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Torea de frente, de poder a poder, poniéndole el pecho de sus jacas a sus toros y templándolos de manera magistral. FOTOS: Paola Castaño

TEMPORADA TAURINA

Una oreja cortó el portugués Joao Moura en la corrida de rejones en Bogotá

Con una asistencia de cerca de 10.000 mil aficionados se dio la corrida de rejones en la Santamaría, en la que salio triunfador Joao Moura. El encierro de Ernesto Gutiérrez, bien presentado y con trapío colaboró con los caballeros en plaza

Hernán Miranda Torres, Crotaurinos
5 de febrero de 2008

Con un ambiente hostil, que no entendemos por qué, quizá por la caída del cartel del famoso rejoneador Joao Moura padre, parte de los aficionados recibieron con pitos a los dos rejoneadores colombianos, Juan Rafael Restrepo y Jorge Enrique Piraquive al hacer el paseíllo en la primera plaza del país. Ni la empresa ni los dos toreros tuvieron nada que ver con la ausencia de Joao Moura padre, quien a última hora envió un parte médico justificando su ausencia. No obstante, esos pitos y agravios fueron cambiados al final de la corrida por aplausos y ovaciones al retirarse Jorge Enrique Piraquive.

Juan Rafael Restrepo

Una muy irregular campaña lleva por los ruedos nacionales, Juan Rafael Restrepo y el domingo pasado lo corroboró al no acoplarse con los dos toros que le correspondieron en suerte. A su primero, de nombre Demandante, de 480 kilos, un toro alegre al colocarle el segundo rejón de castigo le alcanzó a afectar el pulmón y el toro acusó la mala colocación y quedó completamente parado. Lo mató después de un pinchazo y todo quedo ahí. A su segundo ejemplar, de 518 kilos alcanzó a dejarle unas banderillas de buena ejecución pero nuevamente pinchó en varias ocasiones por lo que recibió un recado de la presidencia. Al retirarse al callejón recibió una fuerte rechifla y en cambio el toro fue aplaudido en el arrastre.

Joao Moura

Este joven torero a caballo, con apenas 18 años, se perfila en un futuro muy cercano como uno de los mejores rejoneadores en el mundo taurino. Torea de frente, de poder a poder, poniéndole el pecho de sus jacas a sus toros y templándolos de manera magistral. A su primer ejemplar de 490 kilos, Columnista, le colocó banderillas de muy buena factura, así como banderillas al violín y las tres banderillas cortas, unas tras otra, y de manera continua con mucho poder y solvencia. Dejó el rejón de muerte en todo lo alto por lo cual el toro rodó sin puntilla a sus pies, fue premiado con una oreja, a la postre la única de la tarde.

A su segundo oponente unas banderillas de colocación perfecta en lo alto del morrillo. Ejecuta al salir de la suerte unas piruetas impresionantes que fueron largamente ovacionadas por el público. Infortunadamente al dejar el rejón de muerte, y por la poca caja del toro lo atravesó, eso sí con una muerte instantánea, los aficionados pidieron la oreja, pero el presidente del festejo, de manera inteligente y acertada y sobre todo ciñéndose al reglamento no la concedió. Eso sí dio la vuelta al ruedo entre aplausos.
Jorge Enrique Piraquive

Muy bien puesto, con solvencia y sobretodo con gusto estuvo este rejoneador bogotano, que además de contar con una excelente cuadra de caballos interpreta el arte de María Alba con mucha prestancia y señorío. Tanto se arrimó que salió comprometido al colocar unas banderillas en la querencia de los chiqueros y cayó a la arena de manera aparatosa, por fortuna sin consecuencias que lamentar. No contó con suerte en los rejones de muerte por lo cual perdió los trofeos que tenía ganados por sus dos buenas faenas. Si continúa por ese sendero tendremos en muy corto tiempo uno de los mejores rejoneadores del país y seguramente se le abrirán las puertas en las principales ferias colombianas.

El próximo domingo llega a la Santamaría el “monstruo” José Tomás, calificado por los críticos como el mejor torero del mundo en la actualidad. Alternará con su compatriota Finito de Córdoba y el bogotano Ramsés Ruiz, quienes lidiarán un encierro de El Paraíso. La jefe de prensa de la Corporación Taurina de Bogotá, Giovanna Victoria le contó a este cronista que quedan muy pocas boletas en la taquilla de la plaza. Seguramente y de aquí en adelante abra un lleno hasta las banderas.