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Un vivo que ayuda a los muertos

En Colombia actualmente hay 1002 cuerpos sin reclamar en las morgues de Medicina Legal. José Ayala ayuda a buscarles doliente.

Carlos Arango
5 de julio de 2006

“Esta es parte de la lista de los 35 cadáveres que se encuentran en la morgue del Instituto de Medicina Legal para que sean reclamados por sus familiares. En caso contrario serán inhumados en el cementerio del Sur………,” dice José Ayala, en su programa de las seis y cuarenta de la mañana en la emisora Radio Cordillera.

Como todos los días, de lunes a viernes, desde la pequeña cabina del noticiero Buenos Días Bogotá y Cundinamarca – en el 1180 AM –Ayala lee los nombres de los cuerpos que no han sido reclamados por sus familiares.

Ayala inició su carrera como periodista de El Tiempo y luego con la ayuda de Enrique Santos Castillo ocupó varios cargos públicos hasta que se jubiló hace 10 años. A los 52 años, decidió retomar el oficio periodístico encargándose de las notas judiciales. Su jornada comienza a las tres de la mañana, con una llamada a los CAI de Vista Hermosa, Suba, Patio Bonito, San Cristóbal Sur, La Victoria, El Recuerdo y El Tesoro. Ayala chequea telefónicamente lo sucedido en estas zonas y completa la agenda informativa que más tarde revelará en la sección del noticiero. A las siete de la mañana y terminada su labor radiofónica se dirige al CTI, DAS y Medicina Legal en búsqueda de información para el día siguiente.

La difusión de los nombres de los cuerpos no reclamados y la búsqueda de personas allegadas a ellos la inicia con un boletín de prensa que emite Medicina Legal cada 15 días. En este aparece el nombre, la fecha de muerte y el documento de identidad de los cuerpos. Son las personas que coloquialmente se conocen como N.N. pero que generalmente son identificados por sus huellas dactilares, sus documentos o por familiares que los reconocen. Sin embargo, hay algunos colombianos que se quedan sin reclamar.

En el caso de Bogotá, actualmente son 36 los no reclamados, pero en ciudades como Cali la cifra asciende a 116, en Pereira a 111 y en Medellín a 87. En total hay 1002 cuerpos que actualmente reposan en las morgues y en las bóvedas de todo el país. (Ver listado de cadáveres no reclamados)

¿Por qué no los reclaman?

En Bogotá el cuerpo más antiguo no reclamado data de enero del 2000. Pero en Medellín se encuentra Omar Eugenio Lopera Londoño, quien yace en el cementerio desde 1987 sin que nadie lo reclame.

Para Raul Isuasty, coordinador de la unidad de divulgación de Medicina Legal, la razón más común por la cual los cuerpos no son reclamados obedece a la pérdida de contacto con los familiares. Le sucede a muchos habitantes de la calle. José Ayala cree que las circunstancias económicas de la gente, que en la mayoría son de escasos recursos y no tienen con qué pagar las honras fúnebres, hace que los familiares prefieran abandonar el cuerpo. Existen otras situaciones como el cambio de residencia a otra ciudad sin que la persona informe a su familia, o cuando esta misma no quiere reclamar el cuerpo por condiciones de seguridad relacionadas con una vida delictiva de la victima la cual podría acarrear venganzas que involucren a la familia completa. Con todo y esto, José Ayala ha localizado los familiares de tres cuerpos gracias al directorio telefónico.

Si tratar de encontrar los familiares de 36 cuerpos a través de una emisora de radio donde sólo dan un minuto para leer los nombres es una labor difícil, encontrarlos buscando los apellidos de las víctimas en un directorio telefónico es un acto de fe que redime a los muertos ante la indiferencia de los vivos.

De esta manera, el año pasado, José Ayala logró ubicar a los familiares de un indigente de 52 años que vivía y fue encontrado muerto en la calle del Cartucho. El primer paso fue comparar los dos apellidos de la victima con alguna persona que los tuviera en el directorio. Cuando llamó, le contestó una mujer.

- Señora usted conoce a Gerardo Dueñas*, preguntó Ayala.
- Sí, soy la hermana. Él pasó hace ocho días por aquí y le di veinticinco mil pesos para que se quedará en un hotel porque se que está metido con las drogas en la calle del Cartucho.
- Señora, él está en la morgue de Medicina Legal, finalizó Ayala.
- ¿Pero cómo?, exclamó la señora.

La mujer le dio las gracias y aquel cuerpo salido de la indigencia del Cartucho resultó pertenecer a una familia de alta posición económica, propietaria de varios almacenes en Bogotá. “Cuando uno se da cuenta de todas estas cosas, ahí es donde se quiere a la familia y se le sabe valorar. Por eso le dedico mucho tiempo a ellos”, afirma Ayala. “Cuando llamo a Medicina Legal y me dicen que han reclamado cinco me pongo contento”, dice Ayala con la satisfacción en el rostro.

El día que su rostro cambió fue con la llamada de un funcionario del CTI. Cotejando los apellidos de un cuerpo no reclamado con los apellidos del directorio, Ayala encontró similitud en uno y llamó. La familia estaba buscando a su pariente y dio aviso a las autoridades tras interceptar la llamada. El funcionario preguntó por qué estaba llamando a esa casa y por qué sabía de la muerte del señor. Ayala simplemente explicó que él difundía esa información para que la gente se enterara, o bien pudo decir para que entidades como la Fiscalía se enteraran.

En Bogotá las cadáveres se conservan entre 1 y 3 meses en un cuarto frío con capacidad para 60 cuerpos. Cuando llega a su tope, los cuerpos van siendo enterrados en bóvedas individuales que el Distrito tiene destinadas para tal fin. “Pienso que es una cosa de humanidad hacer lo que hago. Porque la gente no sabe que una persona murió, ni en qué condiciones y menos que se encuentra en Medicina Legal”,afirma Ayala.

Diariamente llegan a Medicina Legal entre 10 y 12 cuerpos. Los tipos de muerte pueden ser: homicidio, suicidio o accidente. Casi siempre los cadáveres son identificados en el lugar de la muerte y reclamados por los familiares. Pero cuando esto no suceda, José Ayala estará de lunes a viernes, a las seis y cuarenta de la mañana en Radio Cordillera, diciendo los nombres de los cuerpos no reclamados, que sin ser NNs parecen serlo.