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Rajados en geografía

El país sigue lejos de la meta de cobertura universal en educación. Chocó tiene el peor promedio de escolarización de Colombia. San Andrés, el mejor.

Élber Gutiérrez Roa
24 de abril de 2006

Colombia, como la mayoría de países pertenecientes a la ONU, asumió hace ya seis años el reto de brindar cobertura universal en educación a sus habitantes a más tardar en 2015. Lo hizo en la Cumbre del Milenio, convocada para estudiar las alternativas para la erradicación de la pobreza y una de cuyas conclusiones fue que el fortalecimiento de la educación contribuye a mejorar las rentas de un país y permite inculcar valores más fácilmente.

Pero dicho objetivo continúa siendo una promesa, pues las cifras de Naciones Unidas señalan que el país sigue teniendo un 15% de analfabetismo funcional. A la región a la que peor le va en este indicador es a Chocó. La desigualdad sigue siendo grande entre el centro y la periferia del país: Mientras un bogotano tiene en promedio ocho años de educación, un chocoano de Carmen del Darién, Alto Baudó o Río de Oro tiene sólo dos.

Las cifras de Naciones Unidas coinciden con los resultados hallados por los investigadores de Planeación Nacional y el Programa Nacional de Desarrollo Humano en el informe Los municipios colombianos hacia los desarrollos del Milenio, según el cual el analfabetismo colombiano en pleno siglo XXI es del 15%. La diferencia frente a países desarrollados como los europeos es más que numérica, pues en algunos de ellos ya se incluye el manejo de Internet como factor de medición del analfabetismo, el cual sin duda dispararía la cifra aceptada para Colombia.

El informe de Planeación y el PNUD evalúa el analfabetismo desde tres ángulos y en todos ellos Chocó es el peor calificado: La tasa de analfabetismo funcional (mide cuántas personas tienen menos de tres años de educación aprobados), la de asistencia a centros educativos (que busca establecer a qué se dedican las personas de entre siete y 25 años) y, en tercer lugar, los años promedio de educación que tiene una ciudad o municipio.

Colombia tiene un 15% de analfabetismo funcional, pero el promedio es más elevado en la región Pacífica (18.6) que en Bogotá (14,1%) y Valle (14,8 %) o las regiones Oriental, Central y Amazónica (15%). El promedio más bajo lo tiene Medio Baudó (66%): este pequeño municipio dedicado a la minería, la explotación forestal y la pesca y escenario de desplazamientos por parte de los grupos armados, tiene mil habitantes, de los cuales 666 tienen menos de tres años de educación. O como dice el informe, son personas que “saben descifrar signos alfabéticos y hasta leer... pero tienen dificultades para entender ideas y conceptos escritos por otros”.

Respecto a la tasa de asistencia a centros educativos –segundo indicador de medición- el informe indica que más del 60% de los colombianos de entre siete y 25 años están estudiando. El restante 40% no lo hace por falta de recursos para costear la educación, porque debe atender los oficios de la casa o porque dejó las aulas y se incorporó a la fuerza laboral, generalmente de manera informal.

En este punto del análisis, no deja de sorprender que la isla de San Andrés sea el departamento con mejor promedio del país (69.3%), seguido por Bogotá (65%), Atlántico (60.3%), Antioquia (59.5%) y Valle, (58%). La región Pacífica es, una vez más, la de peores índices, con 52.4%, llegando a su punto más preocupante en el municipio chocoano de San José del Palmar (43%) donde menos de la mitad de personas en edad escolar está asistiendo a clases. 

El tercer indicador de medición muestra los años de escolaridad promedio de cada municipio. Según el Ministerio de Educación, Colombia está cerca del nivel de América Latina, pues los mayores de 25 años tienen en promedio cinco años de escolaridad frente a 4.5 de los brasileños, 8.5 de los argentinos y 8.0 de los chilenos.

San Andrés y Bogotá tienen los promedios más altos del país con casi ocho años de educación por persona, mientras que la Región Pacífica sólo tiene 3.9.

Las cifras oficiales sobre el archipiélago dicen que en San Andrés hay 60 mil habitantes, pero los isleños creen que son más de cien mil. De ellos casi la totalidad terminó la educación primaria y –según un proyecto de la gobernación- el 80% deberá ser bachiller antes de 2015. El problema para la región está en que la educación universitaria es muy costosa por la falta de centros educativos. Casi todos los sanandresanos que hacen estudios superiores acuden a las carreras técnicas que brindan el SENA e Infotec o deben radicarse en Cartagena. La gobernación está tramitando un convenio con la Universidad Nacional para que los sanandresanos tengan la posibilidad -en algunos programas- de estudiar parte de la carrera en la isla y el resto en otra ciudad.

En Chocó el panorama es bien distinto. Existen convenios con universidades y queda más cerca de ciudades con gran infraestructura académica como Medellín. Sin embargo, los niveles de educación no crecen como se esperaba como tampoco han crecido en Cesar, Cauca, Nariño y Norte de Santander.

Alfredo Sarmiento, director del Programa Nacional de Desarrollo Humano, señala que hay departamentos aparentemente menos damnificados que Chocó pero que, guardadas las proporciones, esconden problemáticas similares. Tal puede ser el caso de Norte de Santander, el departamento con más bajo nivel de educación en la Región Oriental, el segundo con mayor índice de analfabetismo y el de menor tasa de asistencia a clases en la región. Aunque a primera vista parezca que los problemas son diferentes, tiene similares características de escándalos por corrupción política y presión de los actores armados. Allí está ubicado el municipio de El Tarra, uno de los corredores de droga de la región y escenario de varias masacres, el cual apenas llega a un promedio de dos años de escolaridad por habitante. Semejante cifra es equivalente sólo a las de municipios de Chocó como Carmen del Darién, Alto Baudó y Río de Oro.

Si bien es cierto que aún quedan nueve años para que se venza el plazo asumido por Colombia para la cobertura universal de educación, valdría la pena que los esfuerzos fueran más sólidos. Según cifras del Ministerio de Educación, la cobertura ha mejorado desde 2002 pasando de 9.9 millones de alumnos a 10.7, en 2005. Sin embargo, la mejoría no es equitativa y mientras departamentos como Cundinamarca pasaron de una cobertura del 88% a una del 96% en el mismo periodo (según la misma fuente), Antioquia sólo subió del 88% al 90%. Y ni hablar de los municipios chocoanos en los que, como dice el informe de Planeación y el PND, los colombianos no sólo no saben leer, sino que desconocen cuál es su propia región y en dónde queda.

Por eso los resultados en cobertura de educación no sólo rajan al Chocó sino a un país que, debido a los problemas de universalización escolar, todavía no se conoce a sí mismo.