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Viernes, 28 de julio

¿Sola o mal acompañada?

Este domingo 30 de julio habrá elecciones atípicas para la Alcaldía de Soledad, Atlántico. La novena ciudad del país en tamaño y tal vez la más golpeada por la corrupción.

Tadeo Martínez
28 de julio de 2006

En el Caribe hay una sentencia callejera que dice que ni lo público ni lo privado funciona en Soledad. Y otro más que reza que la ciudad nunca ha estado sola sino que siempre ha vivido mal acompañada. Lo cierto es que este 30 de julio el país mirará hacia este núcleo urbano de medio millón de habitantes. Habrá elecciones para elegir a su alcalde. De esta manera concluirá un período de interinidad político administrativa para elegir al burgomaestre que concluya el período 2004-2007.

Los aspirantes son Antonio Fernando Castillo (apoyado por los ex senadores Fuad Char y José Name y ahora por sus hijos los senadores Arturo Char Chaljub y José David Name); Sergio Barraza (apoyado por los senadores Roberto Gerlein, Efraín Cepeda y Álvaro Araujo), y Rafael Palmera (el candidato del Polo Democrático). Quien resulte elegido estará al frente de la Alcaldía los 16 meses que faltan de este período.

Entre los tres aspirantes repite Castillo, quien fue candidato en las elecciones de 2003 y fue derrotado por Rosa Estela Ibáñez. La elección de ella, ocurrida en octubre de 2003, fue anulada por el Consejo de Estado. Las causas de la nulidad obedecen a que su inscripción fue irregular al haberse hecho 15 días antes de las elecciones de 2003, cuando ya estaba cerrado el proceso.

¿Por qué la Registraduría aceptó la inscripción irregular de la señora Ibáñez? Porque el candidato José Castillo Bolívar, su esposo, había sido asesinado el 30 de septiembre en la terraza de su casa, tres semanas antes de las elecciones. La señora Ibáñez se inscribió pero los tarjetones no pudieron ser modificados; es decir, los electores votaron por ella con la foto de su esposo muerto.

Este capítulo de la elección irregular de la alcaldesa es uno más de una serie de acontecimientos que han convertido al municipio en un sitio donde pueden ocurrir todos los vicios y delitos contra la administración pública.

El primer alcalde, Saúl Sandoval, no conforme con haber sido elegido para el período 1988-1990, decidió postular y elegir a su esposa Mariluz Arraut, convirtiéndose esta elección en una prueba clásica de nepotismo y favorecimiento a su cónyuge y a sí mismo. Con ese arranque los soledeños ya presagiaban lo que vendría.

Después de esas dos elecciones, metieron la mano los jefes políticos del departamento, pues con una población que bordea los 500.000 habitantes y está separada de Barranquilla sólo por una calle, un puente o un arroyo, tiene el atractivo más importante que pueda tener para un político una población, su potencial electoral. Y a los soledeños les gusta que haya elecciones porque se mueve mucho dinero y todos ganan.

En estos 18 años fueron elegidos alternativamente candidatos respaldados por el senador Fuad Char (cuatro en total) y otros de coaliciones de los conservadores cepedistas y cuando perdían el apoyo de unos y otros se refugiaban en el regazo protector de José Name, quien viene sosteniendo que para la elección de alcaldes es mejor no tener candidatos

¡Sólo presunciones!

En los 18 años de elección popular, Soledad ha tenido 13 alcaldes, acumulando en el último período un total de seis, pues al completar el primer año de elegida la alcaldesa Ibáñez fue separada del cargo durante tres meses, en los cuales ejercieron el cargo tres alcaldes interinos. Y desde el pasado 6 de mayo, fecha de la nulidad decretada por el Consejo de Estado, han sido nombrados otros dos alcaldes.
En estos 18 años, los funcionarios públicos del municipio se han esforzado por enriquecer el catálogo existente de violaciones contra la administración pública. Se trata de presuntos delitos y que la mayoría de los casos han sido archivados, están en práctica de pruebas, fueron trasladados por competencias u ocurrió la clásica prescripción.

