gustaría tener los hijos en contrajornada" afirma Sandra Arias, una madre de 3 niñas cuyo único sustento es lo que recibe por sacar a pasear perros. Los gastos de sostenimiento y el espacio disponible limitan el crecimiento del centro, pero el panorama es alentador. Además de la donación que permitió dotar las instalaciones, Génesis, una fundación "sombrilla" que cobija a otras más pequeñas y que también recibe el apoyo de Conexión Colombia, decidió donar 30.000 dólares que aseguran todos los gastos de funcionamiento durante este año. "Escogimos a Nutrir porque tiene una administración extremadamente profesional y su propósito cabe claramente dentro de nuestra misión, que es apoyar organizaciones que trabajen en el área de la salud y educación para niños de bajos recursos. Nuestro proceso de selección es riguroso, y Nutrir pasó fácilmente", afirma Carolina Esquenazi, directora de Génesis.

Para cumplir con las expectativas de la comunidad, Nutrir planea abrir dos centros de aquí al 2006 y el próximo sería en esta misma zona. "Queremos tener entre 200 y 300 nuevos niños apadrinados cada año", explica Lucila Ines Porras, la directora de Nutrir. Para eso necesitan de la ayuda de personas que, como Cynthia, estén dispuestas a compartir su plato con quienes lo necesitan.

Para ver más sobre la Fundación Nutrir, o hacer una donación,