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General Gustavo Matamoros Camacho, comandante de la Brigada XIII del Ejército. (Foto: León Darío Peláez- Semana)

Miércoles, 13 de septiembre, 7:30 p.m.

“Yo asumo la responsabilidad por lo que hicieron mis hombres”

El general Gustavo Matamoros, comandante de la Brigada XIII, habló con SEMANA.COM sobre los recientes escándalos de supuestos montajes hechos por integrantes del Ejército.

Andrea Peña
13 de septiembre de 2006

El escándalo en el que terminaron involucrados dos oficiales del Ejército porque al parecer inventaron allanamientos y un atentado en Bogotá, todavía no tiene asomos de un pronto desenlace. La Fiscalía apenas está recopilando información para imputar a los involucrados (ya hay una guerrillera capturada); la Procuraduría hasta ayer abrió una investigación disciplinaria y el Presidente de la República le aseguró al país que no había pruebas para sindicar a los uniformados.

Quienes hicieron varios de estos allanamientos fueron hombres de la Brigada XIII con sede en Bogotá. Su comandante, el general Gustavo Matamoros, rompió su silencio este miércoles para defender a capa y espada a cada uno de los militares de la unidad que hizo los operativos. Sin embargo, no descartó la posibilidad de que “alguien estuviera torcido”.

Matamoros dice categóricamente que él recibió información de hombres de inteligencia del Comando General de las Fuerzas Militares que le advirtieron sobre dos presuntos ataques de las Farc. En consecuencia, actuó. “En la vida uno no puede confiar en absolutamente nadie, pero en este caso en particular respaldo a mis hombres y respondo por lo que hicieron”, señaló el oficial.

En entrevista con SEMANA.COM, Matamoros explicó lo que sucedió días antes de encontrar explosivos en zonas aledañas a Bogotá: la Brigada recibió información, dispuso de sus hombres, trabajó en conjunto con fuerzas antiexplosivas del DAS en los operativos y los resultados fueron divulgados ante los medios de comunicación.

Al parecer, todo comenzó dos meses antes de la posesión del Presidente de la República, cuando ningún organismo de inteligencia tenía información certera sobre posibles atentados de las Farc en Bogotá, similares a los ocurridos hace cuatro años en la Casa de Nariño. Ni el CTI, ni el DAS, ni el Ejército, ni la Policía sabían de movimientos sospechosos que dieran lugar a una alerta de las autoridades por ataques inminentes.

En esas condiciones, Matamoros preguntó al resto de colegas si no era raro que “el enemigo estuviera tan silencioso”. La sospechosa actitud de las Farc, entonces, motivó a los militares para instalar retenes de seguridad en todas las entradas a la ciudad.

A comienzos de julio, Inteligencia Militar, al parecer, recibió información de infiltrados guerrilleros que aseguraban que un comando central de las Farc que estaba en el Tolima estaría preparando un atentado en Bogotá con explosivos. Fue así como el 15 de julio se desactivó un carro bomba cerca de un centro comercial en la Avenida Caracas con 52 sur, acción que hoy está puesta en duda por las autoridades.

“Dos oficiales de inteligencia de Comando General vinieron hasta la Brigada para entregar la información. (...) yo dispuse de un pelotón para aislar la zona porque esa era mi tarea. Mis hombres se encargaron únicamente de la parte operativa, yo no tuve nada qué ver con los trabajos de inteligencia que se hicieron antes”, aseguró el oficial, quien el 14 de julio, mientras se encontraba en un ensayo de la parada militar del 20 julio, recibió la información del supuesto bombazo.

De manera similar ocurrió con los otras incautaciones que se realizaron en la ciudad. Esos allanamientos, hoy en tela de juicio, se realizaron gracias a la información que le aportaron ambos oficiales a esta unidad militar.

En cuanto al artefacto que estalló el 31 de julio cerca de la Escuela Militar de Cadetes y sobre las grabaciones que señalan a los oficiales de montar atentados frustrados para mostrar resultados, el general Matamoros explicó: “todo debe quedar única y exclusivamente en manos de las autoridades que están a cargo de la investigación. En uno de los Consejos de Seguridad del fin de semana se dijo que la grabación (que jamás he oído), donde alguien pide que por favor no estalle ese carro bomba, era de ‘Jésica’, la guerrillera de las Farc, reinsertada que capturaron la semana pasada”.

Dicha investigación hoy está en manos de cuatro fiscales de la unidad antiterrorismo de la Fiscalía General, y será dicho organismo quien tenga la última palabra. En conclusión, el general respalda a sus hombres y por eso es categórico: “Yo asumo la responsabilidad por lo que hicieron mis hombres”.