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Informe Especial

Petróleo, la clave de la revolución

Chávez asumió el poder con el barril de petróleo a siete dólares. Hoy está a 58 dólares. Esa diferencia de 51 dólares ha sido determinante para la revolución bolivariana

Juanita León
10 de abril de 2005

Durante la campaña presidencial, Chávez se opuso a la política de apertura petrolera emprendida por Venezuela desde los 90 y a la práctica sistemática de violar las cuotas de producción de la Opep. Una vez asumió el poder, Chávez ajustó su producción para subir el precio de petróleo, lo que le generó a Venezuela 21.000 millones de dólares extras en su primer año. También impulsó una agresiva política de precios con la Opep -donde Venezuela ha tenido un importante liderazgo- y con los productores independientes como México, Rusia y Noruega que contribuyó a mejorar el precio internacional del crudo.

"El presidente le está dando un uso más geopolítico al petróleo", dice el experto en petróleos Luis Lander. "Lo está utilizando para fortalecer la integración latinoamericana". Aprovechando el viejo convenio de San José entre México y Venezuela para ayudar a financiar el petróleo en Centroamérica, Chávez ha expandido su política al resto del Caribe y América Latina, privilegiando a los gobiernos de izquierda. Además de un acuerdo que firmó con Cuba para darle un tercio del petróleo que necesita con grandes descuentos durante cinco años, Chávez ha suscrito convenios generosos con Brasil, Argentina y Uruguay. Con estos 'regalos' -consideran algunos analistas-, el Presidente venezolano ha conseguido un apoyo sólido en la región para su revolución bolivariana o a lo sumo, una neutralidad garantizada de estos países.

Además de ser el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos, Venezuela tiene seis refinerías en ese país y es dueño de Citgo, con 14.000 gasolineras en todos los estados. Sin embargo, Chávez ha optado por diversificar sus relaciones petroleras. China ya opera dos pozos petroleros en Venezuela y acaba de firmar un acuerdo para explotar 15 más en el oriente venezolano y comprar 120.000 barriles de crudo pesado al mes.

Chávez también promovió un revolcón en la industria petrolera. Nombró al ex guerrillero y experto petrolero Alí Rodríguez como ministro de Energía y luego como presidente de Pdvsa. Y bajo su mandato sustituyó toda la élite petrolera. Pdvsa -que aporta la mitad de los ingresos del gobierno- funcionaba como una multinacional, con unos ejecutivos formados en las mejores universidades del mundo y cuya competitividad era comparada con la de los petroleros de la Shell o de la Exxon Mobil. Sin embargo, a raíz del paro petrolero de tres meses a finales de 2002, Chávez despidió en un solo día a 18.000 empleados de Pdvsa, incluida toda la plana mayor, y los sustituyó por gente de menor calidad técnica pero con un mayor compromiso con su revolución.

Pdvsa se convirtió así en el principal vehículo para el cambio social. En cambio de reinvertir sus cuantiosas utilidades en nuevas exploraciones, ahora financia con 2.000 millones de dólares anuales un buen porcentaje de las misiones sociales del gobierno. "Ahora Pdvsa se ve en los barrios", dice Lander.

Otros expertos opinan que las nuevas políticas chavistas debilitarán a Pdvsa. Explican que no se ha recuperado totalmente del paro de 2002 y que, sin inversiones anuales de 5 millones de dólares en nuevos proyectos, la petrolera puede enfrentar a mediano plazo un declive en su producción. La nueva ley de hidrocarburos, expedida en 2001, dificulta la participación extranjera en los negocios lucrativos pues exige regalías del 30 por ciento para petróleo y del 20 por ciento para gas. Y el despido de la gente que más sabía de crudo en el país y en cuya formación el Estado había invertido millones de bolívares es una pérdida cuyo costo aún no se ha calculado. Sin embargo, con los precios por las nubes, el gobierno puede aún darse el lujo de muchas equivocaciones.