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Para volver a los mundiales

Miércoles 26. Superada la depresión por la eliminación de la Selección Colombia, Rubén Darío López analiza lo que tiene que hacer el equipo para clasificar la próxima vez.

Rubén Darío López
12 de febrero de 2006

Algunas frases hacen carrera con tal de evitar responsabilidades. El fútbol no se escapa a ello. Algunos jugadores y parte del cuerpo técnico de la eliminada selección de fútbol afirmaron: "si el resultado no se dio, fue porque Dios así lo quiso". Y así todos tranquilos. ¡Con tantas dificultades en el mundo y Dios decidiendo si vamos o no al Mundial!

Pero si no dependiera de Dios sino de los colombianos, luego de dos fracasos, la pregunta es ¿cómo volver a los mundiales?

- Los dirigentes se deben comprometer con el fútbol: No pueden los intereses personales estar por encima del bien común. Los dirigentes-empresarios son una amenaza para el fútbol, sus presiones directas o indirecta en las convocatorias, atentan contra el juego limpio pregonado por Fifa. Presidir la Fedefútbol significa responsabilidad ante el país, no un cargo diplomático para estar de aeropuerto en aeropuerto, de hotel en hotel, de congreso en congreso.

Deben los dirigentes entender que los mundiales no son el objetivo, los mundiales son el medio. Son el medio para mantener el roce internacional, que es tan necesario. Son el medio para lograr hacer partidos amistosos con selecciones serias. Son el medio para recaudar dinero y hacer planes estructurados a futuro. Son el medio para que técnicos y jugadores demuestren y refuercen sus capacidades.

Para Sudáfrica 2010, ya estamos rezagados frente a los países clasificados. Estos jugarán el próximo semestre al menos cuatro partidos de preparación y mínimo los tres de la primera ronda en Alemania. Mientras tanto nosotros, estamos discutiendo quién debe ser el técnico. Y el presidente de la Federación señalando a Maturana como responsable. ¿Acaso ellos mismos no lo nombraron? La gerencia delega la operación pero no la responsabilidad, principio antiguo de la administración.

Comprometerse con el fútbol es olvidarse del sistema absurdo de clasificación. Aunque es igual para los 10 países suramericanos, un calendario de 18 partidos va en contra de las pocas fechas disponibles en el calendario mundial. En Europa máximo juegan 12 partidos, en series de dos fechas continuas, y eso que allá, los vuelos entre naciones no exceden las tres horas. Nuestros jugadores se meten entre 13 y 17 horas entre aeropuertos. Al sumar ida y vuelta, es más de un día, un sin sentido en una eliminatoria tan larga.

Este sistema solo da dinero a las arcas de las federaciones, pero es inhumano; la misma Fifa lo cuestiona, pero nada: nuestros dirigentes felices con los ingresos de la televisión y con más viáticos para viajar. Además se premia la mediocridad. Las selecciones europeas que hoy van a la repesca, rindieron más del 60% y no les alcanza para ir al Mundial. Acá con el 50%, se asegura el tiquete.

- Se debe cambiar el sistema interno de campeonato: es una liguilla a la cual se accede rindiendo apenas el 50% y dos estrellas en el año. ¡Qué viva Macondo! Se premia la mediocridad y así vivimos la clasificación. Acá con ser octavo en el torneo se puede terminar campeón, es patético.

¿Por qué Brasil si tiene varias sedes para jugar la ronda eliminatoria? ¿Y nuestros dirigentes amarrados solo a una? ¿Sin poder sacar ventaja de ella? ¿Alguien conoce el plan estratégico de la Federación Colombiana de Fútbol? Digamos un plan a diez, cinco años, nada de nada, se trabaja al día. La única preocupación parece ser recaudar dinero, viajar, viaticar, pero construir una ruta clara  para ir a los mundiales, no existe. ¿Alguien conoce un informe detallado de parte de la Federación, señalando causas y soluciones? Ni hace cuatro años, ni ahora. Todo lo diluyen en el tiempo.

Para la próxima eliminatoria se arman dos grupos de cinco equipos. Los dos primeros de cada grupo van directo al Mundial y el mejor tercero a la repesca. Son diez partidos, organizados en cinco series de dos juegos, menos tiquetes aéreos y menos viáticos. Un sistema ante todo más humano y práctico. Primero el fútbol, luego el negocio.

-Se necesitan técnicos con liderazgo y que nos den una identidad: ¿A qué juega hoy Colombia? Gústenos o no, solo en los 90, la mal llamada rosca paisa hizo algo estructurado, partidos amistosos serios y plan de preparación. Pero con el nuevo sistema, todo desapareció, y los técnicos no han diseñado un plan B para este sistema.

Colombiano o extranjero, se requiere un líder con credibilidad ante los jugadores y  que goce del respeto de los dirigentes. Que no se deje manosear, no tema darles oportunidad a los jugadores nuevos y sentar a las figuras si no están en buen nivel. Los técnicos deben gozar de independencia, no ser presionados por intereses regionales o de los dirigentes-empresarios.

La mano del técnico para darle una identidad a nuestro fútbol ha estado ausente.  El 'toque-toque' con sus defectos y virtudes, se convirtió en nuestra forma de jugar y nos llevó a tres mundiales. Pero se nos fue la generación 'Valderrama' y no supieron los técnicos cómo jugar de otra manera, con jugadores diferentes.

- Jugadores comprometidos: Poco se discute la capacidad técnica de los nuestros, pero la falta de garra, de amor propio, de fortaleza mental es evidente. En los tres últimos partidos se tuvo la clasificación, pero salvo Yepes, Rey y Calero, en los demás el espíritu de lucha estuvo ausente. Jugar mal es algo posible, pero no luchar, no correr los 90 minutos es inconcebible cuando la clasificación solo dependía de ellos mismos.

Técnicamente no somos inferiores a Ecuador, Paraguay y menos a Uruguay, pero todos nos superan en fortaleza mental, en luchar hasta el último minuto, en meter la pierna, en no desfallecer. Ellos se ponen su camiseta y se crecen, a nosotros la amarilla nos pesa.

¿Cómo explicar, por ejemplo, el caso de Iván Ramiro? En Italia es titular indiscutible, respetado capitán del Inter, por encima de reconocidas figuras. Pero en la eliminatoria no fue ni sombra del reconocido jugador. Comparte responsabilidad frente a Uruguay y Chile en los goles que finalmente nos eliminaron. No es el único caso. El rendimiento en los equipos profesionales está lejos de lo que ofrecen jugando en la Selección. ¿Por qué no tenemos mentalidad de campeones? ¿Fallamos en concentración?

Del Vargas brillante con Boca hace dos años al suplente de hoy y con un pie afuera hay un abismo de diferencia. ¿Qué impide mantener el nivel? Y la lista es larga. Para la última convocatoria varios de nuestros 'extranjeros' venían de ser suplentes en sus equipos. El ritmo era otro.

Van dos mundiales y en ambos sextos en Suramérica, no debe de ser tan casual. Fortalecer el triángulo: dirigentes, técnico, jugadores es la prioridad para retornar a la máxima fiesta del fútbol.