Home

On Line

Artículo

Foto: El Heraldo

Romance Caribe

El presidente Uribe confía en ganar en la Costa Atlántica. El respaldo de los políticos tradicionales y los grandes planes de inversión que tiene planeados para el Caribe le auguran un triunfo contundente en donde perdió en las elecciones del 2002

Tadeo Martínez
19 de mayo de 2006

El viernes 12 de mayo a las ocho de la noche el presidente Alvaro Uribe no resistió la felicidad al lograr que la clase política del Atlántico llegaran al consenso de apoyarlo en su aspiración reeleccionista y en la euforia de voladores y serpentinas en el estadio Romelio Martínez, dijo que al fin había conquistado a la novia más difícil, Barranquilla.

Considerada hasta hace poco capital liberal de Colombia, Uribe logró subir a la misma tarima en el estadio Romelio Martínez a José Name Terán y a su hijo José David Name Cardozo, a Roberto y Jorge Gerlein, a Fuad y Arturo Char (padre e hijo), a David Char (sobrino de Fuad, senador también), a Armando Benedeti, a Alonso Acosta Osío y a Efraín Cepeda, a los siete representantes, a los veinte diputados y a 19 de los 21 concejales de Barranquilla y, para sorpresa, también estaban los seguidores del alcalde Guillermo Hoenigsberg quien rompió su alianza con el cura Bernardo Hoyos Montoya, que respalda la candidatura de Carlos Gaviria.

“Al fin conquisté a esta novia esquiva”, dijo emocionado el candidato Alvaro Uribe Vélez en el estadio Romelio Martínez ante sus nuevos aliados, la casi totalidad de la clase política del Atlántico, tan vilipendiada por el mismo Uribe Vélez en la campaña de 2002. No tardaron en contestarle los concejales, “¡... y aquí tiene 19 cuñados!”.

En Montería, capital de Córdoba, el uribismo se siente en la atmosfera. Nunca antes Colombia había tenido un presidente no sólo que hiciera tanto por Montería y el departamento de Córdoba, sino que pasara con frecuencia días y noches en sus fincas en el corregimiento de el Sabanal, a quince minutos de la capital. Va a las ferias ganaderas, visita a sus amigos tiene tiempo para caminar a sus caballos por las trochas y potreros sinuanos. La jefa de debate del candidato presidente es María Teresa Hadad, la esposa del alcalde de Montería León Fidel Ojeda.

En los otros departamentos de la costa, el Cesar. Magdalena, Sucre, Bolívar y la Guajira, el respaldo y unanimismo alrededor del candidato presidente hace creer que Alvaro Uribe obtendrá una voluminosa votación en la región: Alvaro Araujo, Mauricio Pimiento y Alvaro Morón Cuello, (Cesar), Luis Eduardo Vives, Miguel Pinedo Vidal, Jorge Caballero, Alfonso Campo Escobar, Karelly Lara Vence (Magdalena), Alvaro García Romero, Eric Morris Taboada, Antonio Guerra de la Espriella, Jairo Merlano Fernández (Sucre), Zulema Jattín, Miguel Alfonso de la Espriella, Reginaldo Montes, Julio Manzur, Bernardo Elías, José de los Santos Negrete (Córdoba), William Montes Medina (yerno de Nicolás Curi), Piedad Zucardi de García (esposa del exsenador Juan José García), Javier Cáceres Leal y Elías Raad (Bolívar), son algunos de los senadores y representantes que tienen la camiseta de Primero Colombia. No hay uno que en el pasado reciente no haya sido liberal y una minoría conservadores.

¿Qué hizo el presidente para conquistar a tan difíciles y esquivos parejos? En el caso de los senadores y representantes, el ambiente de triunfo que hay alrededor del presidente es suficiente para tomar la decisión. El que no esté con el presidente es un perdedor y perder es inaceptable para los políticos. Y en el caso de los alcaldes de Montería, Barranquilla y Cartagena, su apoyo al candidato Uribe Vélez se explica por los proyectos que están ejecutando esas administraciones locales con el apoyo de recursos provenientes de la nación.

