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El Presidente Uribe durante los actos de la ceremonia militar en la mañana de este martes, en Bogotá. FOTO: CÉSAR CARRIÓN / SNE

Orden público

Uribe afirma que la historia le dio la razón al señalar a las Farc de la autoría del carro bomba a la Escuela Superior de Guerra

Reacción del Jefe del Estado a la más reciente portada de la revista SEMANA en la que se cuenta cómo una mujer sindicada de pertenecer a este grupo guerrillero logró infiltrar altos niveles de las Fuerzas Armadas. Marilú Ramírez Baquero está señalada por las autoridades de haber puesto la bomba en el corazón de los servicios de inteligencia del Estado.

13 de noviembre de 2007

El tremendo escándalo que desató la más reciente edición de la revista SEMANA que revela que Marilú Ramírez Baquero, presunta guerrillera de las Farc, logró infiltrar a altos niveles las Fuerzas Militares, provocó una vehemente reacción del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez. El Jefe del Estado admitió que hubo un error de las autoridades al no verificar con rigor los antecedentes de esta mujer, quien logró extraer información confidencial de la estrategia contrainsurgente. Sin embargo, el Presidente reivindicó que la historia le dio la razón pues él fue el primero en señalar que tras el atentado a la Escuela Superior de Guerra, en Bogotá, estaban las manos de las Farc.

“La justicia acaba de poner presa a una señora de las Farc que había infiltrado nuestra Fuerza Pública... Han tenido esa osadía, esa intrepidez los terroristas, pero tarde que temprano la Justicia se impone (...) hoy por fortuna esa señora terrorista está a órdenes de la justicia”, dijo en la mañana de este martes el Presidente durante una ceremonia en la Escuela General Santander. Según la Fiscalía, Marilú Ramírez es autora del atentado con carro bomba en el mismo corazón de los servicios de inteligencia del Estado, la Escuela Superior de Guerra. El hecho terrorista, realizado en octubre del año pasado, le costó al país la ruptura de los acercamientos que el gobierno estaba haciendo en ese momento con el grupo insurgente para hablar de acuerdo humanitario.

Por su parte, el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, también admitió que las Farc llegaron a donde nunca han debido llegar. “(Marilú Ramírez) penetró, vulneró los sistemas de seguridad y la selección de la Escuela de Guerra y logró ingresar al curso final en 2005”, dijo el oficial al hacer referencia a uno de los estudios de mayor reserva, ya que se habla allí de temas sensibles que de ser públicos, afectan sin duda la seguridad nacional.

El alto oficial destacó la importancia de que fuera la inteligencia militar la que identificara a Ramírez como sospechosa de ser integrante de las Farc. Sin embargo, anotó que era innegable que las fallas ocurrieron desde la contrainteligencia militar, que no verificó con el suficiente rigor los antecedentes de esta mujer, capturada el pasado 25 de octubre y sindicada por la Fiscalía de rebelión, concierto para delinquir y terrorismo. La mujer está señalada de formar parte de los escuadrones mimetizados que tenía en Bogotá, el jefe de las Farc Carlos Antonio Lozada, quien fue gravemente herido en una acción del Ejército. En su huida, dejó tirado el computador en donde se produjo este hallazgo y que fue revelado en exclusiva por la revista SEMANA.

Si bien es cierto que, como dice el Presidente, Marilú Ramírez por fortuna está tras las rejas, el daño que pudo haber causado durante los años que estuvo pasando información a las Farc aún no lo conoce el país. Algunos analistas temen que esta información estratégica de manejo exclusivo de la Fuerza Pública, estuvo (o está) en poder del Secretariado de las Farc. Incluso, con toda la información que se le encontró a Ramírez en su apartamento (datos del colegio de los hijos del Fiscal General, movimientos de Tomás y Jerónimo Uribe, etc.) es fácil pensar que no sólo ella estaría detrás de la infiltración a las Fuerzas Militares por parte de este grupo guerrillero, sino que los secretos que tenía son de dimensiones monumentales.

Uno de sus compañeros del Cidenal (curso que adelantan entre otros, oficiales militares de alta graduación), el periodista Eduardo Carrillo, le dijo a Noticias Caracol que Ramírez nunca hizo preguntas capciosas ni generó sospechas entre sus compañeros. “Era una persona dicharachera, extrovertida, normal”, dice el comunicador, quien junto con ella recibió cátedra de personas como el Contralor general, el Vicepresidente, el Procurador.

Para darle una solución parcial al tema, el general Padilla asignó dos comisiones para investigar el caso. Entre tanto, la defensa de la mujer ha dicho que ella no era parte de las Farc y que eso lo demostrará ante la justicia que ahora le sigue un juicio. (Ver artículo La infiltrada).