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¿Punto de giro?

El 2005 podría ser la última oportunidad para cambiar el destino de África. Además del artículo central, disfrute un mapa interactivo y una columna del Centro de Estudios Africanos del Externado sobre las experiencias de paz en el continente

Santiago Torrado*
10 de julio de 2005

esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión por África creada en febrero de 2004 para mirar su "pasado, presente y futuro" y generar acciones concretas.
 
Aunque los escépticos lo ven como el ejercicio de relaciones públicas de un gobierno cuestionado por la guerra en Irak, las expectativas en África son inmensas y para muchos puede ser la última esperanza.
 
Además del diagnóstico de la comisión sobre el África, varios eventos convergen a su favor este año. Para empezar, la influencia de Gran Bretaña se verá potenciada gracias a la presidencia tanto de la Unión Europea como del G8 (el grupo de los países más industrializados del mundo) que se reunirá en julio en Glasgow.
 
A ese empujón se suma el balance de las metas de desarrollo del milenio que una comisión especial de la ONU realizará en septiembre. En la declaración del año 2000 el mundo se comprometió a reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 y desaparecerla para 2025. Es de esperar un saldo en rojo, especialmente en los países del África subsahariana, que llame a tomar medidas.
 
Otra ayuda importante viene de la visibilidad de movimientos como el Jubileo 2000 o Drop The Debt (condonen la deuda) que han mantenido el tema en la agenda. Precisamente un nuevo movimiento llamado esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión por África creada en febrero de 2004 para mirar su "pasado, presente y futuro" y generar acciones concretas.
 
Aunque los escépticos lo ven como el ejercicio de relaciones públicas de un gobierno cuestionado por la guerra en Irak, las expectativas en África son inmensas y para muchos puede ser la última esperanza.
 
Además del diagnóstico de la comisión sobre el África, varios eventos convergen a su favor este año. Para empezar, la influencia de Gran Bretaña se verá potenciada gracias a la presidencia tanto de la Unión Europea como del G8 (el grupo de los países más industrializados del mundo) que se reunirá en julio en Glasgow.
 
A ese empujón se suma el balance de las metas de desarrollo del milenio que una comisión especial de la ONU realizará en septiembre. En la declaración del año 2000 el mundo se comprometió a reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 y desaparecerla para 2025. Es de esperar un saldo en rojo, especialmente en los países del África subsahariana, que llame a tomar medidas.
 
Otra ayuda importante viene de la visibilidad de movimientos como el Jubileo 2000 o Drop The Debt (condonen la deuda) que han mantenido el tema en la agenda. Precisamente un nuevo movimiento llamado Make Poverty History (algo así como 'convertir la pobreza en historia') recoge la antorcha de las iniciativas anteriores por medio de todo tipo de campañas. Celebridades como Hugh Grant y Angelina Jolie, Organizaciones No Gubernamentales y ciudadanos del común hacen parte del movimiento, que desde ya está planeando un gran evento en Edimburgo, paralelo a la reunión del G8, para demostrar que la pobreza mundial le preocupa a la opinión pública y presionar acciones concretas.
 
La radiografía
 
Bajo el sugerente título de " esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión por África creada en febrero de 2004 para mirar su "pasado, presente y futuro" y generar acciones concretas.
 
Aunque los escépticos lo ven como el ejercicio de relaciones públicas de un gobierno cuestionado por la guerra en Irak, las expectativas en África son inmensas y para muchos puede ser la última esperanza.
 
Además del diagnóstico de la comisión sobre el África, varios eventos convergen a su favor este año. Para empezar, la influencia de Gran Bretaña se verá potenciada gracias a la presidencia tanto de la Unión Europea como del G8 (el grupo de los países más industrializados del mundo) que se reunirá en julio en Glasgow.
 
A ese empujón se suma el balance de las metas de desarrollo del milenio que una comisión especial de la ONU realizará en septiembre. En la declaración del año 2000 el mundo se comprometió a reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 y desaparecerla para 2025. Es de esperar un saldo en rojo, especialmente en los países del África subsahariana, que llame a tomar medidas.
 
Otra ayuda importante viene de la visibilidad de movimientos como el Jubileo 2000 o Drop The Debt (condonen la deuda) que han mantenido el tema en la agenda. Precisamente un nuevo movimiento llamado Make Poverty History (algo así como 'convertir la pobreza en historia') recoge la antorcha de las iniciativas anteriores por medio de todo tipo de campañas. Celebridades como Hugh Grant y Angelina Jolie, Organizaciones No Gubernamentales y ciudadanos del común hacen parte del movimiento, que desde ya está planeando un gran evento en Edimburgo, paralelo a la reunión del G8, para demostrar que la pobreza mundial le preocupa a la opinión pública y presionar acciones concretas.
 