En Cartagena, proyectos como Transcaribe, los escenarios de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y la Vía Perimetral que bordea la Ciénaga de la Virgen demandan una inversión que podría superar los cuatrocientos mil millones de pesos, de los cuales el 70 por ciento son aportados por la Nación. La generación de empleos y la transformación de la ciudad por cuenta de estos proyectos son, sin duda, un capital político para el alcalde que construya e inaugure esas obras. Nicolás Curi, que ha sido concejal, senador y alcalde en tres ocasiones, sabe que una oportunidad como esta no se volverá a repetir. El alcalde de Cartagena dijo hace pocos días que en las elecciones presidenciales del 28 de mayo votará por el candidato Alvaro Uribe Vélez. Declaraciones que pudieron haber sorprendido a más de uno, pero que se enmarcan en el pragmatismo de quien tiene que concluir que su mejor aliado para sacar adelante los proyectos que hoy se adelantan en Cartagena es el presidente de Colombia.

Curi Vergara dijo, además, que lamentaba no poder acompañar a su amigo Horacio Serpa con quien había librado batallas en campañas anteriores.

En el caso de Montería y Córdoba, donde ha habido una transformación importante, los resultados electorales no han sido favorables al candidato presidente. En menos de un año con recursos de Invias se construyó el puente de la 41 sobre el río Sinú con un costo de ventidos mil millones de pesos, la prolongación de la misma vía 41 de dos kilometros y medio hasta conectarla con la vía que conduce a Planeta Rica (veinte mil millones); el dragado del caño la Caimanera entre San Pelayo, Cereté y Montería, trabajos que han permitido frenar las inundaciones, la construcción de 120 kilómetros de vías del Plan 2.500, siendo la más importante San Bernardo - Moñitos bordeando toda la costa, 32 kilómteros entre el sitio de La Apartada y el municipio de Ayapel, la doble calzada Montería - Aeropuerto los Garzones y la carretera Montería las Palomas. Sin embargo, en Córdoba resiste el último bastión del liberalismo que no sólo ha logrado contener la embestida del uribismo, además Juan Manuel López Cabrales es el senador con la segunda mayor votación nacional, se mantiene fiel al liberalismo y a Serpa, controla la gobernación del departamento y 23 de las 28 alcaldías, incluida la de Montería ganada en coalición con Mario Salomón Náder. No obstante, la esposa del alcalde es la jefa de campaña del presidente.

Pero sin duda alguna, el apoyo más curioso al candidato Uribe, se lo brinda el alcalde de Barranquilla Guillermo Hoenigsberg, un militante de la izquierda radical, un activista estudiantil durante los años 70 en la universidad del Atlántico, un contestatario clásico, el representante del antisistema. Al igual que Curi, Hoenigsberg se encuentra ante la necesidad de ser aliado y socio de la Nación en la ejecución de proyectos como Transmetro, el dragado de los caños y la realización de obras para mantener el canal navegable y la construcción del puerto de aguas profundas, obras que reclaman inversiones superiores a los quinientos mil millones de pesos, difíciles de ejecutar para una ciudad cuyo músculo financiero está sometido a la ley 550. Además de las obras, el presidente consiguió que ampliaran el número de afiliados al Sisben en cien mil personas más.

¿Cuánto durará este romance entre el presidente-candidato y los políticos de la costa que, además de no haberlo acompañado en las elecciones de 2002 hoy le están reclamando una cuota ministerial para la región?

Amanecerá y veremos, pero ya está circulando el rumor según el cual algunos senadores y concejales que acompañaron al presidente en la tarima el pasado viernes en Barranquilla, no estarían haciendo mucho esfuerzo para que el presidente gane en la primera vuelta. Rodolfo Leal, exsecretario de gobierno de Barranquilla y coordinador del Acuerdo Caribe que aglutina a los seguidores del alcalde Hoenigsberg que apoyan al presidente Uribe, cree que los miembros de la Gran Coalición sí están trabajando. Héctor Consuegra, coordinador operativo de Primero Colombia dice desconocer esa intención y afirma que los senadores y concejales están colaborando con mucho entusiasmo.

Cierto a no, algunas personas escucharon a un importante senador decir la semana pasada en una tertulia en Residencias Tequendama que ellos le apostaban a que el presidente no ganara en la primera vuelta para así poder tener una mejor posibilidad para negociar con el presidente.

También se preguntan muchas personas, por qué el presidente teniendo una intención de voto superior a la de 2002, cuando obtuvo en la costa 751.615 votos, doscientos cincuenta mil menos que Serpa, y quien para entonces aglutinaba a todo el clientelismo liberal, hoy los haya recogido en lo que llaman la Gran Coalición y el presidente lo califica como la conquista más importante, un romance que dijo esperaba cultivar y conservar por un buen tieempo.

¿Será que esa novia tan esquiva sí estará pensando lo mismo que el candidato -
presidente?