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En la búsqueda, se encontraron otros 40 chinos en el barrio Las Ferias de Bogotá, luego de que el dueño de un hotel denunciara a las autoridades la presencia de los asiáticos. Fotos: Guillermo Torres- Semana)

MIGRACIÓN

Se cae director seccional del DAS por la ‘fuga’ de ocho de los ciudadanos chinos

Las 59 personas asiáticas que fueron halladas por las autoridades sin documentos la semana pasada estuvieron ‘escapadas’. Ya encontraron a 51. No se sabe dónde están los demás. Colombia empezará a pedirles visa a partir del primero de Mayo.

Andrea Peña
26 de abril de 2007

La Cancillería confirmó que a partir del próximo primero de mayo se le exigirá visa a todos los ciudadanos de China que pisan suelo colombiano. La decisión se tomó este jueves para ponerle punto final a la situación creada por el vertiginoso aumento de inmigrantes de ese país.

Sólo este año 4.141 han cruzado la puerta de inmigración. La anomalía se presenta porque, al parecer, estas personas serían víctimas de una red de tráfico de seres humanos. Todo después de que la semana pasada se reportara al menos un centenar de chinos que merodeaba sospechosamente Zipaquirá.

La cantidad de problemas que trajeron los asiáticos se desató a finales del año pasado, cuando Colombia levantó la exigencia de visa a los chinos. Hasta hace dos días, los 59 jóvenes extranjeros permanecían bajo vigilancia del DAS (no están capturados, pues no han cometido ningún delito), mientras se les resolvía su situación legal en Colombia.

Pero en un descuido, todos se volaron. Aparecieron 51, pero aún no se sabe el paradero de los ocho restantes. En la búsqueda, se encontraron otros 40 chinos en el barrio Las Ferias de Bogotá, luego de que el dueño de un hotel denunciara a las autoridades la presencia de los asiáticos. Por la ‘fuga’, el director del DAS en Cundinamarca, Javier Ramos, fue retirado de su cargo.

Pero hay más. Ayer Costa Rica le devolvió a Colombia otros 59 chinos, ya que no tenían tiquete de regreso, ni sus papeles en regla. Según dicen conocedores del tema, los traficantes usan a Colombia como pasadizo para viajar a Panamá o Costa Rica, con destino final Estados Unidos, para cumplir el llamado ‘sueño americano’. Con este encarte, el director del organismo de inteligencia, Andrés Peñate, habló con el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el tema.

La respuesta del canciller Fernando Araújo a la petición de Peñate fue inmediata. Desde el primero de Mayo se les empezará a exigir el visado a los ciudadanos de China nuevamente.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que los ciudadanos chinos que deseen ingresar a nuestro país en condición de visitantes temporales, turismo o negocios, deberán solicitar visa en los consulados de Colombia en ese país. Los cónsules estarán autorizados a entregar dichas visas directamente, previa entrevista al ciudadano interesado y en complimiento de los requisitos establecidos en las normas colombianas para entregar este permiso”, informó en la noche de este jueves la cancillería.

Entre tanto, en las instalaciones en el hotel Santa Rosa de Lima, en la carrera 10 con calle 22, en el centro de Bogotá, se encuentran bajo custodia del DAS 91 chinos que, por las señas que hacen, dan a entender que no entienden, que sólo hablan su idioma.

Hay un segundo problema: diariamente, mantener a los chinos le cuesta al DAS 10 millones de pesos. Esta cifra es sólo para el número de chinos que se habían encontrado la semana pasada. El costo aumenta en la medida en que aparezcan más. Por si esto fuera poco, si se determina que estos jóvenes entre 20 y 30 años de edad deben ser repatriados al no tener sus pasaportes al día o tiquete de regreso a su país, deberán ser deportados (Bogotá- París- Hong Kong), costos que también tendría que pagar el DAS, unos 13 millones de pesos por cada muchacho que se devuelva.

Además, las normas son complicadas para su control. Basta citar un caso: Las autoridades deben ‘dejar en libertad’ a los chinos que cumplen las 36 horas permitidas de seguimiento a los extranjeros. Esto porque no tienen orden judicial que permita, por ejemplo, una orden de captura. Así las cosas, con la visa se espera que esta historia tenga un final distinto.