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Las madres de los policías que no fueron liberados el pasado fin de semana volvieron a ilusionarse este martes, tras la propuesta de las Farc de entregar a los uniformados este sábado 25 de marzo.

Paz

Vuelve y juega

Este sábado se espera que, en un segundo intento, regresen a la libertad los patrulleros Éder Luis Almanza y Carlos Eduardo Legarda, secuestrados por las Farc. Si el Gobierno colombiano o el grupo guerrillero fallan, se vendrá al piso una vez más el operativo de entrega.

22 de marzo de 2006

Pasadas las nueve de la noche del martes, Alba Patrón y Rosario Rosero recibieron la noticia: sus hijos, policías secuestrados por las Farc, ahora sí serán liberados en El Afilador, corregimiento del municipio La Dorada, en el departamento del Putumayo, luego de que el pasado sábado se frustrara la operación en el mismo sitio porque las Fuerzas Militares no habían sido notificadas oficialmente de la decisión y mantuvieron tropas en el lugar.

Alba es madre del patrullero Éder Luis Almanza y doña Rosario es la de Carlos Alberto Legarda. La primera vive en Cereté, Córdoba. La segunda, en Candelaria, departamento del Valle. Ambas recibieron con alegría la noticia pero ninguna de las dos familias tiene un peso para regresar a Bogotá y viajar este sábado 25 de marzo hasta Mocoa y luego a El Afilador, sitio donde sus hijos serán devueltos a la libertad.

“Ahora estamos muy felices y toca esperar a ver qué nos dicen porque nosotros no tenemos plata para pagar otra vez pasajes a Bogotá”, dice Leydi, hermana del patrullero Carlos Alberto y quien, junto con su madre, llegaron ayer a Candelaria bastante agobiadas al ver que el gran sueño de ver nuevamente al joven policía junto a ellas, se les escurría entre los dedos.

La decisión

En un comunicado de tres puntos, las Farc informaron anoche que entregarán los dos policías secuestrados al candidato presidencial Álvaro Leyva y al Comité de la Cruz Roja Internacional (CICR). Pero el candidato ya dijo que, esta vez, se abstendría de hacer parte de dicha gestión para no entorpecer la entrega. Aunque aclaró que si el Presidente de la República incumple, hará presencia en la zona para recibir a los uniformados.

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja está a la espera de que “el escenario sea más claro” y de que el Gobierno anuncie oficialmente su intención de alistar la zona para realizar el operativo. Cuando las partes comprometidas (Farc y Gobierno, a través de sus Fuerzas Militares) estén de acuerdo con que la liberación se realizará en esta zona del Putumayo, el CICR volverá a disponer de helicópteros y personal coordinado por el jefe de la delegación, Juan Pedro Schaerer.

Para que todo sea un éxito, a ninguna persona se le podrá pasar por alto la notificación oficial de que Almanza y Legarda serán liberados en El Afilador. Al mediodía del próximo sábado 25 de marzo, llegarán a la vereda miembros de las Farc (no se sabe cuántos, ni quiénes) que acompañarán a los policías.

Adicional a esto, el presidente Álvaro Uribe deberá notificarle a su Ministro de Defensa, Camilo Ospina, del operativo. A su vez, el Ministro le dirá al Comandante de las Fuerzas Militares, general Carlos Alberto Ospina, y a los directores de la Policía Nacional, el DAS y la Fiscalía General. Además, el general Ospina le informará al comandante del Ejército para que este le ordene al comandante de la Sexta División (con sede en el departamento) para que cesen las operaciones en el lugar, sin importar que alrededor haya pozos petroleros que cuidar, o población civil vulnerable a los ataques de la guerrilla. Así, el CICR podrá aterrizar sus aeronaves y las Farc entregarán a los policías.

Si todo sale así, no habrá ningún problema. Si alguna de las partes falla, el operativo se frustará nuevamente y las posibilidades de que Almanza y Legarda vuelvan a la libertad, serán remotas. Ojalá esta vez a nadie se le pase un solo detalle.