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MÚSICA

Una hermosa travesía por la música popular de Colombia realiza la Orquesta Sinfónica Nacional

Las presentaciones en sitios públicos buscan recuperar las piezas tradicionales de la música popular. La presentación de ‘Viaje musical por Colombia’ en el parque de la 93 en Bogotá, en la noche del miércoles, augura éxitos al nuevo CD

Javier Cruz
10 de mayo de 2007

A las 7:15 de la noche la fila del costado oriental del Parque de la 93 crecía con cientos de espectadores bogotanos con el anhelo de adquirir una silla.

A 7:35 poco a poco se permitía el ingreso a la plazoleta principal y las sillas habilitadas para gala nocturna se agotaban con el correr de los minutos.

A las 7:52 todo estaba listo para que esa noche de miércoles el maestro Eduardo Carrizosa, director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, diera la bienvenida al público capitalino para su majestuosa presentación con repertorio totalmente colombiano.

Y no era para menos, pues este evento, que por primera vez ofrecía la orquesta más importante del país, permitió que familias completas con sus niños, jóvenes, adolescentes y ancianos de la capital pudieran apreciar un espectáculo especial y disfrutar de las melodías colombianas que, poco a poco, fueron calentando la noche fría en el Parque de la 93.

Cuando el maestro Carrizosa y su grupo dieron la bienvenida a la sinfonía nocturna con el San Pedro en el Espinal, el frío de la noche se fue desplazando por el calor humano producto de los aplausos y de los movimientos de las manos.

La noche fue corta, pero suficiente para desplazarse a lo largo y ancho de la geografía recordando los aires musicales que identifican nuestra música. Iniciando por el Tolima grande y continuando por los verdes Llanos Orientales con Carmentea, pasando por la fría Boyacá con El torbellino de mi tierra, para luego buscar las playas de la Costa Atlántica gozando con Yo me llamo cumbia, del maestro Mario Gareña y visitando musicalmente la en general olvidada pero esta noche muy bien recordada tierra de Chocó, con Chocoanita, del maestro Garrido.

El público ovacionó la orquesta que en varias oportunidades y con el beneplácito del director aplaudió y cantó a tal punto, que al final de cada interpretación sólo se escuchaba una palabra con un eco fuerte: ¡otra, otra! Al final, el público salió emocionado porque reunió tres cosas grandes en una sola noche: escuchar la Orquesta Sinfónica, en un concierto gratis, interpretando la mejor música del mundo. La de Colombia tierra querida.