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Phillip Johnson: un arquitecto con muchas caras

La semana pasada murió uno de los grandes arquitectos del mundo. SEMANA.COM recuerda su obra.

Alberto Escovar Wilson-White
30 de enero de 2005

El arquitecto Phillip Johnson contaba que se había interesado en la arquitectura cuando tenía 18 años y leyó un artículo en una revista escrito por Henry Russell Hitchcock, quien luego sería su compañero de curaduría en la célebre exposición denominada The International Style: "Era un escrito sobre J.J.P. Oud uno de los pioneros de la arquitectura holandesa. Esa tarde, cuando terminé el artículo - que era completamente ilegible pero que estaba afortunadamente bien ilustrado - decidí que me convertiría en un arquitecto. Esto sucedió exactamente en tres horas y nunca había contemplado esta posibilidad hasta entonces".

Johnson había nacido en Cleveland, Ohio en 1906 y posteriormente cursó estudios de filosofía en la universidad de Harvard, de donde se graduó con honores. En 1927 emprendió una gira por Europa en donde tuvo contacto con la arquitectura que se estaba desarrollando en ese momento y que se convertiría en una de sus pasiones. Al regreso inició una maestría en Historia de la Arquitectura y al terminar empezó a trabajar como Director de Arquitectura del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Allí, con su viejo mentor Hitchcock, organizó la exposición International Style: Arquitecture 1922-1932, que le daría fama internacional. No sólo porque permitió difundir la obra de arquitectos europeos como Walter Gropius, Erich Mendelson, Le Corbusier o Mies van der Rohe sino porque bajo esa denominación se catalogó toda una tendencia arquitectónica. El Estilo Internacional se caracterizó por su concepción minimalista, en donde primaba el funcionalismo y se rechazaba todo tipo de ornamentación superflua.

Cada vez mas involucrado con la arquitectura, Johnson finalmente decidió ingresar en 1940 a la Facultad de Diseño de la Universidad de Harvard a estudiar bajo la tutela de Marcel Breur. Se familiarizó con las ideas del arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe, célebre por su lema de "Menos es más".

Mies intentó crear espacios contemplativos, neutrales a través de una arquitectura basada en la honestidad estructural y de los materiales. Para él, si un edificio se apoyaba sobre columnas de acero no tenía sentido cubrirlas con ladrillo o cemento, sino por el contrario había que mostrarlas tal y como éstas eran.

Producto de varias inversiones exitosas, Johnson se convirtió en un hombre acaudalado que se dio el lujo de construir en su finca el proyecto de tesis con el que obtuvo su título de arquitecto y en donde puso en práctica las enseñanzas de su maestro Mies. Esta construcción, conocida como la "Casa de Cristal" (1949), localizada en New Canaan (Connecticut), está claramente inspirada en la Casa Farnsworth de Mies y ha sido considerada como la más bella, pero al mismo tiempo, menos funcional de las casas. Está compuesta por un sencillo paralelepípedo con estructura de acero completamente cubierto por vidrio en cuyo interior únicamente hay un volumen circular en ladrillo, que divide el espacio, en donde se encuentra situado el baño.

Johnson siempre admitió que la había construido como un manifiesto de la arquitectura y no para ser habitada, aclaración que se entiende si se considera que ponerle cortinas, para obtener cierta intimidad, hubiera sido considerado un verdadero sacrilegio.

Mies y Johnson tuvieron en 1958 la oportunidad de trabajar juntos en el diseño del edificio Seagram en donde pudieron desarrollar sus ideas de funcionalismo y transparencia en un rascacielos de 38 pisos completamente cubierto por vidrio. Solución estética que hoy en día no sorprende si se tiene en cuenta que se ha repetido hasta el agotamiento en todas las latitudes y climas de la geografía universal hasta convertirse en un icono de la banalidad arquitectónica. Pero se debe aclarar que éste tiene el mérito de haber sido el primero de la serie y en su momento -y aún hoy- es considerado un importante aporte a la arquitectura.

La obra de Johnson consiguió un segundo aire en la década de los años 80 del siglo pasado cuando se convirtió en un ferviente defensor del Postmodernismo. Por fortuna, Mies había ya muerto cuando su antiguo discípulo decidió alinearse con este movimiento que echó mano de todo el repertorio formal neoclásico conformado por frontones, columnas, capiteles, molduras y cornisas que fueron despojados de todo su sentido funcional. De alguna manera eran utilizados como el aderezo que se le pone a una pizza antes de llevarla al horno, actitud que se convirtió en una clara afrenta al funcionalismo y a la simplicidad estética que con tanto fervor había defendido en años anteriores.

El arquitecto colombiano Gabriel Pardo, quien estaba de intercambio en la Universidad de Pratt en Nueva York tuvo la oportunidad de conocer a Johnson en esa época y lo recuerda como un "tipo bajito, de gafas redondas y bastante engreído, que no tenía ningún tipo de teoría distinta a la adulación de sí mismo". Junto con otros arquitectos colombianos, Pardo pudo realizar una visita en compañía de Johnson a una de sus obras más controversiales: la sede de la AT & T. El sencillo y geométrico rascacielos del Estilo Internacional había dado paso a un edificio rematado por un gigantesco frontón barroco que aludía más a la obra del arquitecto alemán neoclásico del siglo XVIII Karl Friedrich von Schinchel que a la de Mies.

A pesar de todo, Johnson se encargó de estar siempre en el lugar adecuado que le permitió ingresar en la historia de la arquitectura y nunca dejó de generar controversia incluso después de muerto. A raíz de una ruptura con el Museo de Arte Moderno a quien iba a legar su finca en New Canaan, cambió de parecer y la heredó al gobierno de los Estados Unidos que de inmediato la adoptó como parte de su patrimonio cultural construido. Una mala noticia para el museo que le dio su apoyo a lo largo de su vida pero buena para aquellos que a partir de ahora quieran conocer esta destacada obra arquitectónica y que se constituye en una de las razones por las cuales Johnson será siempre rememorado, como él mismo lo había previsto.

En 1963, el crítico de arquitectura John Peter le preguntó porqué obra el pensaba que sería reconocido y éste respondió que "Mendelson (Erich, arquitecto alemán) una vez escribió que los arquitectos son recordados por los edificios de un solo espacio. Qué verdadero. Los únicos edificios por los cuales he obtenido premios son la Casa de Cristal, un Reactor en Israel y la iglesia de New Harmony, no por mis edificios de oficinas. Son una simple concepción, un solo destello por el cual uno es recordado (.)".

* Alberto Escovar es experto en historia de la arquitectura y autor de varios libros