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Periodista barranquillera denuncia a su ex novio por divulgar video mientras sostenían relaciones sexuales

Ante la Unidad de Vida de la Fiscalía seccional del Atlántico, se presentó esta tarde Johanna Paola Cardona Gutiérrez, para denunciar a Óscar Enrique Crespo por los delitos de tortura síquica, extorsión e injuria en los que habría incurrido al divulgar un video en el que la pareja sostenía relaciones sexuales.

Tadeo Martínez
2 de agosto de 2007

Johanna y Óscar se conocieron en la Universidad Autónoma de Barranquilla, ella acaba de terminar sus estudios de comunicación social y él se encuentra en sexto semestre de negocios y finanzas. Durante un año sostuvieron un noviazgo que terminó el pasado mes de febrero. En enero, un mes antes de que ella diera por terminada la relación, Óscar grabó un video mientras sostenían relaciones y ella dice que fue consciente de lo que él estaba haciendo, pero dice que la grabación era para verse ellos, no para divulgarlo públicamente o darlo a conocer a otras personas.

Sin embargo, cuenta Johanna, Óscar comenzó a mostrar el video a sus amigos más cercanos y desde hace 10 días comenzó a circular por Internet. Johanna dice que ella lo supo al segundo día porque alguien de la empresa donde ella estaba haciendo prácticas periodísticas, el noticiero local TB3 Noticias, le dijo que la había visto en un video sosteniendo relaciones con su ex novio.

¿Por qué Óscar procedió de esta manera? Se pregunta Johanna. La única explicación que ella encuentra es como una retaliación o venganza por haber dado por terminada la relación. En febrero, dice Johanna, algunas personas me comentaron que él estaba mostrando el video, “entonces yo lo llamé y le pregunté que por qué lo estaba haciendo, que estaba destruyendo mi vida y me dijo que lo llamara después, que estaba ocupado. Ahora que le dije que lo voy a demandar me llama cada rato para decirme que él no fue, que él vendió el celular y se le olvidó borrar el video”.

El abogado de Johanna, Armando Blanco Dugand, en diálogo con SEMANA, dijo que aunque la legislación está huérfana ante el creciente delito informático, el derecho penal tipifica esa conducta de varias maneras: primero, dice, le está infringiendo torturas síquicas graves pues pretende castigarla, intimidarla y coaccionarla para que continúe su relación amorosa con él y es un delito de injuria y calumnia que se agrava al difundirlo por un medio masivo. Esa tortura que está ejerciendo contra Johanna está relacionada con su autonomía personal, pues está vengándose de ella, lo cual lo convierte en un individuo potencialmente peligroso”.

Si el fiscal 38 de la Unidad de Vida, ante el cual se presentó la denuncia, la admite, deberá llamar a Óscar Enrique Crespo en los próximos días y vincularlo mediante indagatoria y como medida preventiva, dice el abogado Blanco Dugand, detenerlo pues el delito de tortura síquica es de tal gravedad que estipula entre ocho y 15 años de prisión.

Blanco Dugand cree que es hora de que el Congreso de la República legisle sobre el tema porque existen vacíos, la legislación está huérfana y no se contemplan acciones ejemplarizantes para estos delitos, que tienen ocurrencia en espacios virtuales en donde se desconoce el volumen de personas que pueden tener acceso a una información que en principio era privada y exclusiva de dos personas que habían aceptado compartirla de manera exclusiva.

SEMANA intentó obtener la versión de Óscar Enrique Crespo, y pidió que lo llamaran más tarde.

Blanco Dugand, entre tanto, aconsejó a su defendida no aceptar llamadas de Crespo porque podría ponerle una nueva trampa. Johanna pide a las jóvenes que no confíen plenamente en sus novios, que mantengan un mínimo de malicia, pues, sostiene, “uno no sabe si un gesto es sincero o hasta cuándo pueda uno confiar en una persona con la que sostuvo una relación seria de más de un año. Yo estaba confiada, le había pedido que lo borrara y él me dijo que no lo haría porque le gustaba”.

Este caso ha afectado a Johanna de tal manera que su nominación por parte del distrito de Barranquilla como candidata al reinado del dividivi en La Guajira, fue cancelada y en la calle la identifican y señalan como si se tratara de una mujer cualquiera. Las consecuencias tanto para ella como para él, pueden ser supremamente graves. Ella teme que le cierren las puertas en los medios en los que ha trabajado desde que está en quinto semestre y él, en caso de prosperar la denuncia, podría ser privado de la libertad.