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"TransMilenio es el proyecto de movilidad urbana más importante del mundo"

María Inés McCormick entrevistó al arquitecto italiano Guido Robazza, autor de una investigación sobre TransMilenio para el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia.

María Inés McCormick
6 de marzo de 2005

Semana.com: ¿Por qué investigar TransMilenio si en Europa ya existen otros medios de transporte masivo? ¿Qué es lo novedoso?

Guido Robazza: TransMilenio es el proyecto de movilidad urbana más importante que se está realizando a escala mundial por varias razones: los retos que se propone en un contexto tan complejo como el bogotano, la magnitud de su tamaño, el corto plazo en que fue implementado y su modelo económico. Lo interesante y novedoso de un sistema como TransMilenio es que ofrece unas potencialidades de funcionamiento muy eficientes que le permiten ser competitivo con los sistemas masivos como los metros, y por otra parte cuesta infinitamente menos.

Semana.com: ¿Cuáles fueron los hallazgos más interesantes de su investigación?

G.R.: La conclusión más general y positiva que se puede sacar es que TransMilenio apoya y favorece los intentos del POT (plan de ordenamiento territorial), como la densificación del tejido urbano consolidado y de las centralidades urbanas; el reequipamiento de las centralidades locales, lo que permite una descongestión del centro y una mayor accesibilidad a los servicios, y la desmarginalización de las periferias. Un sistema de movilidad de ese tipo tiene un papel muy determinante en el desarrollo sostenible y equilibrado de una ciudad.

Semana.com: Usted estuvo hace más de un año en Bogotá haciendo el estudio... ¿cómo ve TransMilenio ahora?

G.R.: Al llegar a Bogotá lo que más me impresionó fue la fuerza de su imagen en la ciudad. Después de haber estudiado los impactos que genera en el contexto

urbano, lo veo como una gran oportunidad para la ciudad.

Semana.com: ¿Qué le falta mejorar al sistema?

G.R.: Técnicamente el sistema TransMilenio funciona muy bien, la estructura de su gestión es muy adecuada al contexto en el cual nace, los aportes al funcionamiento de la ciudad son realmente buenos. Las mejorías hacia las cuales habría que mirar están más en la planeación y el control de los impactos que puede tener en la ciudad. Es decir, TransMilenio influye positivamente en las rentas inmobiliarias, en los precios del suelo, en la rentabilidad de las actividades comerciales. Si estos recursos son manejados pueden representar una gran oportunidad para toda la ciudad.

Semana.com: ¿Podría implementarse en otras ciudades?

G.R.: TransMilenio no es el primer sistema de transporte de ese tipo y no será el último. TransMilenio está inspirado en un sistema parecido que fue realizado en los años 70 en Curitiba (Brasil). La diferencia con éste es que en Bogotá el proyecto tiene un tamaño mucho más grande y constituirá una red que cubrirá el 80 por ciento de la superficie de la ciudad. Además hay sistemas parecidos en unas pocas ciudades de Norteamérica y Europa. Realmente, las ventajas de este modelo de transporte se ven mucho más en ciudades donde hay graves problemas de transporte y bajos recursos para solucionarlos. Los Bus Rapid Transit ahora mismo están siendo proyectados o realizados en muchas ciudades de Centro-Sur América (México D.F., Lima, Panamá, Guatemala) y en muchas otras ciudades de países en vías de desarrollo (Ciudad del Cabo, Dakar, Delhi, Yakarta, Beijing).

Semana.com: ¿A pesar de tener TransMilenio, cree usted que la ciudad necesita un metro?

G.R.: Ese es un tema que me resulta muy difícil de contestar. TransMilenio nace como un sistema de transporte integrado. Eso quiere decir que su plan original proyectaba la presencia de la integración no sólo con el sistema regional de trenes sino también con un hipotético metro. Como TransMilenio funciona muy bien y como los recursos no son muchos, parece no ser tan necesaria la realización de un metro, pero eso se podrá afirmar razonablemente mirando la movilidad de la ciudad cuando TransMilenio llegue a su fase final.

Semana.com: ¿Cómo mejora TransMilenio la calidad de vida?

G.R.: Primero, la posibilidad de desplazamientos más rápidos y cómodos, lo que brinda mayor accesibilidad a muchos lugares de la ciudad. Esto significa tener cubiertas muchas más necesidades. Segundo, aumenta el nivel de seguridad de la ciudad. Además tiene efectos positivos sobre la contaminación, lo que genera salud; y por último contribuye a la calidad del espacio público, así que la ciudad se vuelve más vivible en sus lugares abiertos, colectivos, con consecuencias sociales positivas.

Semana.com: ¿Desde el punto de vista arquitectónico ve muchos cambios en la ciudad gracias a TransMilenio?

G.R.: El cambio arquitectónico más evidente está dado por su misma presencia. La realización de estaciones de muy alta calidad arquitectónica por un lado y la presencia de estos buses rojos que atraviesan la ciudad de parte a parte a gran velocidad por el otro, cambian radicalmente la imagen de la ciudad.

Semana.com: ¿ El sistema de TransMilenio es sostenible a largo lazo?

G.R.: Este es un asunto muy complejo, por todas las variables involucradas en los procesos de realización y funcionamiento de TransMilenio por un lado y de reglamentación y gestión de la ciudad por el otro. Entran en juego muchos factores. Creo que realmente depende de cómo se manejen las externalidades que este sistema produce.

Semana.com: ¿Debería aumentarse el horario de atención más allá de las 11?

G.R.: Esa sería una mejoría muy interesante. Está claro que en una gran ciudad como Bogotá las necesidades de desplazarse no acaban a las 11. Cuanto más continuo sea el ciclo de vida de la ciudad, sería de 24 horas. Pero el funcionamiento de un sistema de transporte por las noches tiene problemas de seguridad y desventajas económicas. Una buena solución, tomando ejemplo de otras grandes ciudades, sería la de posponer el horario de cierre y sobre todo garantizar un servicio nocturno que equilibre la respuesta a la demanda nocturna y los recursos necesarios para implementarlo.