La radiografía
 
Bajo el sugerente título de "Nuestro interés común" la Comisión por África  publicó en marzo su reporte de más de 400 páginas, escrito con la cooperación de líderes africanos. Además de hacer un repaso por los ya ampliamente documentados problemas de África el informe contiene una larga lista de políticas de los países desarrollados que afectan negativamente al continente.
 
Uno de los casos más dramáticos es el de los subsidios agrícolas. África, dónde la agricultura es la fuente del 70 por ciento del empleo, se ve directamente perjudicada por la política de los países desarrollados de gastar unos 350 mil millones de dólares al año en subsidios. Varios de los miembros del G8, como Francia, Italia y Alemania, se benefician de la política proteccionista de la Unión Europea. Cada vaca en Europa recibe cerca de dos dólares diarios, lo que equivale a casi el doble de lo que recibe la mitad de los africanos para subsistir.
 
Dentro de esas políticas nocivas también se señala la venta de armas, la demanda de deudas impagables a países pobres y el pago de sobornos por parte de compañías multinacionales.
 
Otra de las recomendaciones es la decidida persecución del lavado de dinero de la corrupción africana, que termina en millonarias cuentas de bancos occidentales y aun no es tratado con la seriedad de los fondos de las drogas o el terrorismo.
 
En cuanto a la ayuda exterior, la meta concreta del reporte es que los países desarrollados incrementen  sus aportes hasta llegar al 0,7 por ciento de su producto interno bruto. Si esto se logra, África será la principal beneficiaria.
 
Pero de todas las recomendaciones, la más importante del informe es que las medidas se deben aplicar como un paquete completo, no escogiendo individualmente cuáles convienen en cada caso. El mensaje es claro: no se puede construir una represa y seguir vendiendo armas a grupos rebeldes o incrementar la ayuda mientras se sigue subsidiando a los campesinos europeos.
 
Las piedras en el camino
 
Los obstáculos para lograr un punto de giro son numerosos. Uno de los principales será la propia política africana. Como bien lo señalaba el reporte, la ayuda se debe destinar a gobiernos capaces de sacarle provecho. "Sin progreso en el gobierno todas las otras reformas tendrán un impacto limitado" advierte. Y en muchos casos, como lo ejemplifica Zimbabue (ver mapa interactivo), los gobiernos africanos dejan mucho que desear.
 
Pero también hay ejemplos de democracias exitosas, como Ghana, y algunos indicios esperanzadores. Algunas esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión por África creada en febrero de 2004 para mirar su "pasado, presente y futuro" y generar acciones concretas.
 
Aunque los escépticos lo ven como el ejercicio de relaciones públicas de un gobierno cuestionado por la guerra en Irak, las expectativas en África son inmensas y para muchos puede ser la última esperanza.
 
Además del diagnóstico de la comisión sobre el África, varios eventos convergen a su favor este año. Para empezar, la influencia de Gran Bretaña se verá potenciada gracias a la presidencia tanto de la Unión Europea como del G8 (el grupo de los países más industrializados del mundo) que se reunirá en julio en Glasgow.
 
A ese empujón se suma el balance de las metas de desarrollo del milenio que una comisión especial de la ONU realizará en septiembre. En la declaración del año 2000 el mundo se comprometió a reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 y desaparecerla para 2025. Es de esperar un saldo en rojo, especialmente en los países del África subsahariana, que llame a tomar medidas.
 
Otra ayuda importante viene de la visibilidad de movimientos como el Jubileo 2000 o Drop The Debt (condonen la deuda) que han mantenido el tema en la agenda. Precisamente un nuevo movimiento llamado Make Poverty History (algo así como 'convertir la pobreza en historia') recoge la antorcha de las iniciativas anteriores por medio de todo tipo de campañas. Celebridades como Hugh Grant y Angelina Jolie, Organizaciones No Gubernamentales y ciudadanos del común hacen parte del movimiento, que desde ya está planeando un gran evento en Edimburgo, paralelo a la reunión del G8, para demostrar que la pobreza mundial le preocupa a la opinión pública y presionar acciones concretas.
 
