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Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez, durante el homenaje en la Feria de Guadalajara. FOTOS: AP

Feria Internacional del Libro de Guadalajara

“Queremos tanto a Mutis”

El certamen literario se rinde ante el creador de ‘La nieve del almirante’ (1986), ‘Ilona llega con la lluvia’ (1988), ‘Un bel morir’ (1989) y ‘La última escala del Tramp Steamer’ (1992), entre otras obras.

Juan David Correa / Enviado especial Guadalajara
26 de noviembre de 2007

La gente no cabía en el salón principal de la Expo que este domingo celebró y homenajeó a Álvaro Mutis. La expectativa por la asistencia de Mutis y de Gabriel García Márquez se sintió desde las tres de la tarde con las largas filas. Unas mil personas esperaron hasta las cinco de la tarde cuando se escuchó una estruendosa ovación con la entrada de García Márquez. Unos minutos antes habían llegado los otros participantes de la mesa. Álvaro Castaño Castillo, director de la HJCK, el expresidente Belisario Betancur, la ministra de cultura Paula Moreno, y los mexicanos Jorge Volpi e Ignacio Padilla.
 
El acto comenzó con las palabras de la ministra. Fue un texto corto, bien escrito, que recordó la obra del Mutis novelista y poeta. Luego, el ex presidente Betancur leyó el texto que escribió García Márquez para el cumpleaños número setenta de Mutis. La gente no paró de reír con las anécdotas de un escrito que “incumplió, según dijo García Márquez, el pacto de jamás hablar en público el uno del otro”. Un Mutis conmovido sonreía mientras Betancur recordaba que los dos principales escritores del país se conocieron gracias a Gonzalo Mallarino en 1949.

El auditorio cada vez se mostraba más entusiasta con el homenaje. Después de Betancur, siguieron Jorge Volpi e Ignacio Padilla, dos escritores que son llamados como la generación del crack. Fue un texto algo largo, una glosa o especie de ejercicio literario sobre Jalil Bashur, hijo de Abdul, uno de los personajes centrales de la narrativa de Mutis. El escritor colombiano de ochenta y cuatro años tuvo que levantarse de su silla mientras los mexicanos continuaban con una lectura que para muchos fue desafortunada.

Con la presencia del violonchelista mexicano Carlos Prieto que interpretó dos suites de Bach, el evento se convirtió en un sentido homenaje que terminó con la entrega de un disco de la emisora HJCK, que contenía la voz de Mutis leyendo sus poemas y un libro con fotos inéditas del escritor. Al final, Volpi le pidió a García Márquez que hablara. El Nobel sólo dijo una frase: “no incumpliré una vez más el pacto que hicimos ya hace tantos años. Quiero decir que queremos mucho a Álvaro”. Mutis, agradecido, terminó la sesión agradeciendo las palabras y la música que durante dos horas lo acompañaron y aplaudieron.

Premio a Fernando del Paso

Desde las diez de la mañana del sábado las filas eran largas para entrar al recinto de la Feria Internacional de Guadalajara que se abrió con la entrega del Premio FIL al escritor Fernando del Paso. Una nutrida delegación colombiana asistió al acto en el que el autor de Palinuro de México estuvo acompañado por Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez. Aunque se suponía que Del Paso no podría asistir a la feria por recomendaciones médicas, finalmente hizo presencia y dijo que Colombia –país invitado de honor este año- era “su país más querido en América Latina”.

El acto comenzó con la llegada del presidente de México, Felipe Calderón, quien llegó bajo un gran operativo de seguridad. De manera inusual, cientos de personas invitadas a la inauguración oficial de la FIL se quedaron por fuera. En el bullicio se oían colombianos indignados por no poder asistir a la apertura oficial. Así mismo, un grupo de mujeres mexicanas se hizo sentir gritándole al presidente Calderón consignas como “espurio, espurio, espurio”. Una mujer de unos treinta años tuvo que ser retirada del recinto. Cuando los guardaespaldas intentaron rodearla ya afuera, la prensa se encargó de no dejarla detener, arguyendo que México es un país con libertad de expresión.

Mientras tanto adentro, unas seiscientas personas escucharon las palabras de Del Paso quien le escribió una larga misiva a su amigo Juan Rulfo. Un Del Paso divertido comentó que no le importaba que algunos abogados hubieran decidido quitarle el nombre al Premio que se entrega anualmente en Guadalajara como reconocimiento a la obra de un escritor. Además recordó en una anécdota a Álvaro Mutis, figura central de Colombia en esta feria.

A las doce y quince del día se retiraron las personalidades. Sin embargo, cientos de personas debieron esperar afuera de la Feria hasta la una y treinta de la tarde cuando se abrieron las puertas. Ellos, los primeros visitantes de la primera feria en importancia en el mundo en español, fueron testigos de la apertura del pabellón de Colombia. Adornado con motivos alusivos al Museo del Oro, y con la presencia de varias empresas nacionales, el stand tuvo cupo completo buena parte de la tarde.

Por segunda ocasión Colombia es invitada a una feria que ser inauguró hace ya veinte años y que pone a toda una ciudad a vivir durante diez días alrededor de los libros. El país se ha hecho presente además en varios museos del centro de Guadalajara con exposiciones como las del Museo del Oro, un homenaje a Rogelio Salmona y una muestra de la pintura de Débora Arango.

Por los pasillos cada vez aumenta la presencia de escritores, editores, y gente del mundo del libro colombiano que comenzó su presencia con titulares en todos los periódicos mexicanos, vallas en hoteles y calles.
Carlos Fuentes y Colombia 

El sábado en la noche, el escritor Carlos Fuentes leyó dos capítulos de su nueva novela que está basada en la vida de Carlos Pizarro León Gómez. Se trata de una recreación de la vida del líder del M-19. La presentación estuvo a cargo del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez a quien Fuentes le dio un espaldarazo diciendo que su obra le gustaba mucho. Después de un sobrio texto que no duró más de cinco minutos, Fuentes comenzó a leer los primeros capítulos de una historia que comienza en un campamento en donde conversan Iván Marino Ospina, Jaime Bateman, Álvaro Fayad y el mismo Pizarro. Fuentes los bautizó como personajes de La Odisea: Aquiles, Diomedes y Odiseo. El segundo capítulo promete más que el primero. Se trata de la imagen del avión en el que fue abaleado Pizarro.