El catálogo de irregularidades contempla sobrecostos en contratos de diversa índole, como el nombramiento de personas sin el lleno de los requisitos o no existiendo cargo ni disponibilidad presupuestal; destituir funcionarios a sabiendas de encontrarse en carrera, tráfico de influencias, doble contratación, incumplir contratos y fallos de los jueces, no pagar los aportes parafiscales, entre un rosario más de violaciones a la ley.

Los anteriores tipos de delitos son algunas de las acusaciones formuladas contra los alcaldes y se trata de procesos radicados ante la Procuraduría Provincial, lo que convierte a este municipio en el paraíso de las presunciones y el reino de la impunidad. Los ex alcaldes que más procesos acumulan son la ex alcaldesa Astrid Barraza Mora (90), Alfredo Arraut Varelo (67), Rodrigo Martínez (40), Rosa Estela Ibáñez (33), Raimundo Barrios Barceló (15), Mariluz Arraut (2).

Al ex alcalde Alfredo Arraut Varela, lo absolvieron de una acusación por presunta participación en política en favor de tres aspirantes a la Cámara y le archivaron otra más por haber intervenido también en favor de su hermano Yesid que aspiraba a la Asamblea.

Pero a este alcalde no sólo le archivaron procesos o lo absolvieron por casos como los mencionados, la Procuraduría regional le archivó una investigación por el hallazgo de 576.000.000 de pesos encontrados debajo del colchón de su casa en un allanamiento en el año 2002. En las pasadas elecciones parlamentarias 12 de los 19 concejales votaron por Álvaro Araújo Castro, presidente del movimiento Alas-Equipo Colombia.

Burocracia y despilfarro

La administración de Soledad cuenta con 15 secretarías, tiene 275 empleados, incluidos los funcionarios de los organismos de control y el costo anual de la nómina es de 9.124 millones de pesos. Por cada peso que debe, tiene 0,42 centavos para responder, no tiene capacidad de endeudamiento y de cada peso invertido 0,75 centavos pertenecen a los acreedores.

Los servicios y el recaudo de la cartera han sido concesionados, sin embargo nunca estuvo peor en vías, el 60 por ciento de los habitantes tiene servicio de agua y sólo el 40 por ciento de los habitantes tiene alcantarillado. La gestión del recaudo fiscal fue entregada a una firma que no entrega informes a la Alcaldía y que no ha logrado mejorar el recaudo, a pesar de tratarse de un contrato oneroso, pues por la cartera ordinaria, que son el 90 por ciento de los ingresos, paga el 6 por ciento a la firma Operimsa.

El municipio ha dejado de recaudar una cartera de 50.000 millones y tiene deudas acumuladas cercanas o superiores a los 80.000 millones de las vigencias entre el año 2000 y 2005, la mayoría por demandas y litigios, algunas de las cuales, presumen el actual alcalde y su secretario de Hacienda, pudieron haber sido pagadas pero no existe memoria ni soportes.

Si la situación de Soledad está tan comprometida y se menciona con insistencia su inviabilidad financiera y administrativa, ¿cuáles son las salidas que tiene el noveno municipio más grande demográficamente de Colombia? ¿Quiénes son los responsables de tanto desgobierno?

El secretario de Hacienda considera que el próximo alcalde debe fortalecer el impuesto predial, pues de los 97.000 predios que tiene el municipio, sólo 15.000 cancelan el impuesto predial y en el sector rural, donde cuenta con más de un millón de predios, sólo recauda 1.500 millones de pesos. Debe actualizar el Catastro y la base tributaria, organizar la planta física, sistematizar sus procesos, atacar el cobro coactivo y reducir el personal.

Personas cercanas a los senadores y representantes señalan que los alcaldes una vez son elegidos se creen emperadores y desconocen a quienes los apoyaron. Es también la manera más elemental de lavarse las manos y eludir las responsabilidades que les caben, porque mientras en muchas partes los funcionarios públicos guardan las apariencias, en Soledad participar en política es la regla.
Y es que todo lo imaginable en corrupción puede ocurrir en Soledad. Y no es realismo mágico.