Home

On Line

Artículo

El ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, con la camiseta de "No al despeje". (Fotos: Archivo SEMANA)

Búsqueda de la paz

¿Qué busca el Ministro de Agricultura con su campaña de ‘no al despeje’?

Nadie entiende por qué si el presidente Álvaro Uribe ofreció una zona de encuentro para hablar con las Farc y prohibió a sus funcionarios hablar del tema, su ministro Andrés Felipe Arias insiste en no despejar ninguna zona del país.

11 de diciembre de 2007

Despeje, zona de encuentro, de distensión, zona desmilitarizada. Llámese como se llame, el Presidente de la República dijo muy claramente el pasado viernes que estaba dispuesto a conceder un lugar, en cualquier parte del país, de 150 kilómetros cuadrados para que su gobierno se siente a hablar con las Farc sobre el intercambio humanitario. El sitio debe estar libre de personas armadas (ya sean de la guerrilla o de las Fuerzas Militares), preferiblemente sin población civil y en una zona rural. Incluso dijo que “ojalá” no fuera necesario mover unidades policiales y militares.

Si se supone que los ministros del Presidente deben seguir las órdenes de su jefe, ¿por qué el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, continuó con su campaña –iniciada desde hace varios meses– de ‘no al despeje’ en los municipios de Pradera y Florida, en el departamento del Valle? Su terquedad es tal que incluso liderará una marcha el próximo 19 de diciembre para defender su propuesta.

El presidente Uribe nunca excluyó estos dos municipios como zona de encuentro, que alcanzan a tener más de 700. Por eso sorprende la actitud del ministro (a quien el mandatario ya ha impulsado en público y en privado para que se lance a la Presidencia en 2010), que va en total contravía de una de las prioridades en la agenda del gobierno: lograr que regresen a sus casas 47 secuestrados por las Farc, llamados canjeables, que incluso llevan escondidos en la selva hasta 10 años.

Dice el ministro Arias que conceder una zona desmilitarizada es aflojar en política de Seguridad Democrática, uno de los planes que más le han funcionado al presidente Uribe para recuperar la territorialidad, disminuir ostensiblemente el secuestro y arrinconar a la guerrilla.

“Ceder en materia de seguridad democrática en alguna zona de Colombia degeneraría la calidad de vida de las personas que allí habitan así sea muy poco porque los expone a la opresión, al secuestro, al terrorismo nazi de las Farc. Lo que el Presidente ha propuesto es muy distinto a una zona de despeje. En un despeje el terrorismo de las Farc entra a imponer la ley y el orden porque la Fuerza Pública se retira. En esto que se ha propuesto, no pueden estar armados, no puede haber población civil que esté expuesta a estos terroristas, allí hay una gran diferencia”, ha dicho Arias en sus ultimas entrevistas.

Desde antes de que se conocieran las pruebas de supervivencia de 16 secuestrados, entre ellos el trágico testimonio de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, Arias venía poniéndose la camiseta de ‘no al despeje’.

Su propuesta se mantuvo incluso durante los acercamientos que adelantaban el presidente Hugo Chávez y la senadora Piedad Córdoba. En ese momento, el presidente Uribe dijo en público que ningún miembro del gobierno estaba autorizado para hablar sobre el tema, excepto el comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo. Él siguió con su campaña y en los últimos días ha sido más enfático con la marcha que se hará en Florida. Esto a pesar de la nueva solicitud del presidente Uribe.

Los argumentos del ministro de Agricultura siguen siendo los mismos. De ubicar una zona de encuentro en Florida o Pradera, según él, cientos de campesinos se verían obligados a salir del lugar. Además, acabaría la producción diaria de casi 100.000 litros de etanol, 25.000 litros de leche y la venta de 10.000 toneladas de frutas y hortalizas que se cosechan en el lugar.

La pregunta es si Arias dice estas palabras con el absoluto convencimiento de que está defendiendo el agro, o si es una estrategia política que viene desde la Casa de Nariño.

Para Fabio Cardozo, ex gestor de Paz de la gobernación del Valle, hay una explicación sencilla para esta ambigüedad. “Puedo estar equivocado, pero pareciera que el ministro de Agricultura quisiera sacar provecho político con un discurso duro muy parecido al del presidente Uribe, quien se ha ganado el aplauso nacional cada vez que habla recio contra las Farc. Él juega no sólo a ser el alter ego de Uribe, él quiere ser Uribe”, explica Cardozo y añade que si bien es cierto que un sector como el de los cañicultores no está de acuerdo con que se ocupe un lugar de Florida o Pradera para los acercamientos del gobierno y la guerrilla, esa no es la opinión generalizada de este sector, que está cansada de ser la manzana de la discordia de ambas partes”.

De cualquier forma, el presidente Álvaro Uribe ya dio su palabra de conceder 150 kilómetros para hablar con las Farc y lo cumplirá si así lo acepta la guerrilla, tal como lo reiteró en las últimas horas. Ahora el mundo, y en especial los familiares de las víctimas, esperan una respuesta a favor de la paz y la libertad de los secuestrados.

Entre tanto, el ministro Arias le cambio la sigla a las Farc. “Para mi son Fuerzas Asesinas de Ratas Criminales – Enemigas del Pueblo, Farc-Ep”.