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Medio Oriente

Tormenta en el desierto

Ante la ausencia política de Ariel Sharon, ¿qué puede pasar en las elecciones del próximo 28 de marzo y quién sería el nuevo líder del Estado judío? Análisis de Rodrigo París.

Rodrigo París Rojas
20 de enero de 2006

Ante la "muerte pública"  de Ariel Sharon, quien según el cuerpo médico que lo atiende es casi imposible que regrese al cargo de Primer Ministro, comienza a surgir la pregunta por su sucesor.

 Según encuestas realizadas en estos días en Israel, si las elecciones legislativas previstas para el 28 de marzo fueran hoy, es posible que Kadima, el embrionario partido de Ariel Sharon que creó el pasado 21 de noviembre, sea el ganador con una diferencia de escaños dependiendo de quien sea el capitán de semejante barco: si es Ehud Olmert -actual primer ministro interino- se obtendrían unas 39 bancas del Knesset (Congreso), o serían 42 en caso de que el octogenario Premio Nobel de Paz Simón Peres fuera la opción. Estos números no son mayoría en un legislativo de 120 puestos pero si favorecen la creación de un gobierno de coalición en el que resulta fácil negociar con los diez partidos que usualmente participan en los comicios.

 Ahora bien, en el espectro electoral no sólo está el joven Kadima, sino los tradicionales y fuertes Likud  que ahora está liderado por el derechista Benjamín Netanyahu -declarado enemigo de Sharon-, y el partido Laborista en manos de Amir Peretz,  quien sufre de una grave inexperiencia en el manejo de temas de defensa y seguridad.

 Al repasar la historia política de Israel, varios partidos basados en el carisma de su líder no pudieron sobrevivir sin su presencia como por ejemplo Rafi de David Ben-Gurion, Haolam Hazé de Uri Avneri, o Iajad de Ezer Weitzmann; según esa tendencia, Kadima, que significa "Adelante", estaría en coma por la ausencia de su fundador y líder Ariel Sharon.

 Sin embargo el estado de "shock" en que se encuentra el pueblo israelí podría generar un voto de opinión a ciegas por el político que decida jugársela en redimir al Kadima y continuar el legado del primer ministro convaleciente en un hospital de Jerusalén. Pero a este argumento surge otro obstáculo: esos gobiernos producto de un voto sentimental no suelen ser fuertes. Para la muestra el ejemplo de 1995. En noviembre de ese año, el primer ministro Yitzhak Rabin fue asesinado y en un acto de continuidad, Israel votó por Simon Peres quien fracasó en su proyecto político y poco después debió convocar a elecciones anticipadas en el que ganó uno de los aspirantes en la actual contienda: Benjamín Netanyahu.

 Algunos medios israelíes hablan de Ehud Olmert, el actual primer ministro en reemplazo de Sharon, como una opción viable en medio de tanto desconcierto por varias razones: Olmert ha sido mano derecha de Sharon en asuntos cruciales de su gobierno y podría darle continuidad a su legado; combina de manera eficiente principios ideológicos con el pragmatismo característico de Sharon, y a sus 60 años tiene un amplio recorrido en la vida pública de Israel. Sin embargo no tiene el liderazgo de su antiguo jefe, aunque genera respeto entre la opinión pública carece de agrado y carisma,  y tiene una enorme fama de zigzagueo político lo que no garantiza que siga trabajando sobre lo ya construido.

 Como último punto, las elecciones en Israel no sólo se determinan por los políticos, sino también por las coyunturas en Medio Oriente; y en estas fechas hay dos por tener en cuenta. Primero las elecciones palestinas que se realizarán el 25 de enero, con la posibilidad de que la organización Hamas -enemiga declarada de Israel- obtenga amplia representación y con ello logre determinar en cierto grado el rumbo de la Autoridad Nacional Palestina en el corto plazo; la segunda y tal vez más importante: Irán.

El régimen de Mahmoud Ahmadineyad ha dicho que "Israel debe desaparecer del mapa", y Teherán el lunes antepasado decidió reiniciar sus actividades del programa nuclear, lo que para Israel es una amenaza a su seguridad nacional. De hecho, según lo divulgó el diario The Jerusalén Post "Sharon tenía planeado atacar las instalaciones nucleares de Irán antes de las elecciones israelíes".  Es posible que los hechos en Medio Oriente en las próximas semanas ayuden a aclarar el panorama electoral en ese país o, por el contrario, lo nublen aún más.