La radiografía
 
Bajo el sugerente título de "Nuestro interés común" la Comisión por África  publicó en marzo su reporte de más de 400 páginas, escrito con la cooperación de líderes africanos. Además de hacer un repaso por los ya ampliamente documentados problemas de África el informe contiene una larga lista de políticas de los países desarrollados que afectan negativamente al continente.
 
Uno de los casos más dramáticos es el de los subsidios agrícolas. África, dónde la agricultura es la fuente del 70 por ciento del empleo, se ve directamente perjudicada por la política de los países desarrollados de gastar unos 350 mil millones de dólares al año en subsidios. Varios de los miembros del G8, como Francia, Italia y Alemania, se benefician de la política proteccionista de la Unión Europea. Cada vaca en Europa recibe cerca de dos dólares diarios, lo que equivale a casi el doble de lo que recibe la mitad de los africanos para subsistir.
 
Dentro de esas políticas nocivas también se señala la venta de armas, la demanda de deudas impagables a países pobres y el pago de sobornos por parte de compañías multinacionales.
 
Otra de las recomendaciones es la decidida persecución del lavado de dinero de la corrupción africana, que termina en millonarias cuentas de bancos occidentales y aun no es tratado con la seriedad de los fondos de las drogas o el terrorismo.
 
En cuanto a la ayuda exterior, la meta concreta del reporte es que los países desarrollados incrementen  sus aportes hasta llegar al 0,7 por ciento de su producto interno bruto. Si esto se logra, África será la principal beneficiaria.
 
Pero de todas las recomendaciones, la más importante del informe es que las medidas se deben aplicar como un paquete completo, no escogiendo individualmente cuáles convienen en cada caso. El mensaje es claro: no se puede construir una represa y seguir vendiendo armas a grupos rebeldes o incrementar la ayuda mientras se sigue subsidiando a los campesinos europeos.
 
Las piedras en el camino
 
Los obstáculos para lograr un punto de giro son numerosos. Uno de los principales será la propia política africana. Como bien lo señalaba el reporte, la ayuda se debe destinar a gobiernos capaces de sacarle provecho. "Sin progreso en el gobierno todas las otras reformas tendrán un impacto limitado" advierte. Y en muchos casos, como lo ejemplifica Zimbabue (ver mapa interactivo), los gobiernos africanos dejan mucho que desear.
 
Pero también hay ejemplos de democracias exitosas, como Ghana, y algunos indicios esperanzadores. Algunas experiencias de construcción  de paz son destacables. El continente sufre menos conflictos que hace 10 años. El número de guerras civiles bajó de 15 a 9 entre 2002 y 2003. En Angola, Sierra Leona, Liberia, Congo y Sudán los conflictos han terminado o se han calmado (ver mapa interactivo).
 
La ausencia de guerra no implica por sí misma paz y desarrollo, pero también hay algunos avances en cultura política. El continente tiene 30 democracias, mientras en 1973 eran apenas tres, y más de dos terceras partes de los países tuvieron algún tipo de elección democrática con varios partidos en los últimos cinco años.
 
A eso se suman nuevas organizaciones como la esta es la mejor oportunidad para África en una generación. Yo puedo prometer que Gran Bretaña usará su presidencia en el G8 y la UE para presionar otros países a enlistarse en el llamado de acción que revelamos hoy" aseguró Blair en una carta abierta cuando divulgó recientemente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión por África creada en febrero de 2004 para mirar su "pasado, presente y futuro" y generar acciones concretas.
 
Aunque los escépticos lo ven como el ejercicio de relaciones públicas de un gobierno cuestionado por la guerra en Irak, las expectativas en África son inmensas y para muchos puede ser la última esperanza.
 
Además del diagnóstico de la comisión sobre el África, varios eventos convergen a su favor este año. Para empezar, la influencia de Gran Bretaña se verá potenciada gracias a la presidencia tanto de la Unión Europea como del G8 (el grupo de los países más industrializados del mundo) que se reunirá en julio en Glasgow.
 
A ese empujón se suma el balance de las metas de desarrollo del milenio que una comisión especial de la ONU realizará en septiembre. En la declaración del año 2000 el mundo se comprometió a reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015 y desaparecerla para 2025. Es de esperar un saldo en rojo, especialmente en los países del África subsahariana, que llame a tomar medidas.
 
