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Por fin, Bogotá para todos

Anoche, la Alcaldía Mayor lanzó en el bar Theatron la política pública para la inclusión de homosexuales: “Bogotá Territorio de la Diversidad”. Manuel Velandia reconstruye lo sucedido en un acto al que asistieron cerca de cinco mil personas.

Manuel Antonio Velandia Mora
29 de junio de 2006

Hace no muchos años en Bogotá, cuando la homosexualidad aún era delito en Colombia, la policía llegaba a los bares, nos detenía por estar bailando entre “maricas”, nos montaban en la “jaula”, nos llevaban de “paseo” a las inmediaciones del cerro de Monserrate, nos desnudaban y bañaban con agua fría, nos dejaban abandonados y con la ropa botada en la carretera, a algunos kilómetros de allí. A las travestís les iba aún peor; además les rompían los tacones, pelucas, vestidos e inclusive les cortaban el pelo.

Ya no tenemos que regresar al amanecer, desnudos o en ropa interior a nuestras casas. La Constitución en sus 15 años y la organización de las lesbianas, gay, bisexuales y transgeneristas –LGBT- de Bogotá en una mesa de trabajo conjunta con representantes de las diferentes entidades estatales distritales y un grupo de concejales han logrado cambios significativos. Lo de ayer en Bogotá es la mejor muestra.

La noche del 28 de junio, día gay internacional, fue escogida por la Alcaldía de Bogotá para llevar a cabo el Lanzamiento de la Política pública en relación con personas LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transgénero) en la ciudad.

En un acto con lleno total en Theatron, un reconocido bar gay de Chapinero, en el que convergieron el alcalde Luis Eduardo Garzón, los concejales Gilma Jiménez, Lariza Pizano y Carlos Vicente de Roux, la Alcaldesa de Chapinero Angélica Lozano, el Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, los miembros de la Junta administradora de esta localidad, un nutrido grupo de funcionarios del gabinete y de diferentes instituciones distritales, así como los miembros de la “Alianza para el reconocimiento de la ciudadanía plena de las personas LGBT y con identidades de género y sexualidades no normativas” se lanzó la “Política Distrital: Bogotá Territorio de Diversidad”.

Los más de cinco mil LGBT presentes no podían dar crédito a lo que allí sucedía, aunque ya previamente se habían sorprendido con el preámbulo del lanzamiento de la política: ver la ciudad inundada de afiches y pendones con ilustraciones de hombres y mujeres de las diversas orientaciones sexuales.

El emotivo discurso de la representante de la Alianza LGBT de Bogotá fue el punto de inicio del evento. Ella recordó la falta de reconocimiento de los derechos civiles de las parejas del mismo sexo y las violencias cotidianas que son perpetradas contra los LGBT y destacó la importancia que tiene el vivir en una ciudad cuyos ciudadanos, gobernantes y autoridades de policía, en la escuela, en los espacios públicos y en las entidades estatales, puedan reconocer a sus poblaciones vulnerables y no negarle sus derechos.

El Concejal del Polo De Roux afirmó que “fue la indignación y la solidaridad que sienten las concejalas y concejales frente a la reiterada actitud de menosprecio, exclusión, segregación y marginación de la población homosexual en Colombia, que se expresa en los sordos actos y omisiones de los dirigentes del país y de la ciudadanía lo que los llevó a proponer el Acuerdo al Concejo de Bogota”. Dijo además que “el tema de los derechos de los LGBT no es un tema de minorías, es un tema de todos los que son sensibles a la necesidad de defender la democracia en el país, porque ésta no se mide por el respaldo de las mayorías, sino por su actitud frente a sus minorías”.

El Alcalde fue enfático al decir que “en Bogotá existe esta población y lo que nosotros queremos hacer es darle empoderamiento; no es una dádiva sino un derecho, deben reconocerse como una comunidad que es absolutamente fundamental y que tiene el derecho a no ser estigmatizada, agredida, porque es una de las poblaciones más afectadas…y porque uno tiene derecho a hacer con el cuerpo lo que se le da la gana”.

La alcaldesa Lozano confirmó que el Centro comunitario de Chapinero abrirá sus puertas en septiembre y atenderá cinco mil personas en su primer año. Anunció, además, el nombramiento de un oficial de enlace de la Policía con la comunidad LGBT. El Alcalde cerró el evento anunciando que “en un año se celebrará en la ciudad un encuentro LGBT internacional en el que se pedirá a los invitados de otros países ser veedores de si la ciudad cumple o no con la política y además, ésta comunidad será la testigo de que quien llegue a la alcaldía no puede recular en esta política”.

El futuro

No espero que los cambios sucedan de la noche a la mañana pero sí confío en que se haga realidad la investigación de los asesinatos de homosexuales en la ciudad, que ciertos miembros de la Policía no me vuelvan a decir “abra las piernas marica” cuando me van a requisar, que llegue pronto el día en que quienes tienen temores encuentren la posibilidad de usar la línea telefónica de información para encontrar orientación en su sexualidad y salud sexual, y que cuando la gente vea una vez más la sigla “LGBT” sepa que es un sector social que cuenta con los mismos derechos, oportunidades y responsabilidades de las otras comunidades habitantes de la ciudad. La igualdad proviene, entre otras cosas, de reconocer que existen otros con formas diferentes y respetables de ver y vivir la vida. Y este reconocimiento, si parte del Estado, es un aporte muy significativo por cuanto establece que el bienestar es un derecho de todos y todas.