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¿Se va o no del Barça? Conozca los exorbitantes números detrás de la novela de Neymar

El posible fichaje del jugador brasileño por parte del PSG de Francia esconde una multimillonaria inversión de un Estado. Estas son las entretelas de la noticia deportiva que sacude al mundo entero.

24 de julio de 2017

El domingo 23 de julio por la tarde, Gerard Piqué publicó una fotografía junto con Neymar en su cuenta de Twitter con la sencilla pero contundente frase de "Se queda". Con este trino, el zaguero central del Barcelona F.C. buscó poner un punto final a la novela del fichaje de su compañero brasileño en el Paris Saint Germain (PSG) que ha alimentado las crónicas deportivas alrededor del mundo desde que inició el mercado de jugadores el 9 de junio pasado.

Unas horas después, tanto la prensa madrileña como la francesa retomaron en coro una información según la cual, por el contrario, el entorno del jugador se extrañó del tuit de Piqué mientras que el padre de Neymar se encontraría negociando en París los detalles del increible contrato que ha sido propuesto a su hijo. Un convenio nunca antes visto que haría del exdelantero de Santos el jugador más caro y mejor pagado de la historia.

Sin embargo, para poder realizar la operación que en total costaría al club francés más de 500 millones de euros sin salirse del estrecho marco fiscal impuesto por la UEFA -según el cual un club no puede gastar más de lo que gana con un déficit tolerado de 45 millones de euros anuales-, el PSG tuvo que inventar un montaje financiero inédito que podría cambiar la dimensión económica del fútbol moderno. Estos son los detalles del contrato propuesto a Neymar.

El montaje

Para poder atraer al delantero, París tiene que empezar por pagar 222 millones de euros a Barcelona para rescindir la cláusula liberatoria de su estrella que todavía tiene 4 años de contrato.

Además, pretende ofrecer un salario de 40 millones de euros anuales libres de impuestos, lo que lo convertiría en el jugador mejor pagado del mundo por delante de Lionel Messi (38M), de Carlos Tévez (24M) y de Cristiano Ronaldo (23.6M).

Según ESPN, el PSG también le propuso un bono de bienvenida de 100 millones de euros, así como una comisión de 40 millones de euros para su padre y agente Neymar Sr. y 100 por ciento de los derechos de explotación de su imagen.

Por lo que, para realizar esta propuesta, París deberá contar con un total de 362 millones de euros desembolsables inmediatamente y de 160 millones de salario disponibles para los cuatro años por venir.

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Frente a las limitaciones del Fair-Play financiero impuesto por la FIFA, el periodista del medio brasileño Esporte Interactivo afirmó que se había considerado la opción de que el fondo soberano Oryx Qatar Sport Investment (QSI) -dueño del PSG- entregara el dinero directamente a Neymar como contrato de patrocinio individual, para que el mismo pudiera pagar su cláusula liberatoria sin tocar las arcas del equipo parisino.

De realizarse esta operación, el costo total del contrato alcanzaría los 520 millones de euros abonables en 4 años, una suma nunca antes vista en la historia del fútbol, mucho por encima de los 104.7 millones de euros que costó en su momento Cristiano Ronaldo (199.1 M con todo y salario), pero con condiciones salariales y de explotación de imagen muy cercanas a las que obtuvo Messi con la revalorización que le ofreció en enero el Barcelona.

¿Por Qué lo quiere Paris?

La gran pregunta es entonces ¿porqué querría París gastar en un sólo jugador un cantidad de dinero suficiente para construir varios equipos de calibre europeo?

La primera respuesta y la más evidente sería: porque puede. Y en efecto, existen tan sólo dos equipos en el mundo con una plataforma financiera suficiente como para realizar una operación de este tamaño.

El PSG, cuyo dueño es el príncipe heredero de Qatar el cheikh Tamim Bin Hamad Al-Thani y Manchester City, poseído por la familia real de Abu Dabi, uno de los siete mini estados que componen los emiratos árabes unidos. Dos potencias construidas sobre el dinero del gas y del petróleo que fluye en Medio Oriente y que se han enfrentado recurrentemente en escenarios geopolíticos en la región. Dos clubes poseídos directamente por países con medios económicos incomparables con los de otros equipos detenidos por socios como Real Madrid y Barcelona o por ricos propietarios como Chelsea y Manchester United.

Lo que lleva a la segunda parte de respuesta que consiste en la llamada "política deportiva" desarrollada por el Emirato para sobrevivir en medio de sus poderosos vecinos. Desde hace algunos años, el pequeño estado de Qatar -una monarquía con menos de 300 mil habitantes- desarrolló una estrategia de diversificación de inversiones en el mundo que le permitió tejer redes de intereses con países interesados en su subsistencia.

En medio de estas maniobras, la adquisición del PSG en 2011 se presentó como la ocasión idónea de adquirir una vitrina ante el mundo en la que Neymar podría llegar a ser presentado próximamente como la mayor pieza de exhibición de la estrategia Qatarí.

Así fue también como obtuvo la atribución de la copa del mundo 2022 que se desarrollará en su suelo a pesar de las sofocantes temperaturas que hacen en verano en el Emirato y de las constantes denuncias realizadas en cuanto a la violación de los derechos humanos en el pequeño Estado, así como de las acusaciones de corrupción en la FIFA que le habrían permitido conseguir el anhelado sésamo.

Una copa del mundo en la que el principal patrocinador será la reconocida marca deportiva Nike, cuya egerie futbolística es justamente... Neymar. Un círculo perfecto en suma, desde un punto de vista económico.

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Porque desde un punto de vista deportivo, la victoria 6 a 1 conseguida en el Camp Nou durante la improbable remontada que logró Barcelona ante París el 8 de marzo de 2016 en Champion‘s League ha marcado de su impronta el imaginario colectivo de los futbolistas interesados en el club francés.

Por eso también es que no se puede descartar que la gigantesca operación emprendida por el PSG para cortejar a Neymar no sea más que una retaliación frente a la voluntad del Barca de fichar al medio estrella parisino Marco Verratti en el mercato de verano.

Una venganza con la cual, aunque se quedara en Barcelona, Neymar vería sus condiciones salariales aumentadas de forma tan desmedidas que dejaría exsangüe al club culé incapaz de realizar otras operaciones, mientras que París podría destinar ese dinero a operaciones menos onerosas pero igual de interesantes deportivamente como la contratación del volante chileno Alexis Sánchez, quien podría permitirle soñar con finalmente rebasar los cuartos de final de Champions League y definitivamente posicionar a Qatar en el mapa del fútbol mundial a punto de gazodólares.