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Judith Pinedo Flórez, alcadesa de Cartagena, elegida el año pasado.

JUDICIAL

Tribunal Contencioso anula la elección de la alcaldesa de Cartagena

Pese a que la Procuraduría consideró que no hay lugar a la sanción, el tribunal de Bolívar dijo que Pinedo Flórez estaba impedida al momento de ser elegida con la mayor votación popular que ha tenido Cartagena.

Tadeo Martinez, corresponsal de Semana en Cartagena
19 de junio de 2008

En un fallo de primera instancia que puede ser apelado, el Tribunal Contencioso de Bolívar declaró la nulidad de la elección de la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, porque su esposo, Arturo Zea Solano, quien se desempeñaba como Defensor del Pueblo, no se retiró del cargo un año antes de la elección.

Pinedo Flórez fue elegida con 115.000 votos el pasado octubre, la mayor votación que se haya depositado en la ciudad desde que se instauró la elección popular de alcaldes.

Hace una semana se conoció el concepto del Procurador Delegado ante el Tribunal, Alberto Vélez Baena, quien había pedido todo lo contrario de lo decidido por la sala electoral de esta corporación judicial. El agente del ministerio público, Alberto Vélez Baena, sostuvo que los Defensores del Pueblo no son autoridad administrativa y por eso no se producía la inhabilidad.

Sin embargo, se conoció extraoficialmente, que con ponencia del magistrado Javier Ortiz Del Valle, el Tribunal consideró que al momento de su elección Judith Pinedo Flórez estaba inhabilitada por el cargo desempeñado por su esposo. El fallo puede ser apelado ante el Consejo de Estado y resuelto en los próximos sesenta días.

Según el demandante, el Defensor del Pueblo ejerce como autoridad civil, administrativa y política en Cartagena y debió renunciar un año antes como lo contempla el régimen de inhabilidades para los candidatos a cargos de elección popular. Si el Consejo de Estado confirma la decisión del tribunal, la Registraduría deberá convocar a nuevas elecciones para la alcaldía de Cartagena.

En entrevista concedida al periódico El Universal, la alcaldesa dijo que la decisión adoptada por el tribunal no es la última palabra y que apelará. También dijo que la decisión del contencioso había sido cantada hace varios meses, cuando, Juan Carlos Gossaín, el candidato derrotado dijo a los concejales que en junio retomarían el poder.

La alcaldesa, conocida como la Mariamulata, por el movimiento que lideró hace algunos años con ese nombre, dijo que tenía la certeza de que no existe inhabilidad y que lo que se sabía era que los políticos tradicionales alardeaban desde hace meses sobre la certeza de la nulidad ante el tribunal. Agregó que el fallo va contra la jurisprudencia del Consejo de Estado que ha establecido que, "en casos como el de mi esposo, no hay autoridad civil ni administrativa". Según la alcaldesa, el Defensor Nacional del Pueblo, certificó que los defensores regionales no tienen autoridad administrativa.

Finalmente la alcaldesa dijo que lo que está en juego en Cartagena es el futuro de la ciudad y que su elección fue una decisión mayoritaria de los cartageneros de iniciar un cambio profundo en las costumbres políticas de la ciudad. Pinedo se inscribió después de un proceso de recolección de firmas, rechazó el aval del Partido Liberal y derrotó a una maquinaria de concejales, senadores, representantes y diputados que habían apoyado al candidato que le siguió en votos.

En sus primeras declaraciones al periódico El Universal afirmó que no renunciará "al compromiso que tenemos de acabar con la corrupción y con la politiquería, de poner la Alcaldía al servicio de los ciudadanos y no de los negocios de unos pocos, y eso lo asumo ahora con más fuerza, porque quienes han saqueado la Alcaldía han demostrado que no podemos menospreciar su capacidad. No se han resignado a aceptar la decisión mayoritaria de los cartageneros. Mi deber es defenderla".

La paradoja de la decisión es que, presuntamente de acuerdo con el fallo, un defensor del pueblo, sin presupuesto y sin capacidad para nombrar, derrotó a la maquinaria de concejales, diputados y congresistas que apoyaban al candidato derrotado por la Mariamulata.