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El millonario mexicano Carlos Slim ha visto un retroceso en los ingresos de sus compañías en el último año. América Móvil (Claro), la joya de la corona de su imperio, registró una caída en el precio de sus acciones del 26 por ciento. | Foto: Getty Images

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El revés de Carlos Slim

La fortuna del mexicano retrocedió en 25.000 millones de dólares en el último año y medio. La devaluación de las monedas, el endeudamiento y una mayor competencia en telecomunicaciones golpean el patrimonio de quien alguna vez fue el hombre más rico del mundo.

21 de agosto de 2016

Desde el momento en que comenzó a consolidar su emporio, la fortuna del millonario mexicano Carlos Slim no había parado de crecer. Tanto, que en los últimos años disputó con Bill Gates –fundador de Microsoft– el primer lugar en la lista de la revista Forbes sobre los hombres más ricos del mundo.

Pero la buena estrella que lo acompañó durante más de dos décadas comenzó a perder brillo en 2015. En ese año, el valor de las acciones de sus principales compañías empezó a derrumbarse por la incertidumbre internacional, la devaluación de las monedas locales donde tiene sus inversiones y el alto endeudamiento de su grupo. En menos de 18 meses el millonario mexicano ha perdido la tercera parte de su fortuna, que pasó de 77.100 millones de dólares en marzo de 2015 a cerca de 52.000 millones actualmente, lo que le representó bajar al quinto lugar en el ranking de los multimillonarios.

Los títulos de la compañía de telecomunicaciones América Móvil (Claro), la joya de su corona, retrocedieron 26 por ciento el año pasado, mientras que sus ingresos bajaron 24 por ciento. América Móvil tiene un gran peso en su conglomerado ya que representa la mitad de su imperio y maneja el 70 por ciento de la telefonía celular y el 65 por ciento de las líneas fijas en el país azteca. A este comportamiento negativo se sumó el impacto de la devaluación del peso mexicano del 17 por ciento, sobre una deuda que alcanza los 43.000 millones de dólares.

Otro de los golpes duros para Slim viene de la mayor competencia en su país. Una ambiciosa reforma del presidente Enrique Peña Nieto, aprobada en 2013, acabó con el monopolio en el sector al permitir una mayor inversión extranjera y disminuir el precio de las tarifas de la telefonía, hasta ese momento una de las más altas del planeta. A ello se sumó el hecho de que, en 2014, el Instituto Federal de Telecomunicaciones declaró a América Móvil un jugador dominante en el mercado, y la obligó a compartir su infraestructura con otros competidores. Como sostiene el diario The New York Times, el Estado mexicano, que ayudó a crear el emporio de Carlos Slim, se ha convertido en su principal rival con las nuevas reglas de juego en un sector en el que el millonario mexicano solía imponer las normas.

En parte por esas medidas, la competencia para Slim creció con el ingreso de la multinacional estadounidense AT&T, que adquirió a dos compañías de telecomunicaciones de México (Lusacell y Nextel). La gigante anunció inversiones por más de 3.000 millones de dólares para morder una parte de esta jugosa torta de más de 110 millones de consumidores.

Aunque Slim ha sufrido un fuerte revés, está confiado en que pronto se recuperará. Por ahora, además de sus negocios se ha concentrado en impulsar una propuesta bastante polémica: semanas laborales de solo tres días. El millonario propone que ante los cambios tecnológicos y con el fin de combatir el desempleo, la mitad de los trabajadores de las empresas solo trabajen de lunes a miércoles y la otra mitad de jueves a sábado. Eso sí, solo podrían jubilarse a los 75 años.

Para él mismo, retirarse no está en sus planes inmediatos. A sus 76 años, Slim, hijo de inmigrantes libaneses, piensa seguir al frente de su emporio conformado por más de 150 compañías, que comenzó a forjar en 1990 al adquirir a la empresa estatal Teléfonos Mexicanos (Telmex). Las leyes favorables en telecomunicaciones le permitieron consolidarse como operador dominante durante varios años y seguir sumando empresas como Telcel y América Móvil, que posteriormente se integró con Telmex.

Slim también tiene inversiones en construcción (con la firma Ideal), en comercio e industria (Grupo Carso y Grupo Sanborns), en la banca (Grupo Financiero Inbursa), en minería (Minera Frisco) y hasta en medios de comunicación. El magnate mexicano es el mayor accionista privado del periódico The New York Times, con 17 por ciento de participación.

Pero un multimillonario como Carlos Slim, que ha dado mil batallas en el mundo de los negocios y que está presente en el día a día de los latinoamericanos, espera que los malos vientos pasen pronto para demostrar que sigue siendo el rey Midas, como lo conocen en su país.