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De una tierra mágica

'Reflejo' es el primer disco de la agrupación Mágica, dedicada a explorar instrumentos autóctonos de una manera diferente.

?Juan Carlos Garay
23 de julio de 2011

LA PREGUNTA ronda en el círculo capitalino de la música: "¿Ya escuchó a Mágica?". Y en verdad es una de las cosas diferentes que vale la pena oír. Yo rescato dos apreciaciones. Una es de la cantante (y próximamente actriz) María Vanedi, que dice que son "el grupo más acoplado que he escuchado en mucho tiempo". La otra es del pianista de jazz Ricardo Gallo, que los define como "una mezcla entre lo folclórico y lo eléctrico con un resultado sonoro muy natural".

El encanto del grupo, que lanzó este año su disco gracias al Premio Peña de Mujeres, de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, radica en primer lugar en eso que menciona Gallo: uno oye los instrumentos autóctonos (el solo de tiple en La tierra del sol es memorable), pero no es folclor lo que suena. Más bien nos enfrentamos a una manera contemporánea de componer. Son canciones sólidas y adultas para las cuales una marimba o un cununo cumplen una función más expresiva, menos de postal. A juzgar por el video de La ventana, que puede verse en YouTube, podríamos decir que este es el grupo que le añadió marimba de chonta al rock.

La cantante Janni Benavides cuenta que el amor por los ritmos del Pacífico comenzó en un viaje al Festival Petronio Álvarez en 2004. Allí compró su marimba de chonta y empezó a utilizar el instrumento para componer luego de estudiar los toques del maestro José Antonio Torres 'Gualajo', el marimbero mayor de los manglares de Guapi. Pero no sobra insistir: nunca hubo la intención de hacer un aporte al folclor. Janni explica que le "encanta el rock, lo que pasa es que me sale con acento de currulao".

Mágica nació, curiosamente, como un proyecto de educación musical para niños que acompaña a los estudiantes desde la primera idea y el entrenamiento instrumental hasta la labor de producción en un estudio de grabación. Los profesores, Janni y su compañero Andrés Álvarez 'Glóbulo' (extecladista de Fonseca), fueron componiendo paralelamente sus canciones en un proceso de mirada al mundo que, sin duda, se ha nutrido de la imaginación infantil. Lo novedoso en la música de Mágica no viene de una pretensión racional de mezclar unos elementos con otros, sino de una chispa pura en una mente sin coerciones.

Otro elemento atractivo en la música de Mágica es la voz de Janni Benavides. Casi podría entendérsele como un instrumento más en el sonido del grupo: un timbre ronco y a la vez suspirante que por momentos recuerda a la estadounidense Fiona Apple. Y luego están las letras, evocando vientos, brillos de luna y otro montón de arquetipos y arcanos que terminan haciendo de su arte un lenguaje misterioso, casi hermético. He escuchado el disco varias veces y todavía no estoy seguro de entender todo lo que cantan, pero en ese mundo que ha creado Mágica sucede mejor que en muchos otros discos lo que un día dijo el poeta Paul Valéry: "Oscilamos entre el sonido y el sentido".

Lo cual nos lleva finalmente a las razones por las cuales le pusieron ese nombre al grupo. Andrés Álvarez, encargado de todas las sonoridades electrónicas, lo explica con rara naturalidad: "La música es magia pura. Cuando nos reunimos, hacemos sonar el aire y nos comunicamos, pero aún estamos lejos de poner en palabras todo lo que sucede ahí. Esa experiencia es mágica". n