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Vicepresidente exige a los sindicatos ponerle fin a la ‘combinación de todas las formas de lucha’

El reclamo de Francisco Santos Calderón obedece a, según su versión, la participación de tres sindicatos en una cumbre de movimientos de izquierda en los que participaron los “grupos terroristas” Farc y ELN.

AP
19 de julio de 2007

Pocas cosas le hicieron en el pasado tanto daño a los movimientos de izquierda que el de haber auxiliado o colaborado con los grupos guerrilleros. Fue lo que se llamó la combinación de todas las formas de lucha. La experiencia fue tan nefasta que incluso muchos historiadores consideran que las Farc lo hicieron a propósito para ponerle de carne de cañón a los civiles y así agudizar la confrontación.

Hoy el vicepresidente Francisco Santos exigió ponerle fin a este accionar. Lo hizo al acusar a tres sindicatos de participar en Ecuador en un seminario con los principales grupos insurgentes de Colombia y suscribir un documento que respalda la lucha armada, señalamientos que, sin embargo, los dirigentes laborales negaron.

Santos aseguró en una rueda de prensa que los sindicatos Sintraemcali, Sintrateléfonos y Sintraunicol firmaron un carta el 13 de julio en Quito en el que expresaron su “solidaridad con la lucha de los movimientos insurgentes en Colombia, Filipinas, Nepal”, suscrita también por las principales guerrillas del país.
 
Ciro Guzmán, director del Movimiento Popular Democrático de Ecuador, confirmó a la AP que tres representantes de los sindicatos estuvieron presentes durante el “XI Seminario Internacional: Problemas de la Revolución en América Latina”, organizado por esa entidad y que efectivamente avalaron la declaración citada por Santos.

Guzmán, además, confirmó que el seminario, organizado por ese grupo de la izquierda radical ecuatoriana, contó con la “participación” de representantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque no fue “pública” y se negó a dar más detalles.

El vicepresidente declaró que “no se pude tener un pie en la legalidad y otro en la ilegalidad... estamos con la democracia o estamos contra la democracia”.

En el documento aparecen los nombres de 23 organizaciones que lo avalan, entre ellas partidos comunistas de Perú, Argentina, Brasil y México, pero no el puño y letra de ninguno de sus representantes.

La declaración fue suministrada a la AP por la oficina del vicepresidente, que a su vez recibió el texto por medio de un correo electrónico y que después de recibirlo indagó y dijo que confirmó su veracidad.

En ella las organizaciones firmantes profesan que “solo el uso de la violencia organizada de las masas permitirá dar los golpes definitivos para derrotar la dominación burguesa imperialista y conquistar el poder”.

Santos aseguró que la comunidad internacional le debe pedir respuestas a los sindicatos por haber firmado el documento.
Colombia es considerado como el país más peligroso para los sindicalistas, uno de los argumentos de los congresistas demócratas en Estados Unidos para negarse a firmar un tratado de libre comercio que ha sido una prioridad del gobierno del presidente Alvaro Uribe.
 
El vicepresidente aseguró que los demócratas en el Congreso, la Organización Internacional del Trabajo y la AFL-CIO (uno de los más grandes sindicatos de Estados Unidos), “le deben exigir a los sindicatos claridad sobre su posición sobre la lucha armada”.
Rodrigo Acosta, que trabaja como consultor para Sintraemcali, aseguró que los representes del sindicato nunca vieron la declaración final del seminario ya que no participaron en la última jornada.

Jorge Iván Vélez, presidente de Sitraemcali, el sindicato de empleados municipales de Cali, la tercera mayor ciudad del país, aseguró que cinco representantes de los tres sindicatos que aparecen como firmantes del documento estuvieron el 13 de julio en Quito para participar en un congreso de la Confederación de Trabajadores de Ecuador y que “ninguno de ellos firmó esa declaración” o estuvo en el “mismo escenario” con los delegados insurgentes colombianos.
“Nuestra historia y nuestro trabajo demuestra que estamos en contra de la lucha armada”, aseveró.

Según Vélez, las acusaciones del vicepresidente ponen “en grave riesgo” la vida de los dirigentes sindicalistas.
Al menos 58 sindicalistas fueron asesinados en el 2006 según cifras del gobierno.
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En internet: http://www.mpd15.org.ec/congreso11.htm