Otra ayuda importante viene de la visibilidad de movimientos como el Jubileo 2000 o Drop The Debt (condonen la deuda) que han mantenido el tema en la agenda. Precisamente un nuevo movimiento llamado Make Poverty History (algo así como 'convertir la pobreza en historia') recoge la antorcha de las iniciativas anteriores por medio de todo tipo de campañas. Celebridades como Hugh Grant y Angelina Jolie, Organizaciones No Gubernamentales y ciudadanos del común hacen parte del movimiento, que desde ya está planeando un gran evento en Edimburgo, paralelo a la reunión del G8, para demostrar que la pobreza mundial le preocupa a la opinión pública y presionar acciones concretas.
 
La radiografía
 
Bajo el sugerente título de "Nuestro interés común" la Comisión por África  publicó en marzo su reporte de más de 400 páginas, escrito con la cooperación de líderes africanos. Además de hacer un repaso por los ya ampliamente documentados problemas de África el informe contiene una larga lista de políticas de los países desarrollados que afectan negativamente al continente.
 
Uno de los casos más dramáticos es el de los subsidios agrícolas. África, dónde la agricultura es la fuente del 70 por ciento del empleo, se ve directamente perjudicada por la política de los países desarrollados de gastar unos 350 mil millones de dólares al año en subsidios. Varios de los miembros del G8, como Francia, Italia y Alemania, se benefician de la política proteccionista de la Unión Europea. Cada vaca en Europa recibe cerca de dos dólares diarios, lo que equivale a casi el doble de lo que recibe la mitad de los africanos para subsistir.
 
Dentro de esas políticas nocivas también se señala la venta de armas, la demanda de deudas impagables a países pobres y el pago de sobornos por parte de compañías multinacionales.
 
Otra de las recomendaciones es la decidida persecución del lavado de dinero de la corrupción africana, que termina en millonarias cuentas de bancos occidentales y aun no es tratado con la seriedad de los fondos de las drogas o el terrorismo.
 
En cuanto a la ayuda exterior, la meta concreta del reporte es que los países desarrollados incrementen  sus aportes hasta llegar al 0,7 por ciento de su producto interno bruto. Si esto se logra, África será la principal beneficiaria.
 
Pero de todas las recomendaciones, la más importante del informe es que las medidas se deben aplicar como un paquete completo, no escogiendo individualmente cuáles convienen en cada caso. El mensaje es claro: no se puede construir una represa y seguir vendiendo armas a grupos rebeldes o incrementar la ayuda mientras se sigue subsidiando a los campesinos europeos.
 
Las piedras en el camino
 
Los obstáculos para lograr un punto de giro son numerosos. Uno de los principales será la propia política africana. Como bien lo señalaba el reporte, la ayuda se debe destinar a gobiernos capaces de sacarle provecho. "Sin progreso en el gobierno todas las otras reformas tendrán un impacto limitado" advierte. Y en muchos casos, como lo ejemplifica Zimbabue (ver mapa interactivo), los gobiernos africanos dejan mucho que desear.
 
Pero también hay ejemplos de democracias exitosas, como Ghana, y algunos indicios esperanzadores. Algunas experiencias de construcción  de paz son destacables. El continente sufre menos conflictos que hace 10 años. El número de guerras civiles bajó de 15 a 9 entre 2002 y 2003. En Angola, Sierra Leona, Liberia, Congo y Sudán los conflictos han terminado o se han calmado (ver mapa interactivo).
 
La ausencia de guerra no implica por sí misma paz y desarrollo, pero también hay algunos avances en cultura política. El continente tiene 30 democracias, mientras en 1973 eran apenas tres, y más de dos terceras partes de los países tuvieron algún tipo de elección democrática con varios partidos en los últimos cinco años.
 
A eso se suman nuevas organizaciones como la Unión Africana, un bloque continental que emula a la Unión Europea en reemplazó a la ineficaz Organización para la Unidad Africana, o la Nueva Iniciativa de Desarrollo para África (Nepad), que compromete a las administraciones africanas a un mejor gobierno, a terminar las guerras, reducir la pobreza, promover el comercio y el desarrollo a cambio de inversión.
 
Como lo señala el economista Jeffrey Sachs, autor de El fin de la pobreza, en muchos aspectos África enfrenta los mismos retos y pesimismo que Asia superó hace 40 años: producir suficiente comida, controlar las enfermedades mortales y mejorar los sistemas de transporte e infraestructura. A pesar de las diferencias, el ejemplo es tranquilizador. Asia tuvo su 'revolución verde' y la expectativa de vida ha subido de 44 a 63 años en el sur de Asia y de 39 a 69 en el este en dos generaciones. El timonazo es posible y la oportunidad inaplazable.

*Periodista de SEMANA.COM. Correo: