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Tecnología convertida en moda

La reducción de los costos ha puesto los adelantos tecnológicos al alcance de todos.

Óscar Parra*
9 de enero de 2005

Hace no más de veinte años, la mayoría de los colombianos trabajaban en sus casas y oficinas usando máquinas de escribir. El único proveedor de correo conocido era Adpostal y los teléfonos eran pesados aparatos con marcación de disco. Ni hablar del equipo de sonido última tecnología donde sonaban los pequeños acetatos de los incontables cañonazos bailables en sus primeros volúmenes, infaltables en toda fiesta navideña. Todos estos artefactos se han convertido en reliquias casi prehistóricas gracias a los avances tecnológicos. La masificación de estos adelantos en los últimos años, los ha convertido en toda una tendencia de la moda. Sin embargo, según Álvaro Montes, comentarista de tecnología de SEMANA, esta corriente que impulsa la compra de todo tipo de última tecnología no es nada nuevo. Para Montes, lo mismo ha ocurrido desde hace mucho tiempo, por ejemplo, con los automóviles y lo novedoso es que la facilidad a la hora de adquirir estos productos ha hecho que comprar teléfonos celulares y computadores portátiles este in. Añade que existen dos tipos de consumidores: los adictos a la tecnología que buscan los aparatos de mejor rendimiento y los que compran en función de la estética. Indiscutiblemente, uno de los factores que ha influenciado este fácil acceso a la tecnología es la reducción en los costos. En Colombia, hace diez años el precio de un computador personal era de U$ 1.600 aproximadamente, mientras en la actualidad, la oferta de equipos con fax modem, multimedia y una buena capacidad de memoria es de sólo U$ 500. En el área de las comunicaciones las cosas parecen aun más dramáticas. En 1983 Motorola introdujo el primer teléfono celular, el Dynatac que sólo transmitía voz, con un costo por aparato de U$4.000. Hoy por hoy es fácil encontrar teléfonos celulares por U$100 que incluyen cámaras digitales, servicio de Internet, sistemas de reconocimiento de voz, accesorios que permiten combinarlos con la ropa, y, por qué no, como ya se hace en Europa, con ciertas modificaciones que permiten usarlos como ayudas sexuales para adultos. Toda esta cantidad de servicios, ofrecidos cada vez a costos más bajos, han permitido un gran incremento en el uso de esta tecnología. Tan sólo en el primer trimestre de 2004 se superó en 40% la cantidad de usuarios de telefonía celular con respecto al mismo periodo del año anterior. Una de cada seis personas usa celular en Colombia, aunque la cifra es baja comparada con otros países como Chile donde la mitad de los habitantes tienen este servicio. Pero el milagro del avance en materia de comunicaciones no para ahí. Gracias al desarrollo de tecnologías como Wi-Fi que permite la trasmisión de datos en espacios abiertos a través de señales de radio, cualquier persona puede navegar en Internet vía inalámbrica desde una silla del parque de la 93, usando un computador portátil o una Palm, una pequeña agenda digital que cuenta con sistema operativo propio, similar a Windows, cuyo costo no supera los U$600. Aunque lo pareciera, el uso de estos desarrollos no es exclusivo de las élites de ejecutivos de empresa. La verdad es que en todas las actividades de la vida diaria se nota la tendencia a usar cada vez más los últimos adelantos en tecnología. Los DVD en los automóviles que permiten leer varios formatos de música, las comunicaciones en larga distancia vía Internet, que incluyen transmisión de video, a costos muy inferiores a los acostumbrados en la telefonía tradicional ya no son un lujo y pronto pasarán a ser una necesidad. Los jóvenes de las nuevas generaciones han recibido un mundo donde la tecnología se ha convertido en una moda. No pasa un año antes que un modelo de teléfono celular salga del mercado o que las nuevas Palm con más y mejores servicios conviertan a las viejas agendas electrónicas en dinosaurios. Y ni hablar del i-pod, el reproductor de música digital de Apple que se convirtió en el objeto de consumo tecnológico más importante en el último año. La tecnología cambia con tanta rapidez que esos objetos obsoletos usados hace un par de décadas son artefactos totalmente desconocidos por los adolescentes de hoy, sumergidos en el X-Box, el DVD y las páginas de Internet. Bien cuenta Andrés López en su monólogo La pelota de letras: por cosas del destino una adolescente se queda sin servicio eléctrico en la finca de su familia en Anapoima y valientemente decide adelantar su tarea de colegio en una vieja máquina de escribir. Después de varias horas de arduo trabajo se acerca a su padre señalándole el rodillo de la máquina y le dice: "Ya terminé, todo lo tengo guardado aquí, ¿tú no sabes dónde lo puedo imprimir?". *Ingeniero de sistemas