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"Quería imponer un sello personal"

El director alemán Veit Helmer presentó en Colombia su primer largometraje: 'Tuvalu'. Esta novedosa película narra una historia de amor en la que dos hermanos luchan por una misma mujer.

Diego Garzón*
30 de septiembre de 2002

El director alemán Veit Helmer presentó en Colombia su primer largometraje: 'Tuvalu'. Esta novedosa película narra una historia de amor en la que dos hermanos luchan por una misma mujer. El filme transcurre en una antigua piscina que está a punto de derrumbarse. Helmer optó por filmar en blanco y negro y por no emplear diálogos. El sonido ambiente y la música son suficientes para que el espectador se deje llevar por lo que le ocurre a los personajes.

Anton ha vívido toda su vida en la piscina y trabaja por mantener el sueño de su padre ciego: que la piscina siga funcionando. Gregor, su hermano, por el contrario, lucha para que la tecnología acabe con el lugar. Una gran película que ya está en los teatros de Colombia. SEMANA habló con su director.

Semana: El público que vio su primer largometraje, 'Tuvalu', quedó sorprendido por lo originalidad del mismo. ¿Cómo llegó a realizarla?

Veit Helmer: Yo no busco las historias sino que las historias me hechizan y me buscan. La tragedia de mi vida es que tengo más ideas de películas que las que puedo realizar. Por ejemplo tenía una idea muy bonita para hacer en un corto y luego terminó siendo un largo, precisamente, Tuvalu. Para explicarlo muy simplemente yo estaba en una piscina, tenía las llaves de los casilleros y estaba pensando en el hombre que limpia la piscina y que encuentra una llave. Abre el casillero y ve la ropa de una mujer. La imagen de un hombre tímido en un enorme edificio con agua me apasionó consciente de que por ahí anda una mujer desnuda o algo así. Esto no es una historia sino una emoción. Esto es como un brillo. A partir de esa chispa, hubo un proceso orgánico que comienza a crecer y a crecer.

Semana: ¿Los cortos que ha realizado tienen las mismas características de Tuvalu?

V.H.: Los cortos no sólo han sido un entrenamiento técnico, también han sido un proceso de encontrar un lenguaje visual. Yo pienso que una cosa importante de mi primer filme es imponer un propio sello personal. Hacer algo único y original.

Semana: ¿Su siguiente película también será en blanco y negro y sin diálogos?

V.H.: Sí hay color y diálogo porque no me gusta copiar a otros directores ni copiarme a mí mismo. Pero pienso que mucha gente encontrará muchos elementos en común entre las dos películas. Pienso que hay muchas cosas que estarán conectadas entre una y la otra. Los grandes artistas siempre componen los mismos cuadros, los grandes cantantes las mismas canciones y los directores de cine, a la larga, la misma película. Me gusta limitar y rodar en una sola locación. Eso me permite hablar de la vida entera desde un solo lugar, entender un microcosmo y todo desde pequeños lugares. En Tuvalu es en una piscina, en mi nuevo proyecto es en un aeropuerto.

Semana: ¿Por qué decidió no usar diálogos?

V.H.: Hitchcock decía que un filme perfecto no debería tener diálogos. Yo tomé al pie de la letra esa idea. Siempre que se usan diálogos se pierden momentos cinematográficos. La películas son una forma visual de arte. Así que fue interesante un proyecto de esta índole. Y fue posible hacerlo porque las mudas tenían de todas maneras los intertítulos. Esta no. Así que yo no quería un ensayo aburrido ni artístico, quería contar una historia narrativa, poética. Quería tener personajes profundos y mezclar varios géneros como la comedia, el terror, el drama, el erotismo. La vida tiene todo eso y por eso no me gusta un género en particular.

Semana: No toda la película es en blanco y negro. Hay algunos colores. ¿cómo los elige?

V.H.: Era como tener una herramienta más para expresarse y la elección de los colores no las hago el azar. Trato de tomar una perspectiva en la mayoría de los casos. Un hombre que vive en una piscina, es como si viviera dentro del estómago de su madre, nunca ha estado afuera. Afuera es gris y frío. A medida que vas más abajo al sótano es más rojo y entre vayas más arriba es más gris y azul. Así que sólo quedaba el verde para el hermano loco, sólo los sueños son en colores.

Semana: ¿Cómo seleccionó la música?.

V.H.: Eso es muy interesante. Conocí muchos compositores y todos querían hacer la banda sonora completa. Pero yo quería incluir sonidos. Para mí una respiración dice más que una orquesta sonando. Yo nunca había estado en Bulgaria. Yo había pedido que me mandaran fotografías de locaciones desde diferentes países. Así encontré la piscina: en Sofía, en Bulgaria. Allí está también el coro más lindo de mujeres del mundo, 'The bulgarain voices'. Entonces ellas vinieron a la piscina y ahí decidí que hicieran la canción final.

Semana: ¿Cómo escogió a los actores?

V.H.: Yo pensaba que en un nuevo país no podía encontrar a todos los actores. Como no necesitaba diálogo estaba libre para buscar en todos los países. Fui a 14 países, a Rusia, a Francia, a Estados Unidos, a Turquía, y finalmente alcancé a trabajar con 1.400 actores durante un año y medio.

Semana: ¿Cuánto duró el rodaje?

V.H.: Soy muy lento y por eso fue muy largo. Todo el proceso me tomó 10 años: dos años escribiendo y haciendo el script, un año y medio en el casting, etc., y 70 días llevó la filmación, que es una exageración. En Alemania me hubieran matado. Lo hice con poca plata porque los actores adoraban el proyecto y todos contribuyeron con mi trabajo.

* Periodista cultural SEMANA