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El gobernador Benito Osorio renunció este jueves señalado por tener vínculos con los paramilitares.

Escándalo

A solo dos semanas de su posesión cae el gobernador de Córdoba por vínculos con los paramilitares

El gobernador encargado Benito Osorio, un reconocido ganadero de la región, renunció este jueves en medio de los señalamientos de ser un ficha clave de los paramilitares en el departamento. En su renuncia agradeció la confianza que siempre le tuvo el presidente Álvaro Uribe Vélez.

17 de enero de 2008

Tras una breve pausa de fin de año, el escándalo por los vínculos de políticos con los grupos criminales de los paramilitares volvió a ser noticia en las últimas horas. Benito Osorio Villadiego, quien fue nombrado por el presidente Álvaro Uribe Vélez presentó renuncia este jueves tras las acusaciones de que él en realidad no es el hombre honesto que muchos creían sino una ficha clave de estas organizaciones que sembraron de sangre y dolor al país.

Osorio Villadiego, que había llegado al cargo con la tarea de llevar la paz política a Córdoba, cayó además en medio de la ‘guerra’ que se libra entre uribistas y liberales. Esta confrontación no admite treguas. Osorio, acusado de haber tenido relaciones con los ex comandantes de los grupos paramilitares, ofreció en la mañana de este jueves su renuncia al ministro de Gobierno y eso sí, agradeció al presidente Uribe la confianza que había depositado en él cuando lo eligió precisamente en el momento en que el jefe de Estado estaba en Córdoba pasando vacaciones en su finca ‘El Ubérrimo’.

Benito Osorio Villadiego es un reconocido ganadero oriundo de Cereté, región donde ha desarrollado sus actividades agropecuarias. Durante nueve años fue gerente del Fondo Ganadero de Córdoba, cargo en el que estuvo hasta abril del año 2007 cuando la junta decidió dar por terminada su gestión. Osorio también ha sido precandidato a la Gobernación en dos ocasiones, pero no tuvo el respaldo suficiente, tanto en el año 2000 como en 2003.
 
Visita a Mancuso

Su nombramiento fue sorpresivo, pues durante los días finales de diciembre no se mencionó su nombre como uno de los posibles candidatos para asumir el Gobierno departamental que enfrentaba una nueva crisis por la ausencia de un gobernador titular.
 
Precisamente ahora trascendió que en diciembre, visitó al desmovilizado paramilitar Salvatore Mancuso en la cárcel. El contenido real de la charla hasta ahora en un misterio.
 
A finales del año pasado un juez administrativo ordenó al Consejo Electoral suspender los comicios y abstenerse de entregar la credencial a Marta Sáenz Correa, la elegida, por una presunta inhabilidad.

En los últimos dos años el departamento ha vivido una crisis de gobierno como consecuencia de un fallo del Consejo de Estado que anuló la elección de Libardo López Cabrales, miembro de Mayorías Liberales y hermano del senador Juan Manuel López, hoy detenido en La Picota por haber firmado el Pacto de Ralito de refundación de la patria.
 
De gobernador en gobernador
 
Libardo López había sido elegido en octubre de 2003 para un periodo de cuatro años. Ante la nulidad de su elección el Gobierno Nacional convocó a elecciones en mayo de 2006, resultando elegido Jaime Torralvo, de Mayorías Liberales. Pero una tutela fallada por la Corte Constitucional devolvió al cargo a López Cabrales, y Torralvo, que era del mismo grupo de López Cabrales, interpuso un recurso ante el Consejo de Estado, dándole la razón a Torralvo.
 
Entre la nulidad, la elección y las posesiones de uno y otro, transcurrió año y medio de interinidades, ingobernabilidad y descalabro administrativo. Finalmente Torralvo asumió el cargo en marzo de 2007 y terminó el 31 de diciembre, pero durante su mandato fue un gobernador ausentista que vivía en Lorica con su concubina y dejó el gobierno en manos de sus secretarios.
 
En los cuatros años anteriores, en Córdoba llegó a haber siete gobernadores y una estela de corrupción y desgreño que tienen al presidente Álvaro Uribe muy enfadado, pues el Gobierno Nacional ha girado recursos para auxiliar a las víctimas de las inundaciones y no llegaron a su destino y la contratación de vías y dragados tampoco se hizo.

Es tal el malestar del Presidente, que al designar a Osorio le exigió que le rindiera cuentas a él y que despojara a los secretarios de las facultades que Torralvo había entregado a sus secretarios para que contrataran abiertamente. De esa manera, dicen en Montería, los responsables del despilfarro son los secretarios y no el gobernador.

En esa atmósfera de interinidad, desgreño y confrontación política entre liberales, orientados por Juan Manuel López Cabrales y los uribistas, encabezados por Miguel Alfonso De la Espriella, llegó el nuevo 2008 sin gobernador en Córdoba. Las últimas tres elecciones han sido ganadas por Mayorías Liberales, que se ha enfrentado a todos los grupos unidos en su contra.
 
Esta dificultad para derrotar al grupo de los hermanos López Cabrales ha llevado a sus contendores a decir que como sea le quitarían la gobernación. Incluso, Juan Manuel López Cabrales enfrentó un juicio en la ‘05’, una finca de Mancuso en inmediaciones de Tierralta, en el que participaron también ‘Jorge 40’, ‘Don Berna’ y ‘Diego Vecino’.
 
Pero la condena que proponía Mancuso, la ejecución de López, habría sido rechazada por los otros miembros del ‘tribunal sumario’, con el argumento de que era inconveniente el asesinato de López Cabrales.
 
De ese juicio, dice una fuente cercana al ex senador liberal, fue llevado a Santafé de Ralito, donde firmó el Pacto de Ralito que hoy lo tiene tras las rejas.

La paz política que el presidente Uribe quiere que reine en Córdoba quedará pospuesta nuevamente, pues, según Rodrigo García Caicedo, el aguerrido ganadero que dio la batalla contra la guerrilla y defendió la causa de las autodefensas, dice que no hay mucho de dónde escoger, pues durante los años en que los comandantes paramilitares tenían el control territorial, se desviaron y terminaron secuestrando, extorsionando, asesinando y desplazando a inocentes. Esto se lo dijo García Caicedo a Castaño y el jefe paramilitar le dijo: “don Rodrigo ya yo no tengo el control”.

Así las cosas, el Presidente tendrá que buscar con lupa y nombrar un gobernador, que como le pidieron los López Cabrales, sea un liberal uribista que dé garantías mientras se resuelve el litigio jurídico sobre la presunta inhabilidad de la candidata de Mayorías Liberales.