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Sebastián Saavedra es el primer piloto colombiano en ganar una carrera de la BMW, Lime Rock, Nueva York. Fotos: Archivo familiar

DEPORTES

Sebastián Saavedra quiere seguir los pasos de Juan Pablo Montoya en la Fórmula 1

El piloto colombiano consiguió la victoria en Shangai, campeonato de Asia, con la fórmula BMW. Tiene juventud y ganas para continuar por el sendero trazado por el piloto bogotano.

César Paredes
5 de octubre de 2007

Cree que no nació para otra cosa distinta a tener el acelerador a fondo y una concentración milimétrica cuando maneja uno de los bólidos. El graznido de las llantas sobre la pista aumenta su fascinación por desafiar las leyes de la naturaleza. Se llama Sebastián Saavedra. Tiene apenas 17 años, pero como lo exige el automovilismo, desde muy temprano comenzó en los karts. Ahora se prepara para poder subir el nivel e ingresar a las “grandes ligas” del automovilismo mundial.

Sebastián Saavedra hace parte de la nueva generación que se abre paso en el automovilismo, al lado de Gustavo Yacamán Jr., Óscar Andrés Tunjo, Carlos Huertas, Omar Julián Leal, Juan Esteban Jacobo, Steven Guerrero y Gabriel Chávez. Tiene como ellos, la meta de ingresar algún día a la Fórmula 1.

Fue su tío Miguel Ángel Saavedra quien descubrió su potencial. Él corría en los karts como aficionado y Sebastián lo acompañaba. Un día en la pista de Tocancipá, Sebastián le pidió prestado el carro para dar una vuelta, mientras tanto Miguel Ángel organizaba sus cosas. El niño llevaba dos años sin manejar un carro de estos. Pasados unos minutos Otto Rico, quien estaba a cargo de la pista, preguntó a Miguel Ángel “¿quién te está manejando el carro?”. “Mi sobrino, ¿por qué?, contestó éste. “Porque está haciendo mejores tiempos que cualquiera”, respondió Rico. Cronometraron la prueba y efectivamente los tiempos eran mejores, incluso, que los del tío.

Luego vendría el Nacional de karts en Barranquilla, campeonato que depararía el futuro de quien apenas era un niño. Quedó campeón a los 11 años y le ganó al favorito Gustavo Yacamán. Dos años después participó en el campeonato bogotano y de nuevo se subió al podium del primer lugar.

Sus primeros logros merecieron la atención de su padre, Wilson Saavedra, y su hermano, Alexander, que desde entonces dedican buena parte de su tiempo y dinero a apoyar al piloto en las carreras. “Yo lo acompaño a todas partes, le ayudo con parte del patrocinio y le ayudo a organizar la agenda”, dice Wilson. No es una tarea fácil, pues desde muy temprano la velocidad empieza a alterar el curso normal de la vida de un niño que se dedica al automovilismo.

En 2006 Sebastián ingresó a la Fórmula BMW. En esta categoría se destaca su triunfo en la válida corrida en Lime Rock, Connecticut, en julio, en la que por primera vez un colombiano consiguió un primer puesto. Un mes antes, Sebastián obtuvo dos podiums en los circuitos de Montreal e Indianápolis, en un segundo y tercer lugar.

La persona que más admira es Juan Pablo Montoya, nombre de mención obligada en el automovilismo colombiano y quien es considerado una fuente de inspiración para las nuevas generaciones. “Demostró que no había imposibles, que sólo es cuestión de talento, que no se le puede ‘comer’ a nadie”, dice Sebastián, imperturbable.

Toda su vida ha sido como una carrera, llena de velocidad y obstáculos. Tuvo que irse a vivir a Brasil para poder participar en las competencias de ese país. A la par corrió en Italia y Alemania. Su familia siempre presta a acompañarlo trató de facilitarle las cosas y se fue con él. Los compromisos escolares a la par con las competencias han sido la fragua de su talante. Todos sus familiares coinciden en que es un joven maduro y responsable. Logra atender a todo y no se le ve agotado, antes bien, conserva siempre su buen ánimo. Dbido a sus viajes, aprendió portugués, italiano e inglés.

En 2005 sufrió una fractura en el brazo izquierdo, en un entrenamiento en el gimnasio. Sin embargo, con un tratamiento de inyección de células madre, logró una recuperación acelerada. A las dos semanas estaba corriendo el campeonato de karts en Estados Unidos, en el que a pesar de haber perdido dos carreras por causa de la fractura, logró obtener el segundo puesto. “La vida de Sebastián ha sido de mucho sacrificio, pero él es muy aplicado”, dice su tío Miguel Ángel.

No obstante, Doris Ferreira y Catalina Saavedra, madre y hermana respectivamente, pese a todo el apoyo emocional que le dan, sienten temor por la celeridad, no sólo en la pista, sino de la vida de Sebastián. “En ese sentido sí somos muy cobardes”, dice Doris. Pero Sebastián, con una determinación férrea dice: “no hay tiempo para sentir miedo”.

Sebastián acaba de ganar en Shangai China. Arrancó, con pie derecho, su periplo de preparación en campeonato de Asia. Salió en en el quinto lugar, en una pista que estaba mojada y resultó campeón después de una excelente actuación con el equipo AO's Racing.
 
El 13 de octubre viajará a Alemania para correr el campeonato de ese país. Su objetivo es dejar la mejor impresión en escenarios que son muy importantes para su carrera. Pero la gran competición es el Mundial de Valencia, España. Allí se enfrentan los mejores de la categoría. El ganador recibirá como premio la oportunidad de ser el “corredor de pruebas” de la escudería BMW-Sauber. Lo que significaría estar a un paso de la Fórmula 1.