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El ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas afina la reforma. Foto: Ilustración SEMANA. | Foto: Ilustración SEMANA

IMPUESTOS

El difícil pulso que se avecina por la tributaria

Perdido el plebiscito por la paz al Gobierno le quedará más difícil lograr los consensos para que el Congreso apruebe los nuevos impuestos.

4 de octubre de 2016

Si antes de la votación del plebiscito por la paz se veía muy complicado sacar adelante una reforma tributaria estructural, ahora con el nuevo escenario político, la situación luce más complicada porque al Gobierno se le recortó el margen de maniobra.

Algunos dirigentes políticos sostienen que el ‘palo no está para cucharas’ y que es mejor aplazar su discusión a la espera de que bajen las aguas del huracán que afrontó el Ejecutivo tras el triunfo del No.

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Afirman que la imagen del Gobierno se debilitaría aún más ante la opinión pública si presenta un aumento sustancial en los impuestos, especialmente en los relacionado a la tarifa del IVA, que pasaría del 16 al 18 o 19 %. Desde ya, varios congresistas de la unidad nacional están señalando la inconveniencia de gravar con este impuesto productos de la canasta familiar como lo sugiere la Comisión de Expertos, que presentó su propuesta al Gobierno hace unos meses.

Pero los analistas económicos, y el propio Ejecutivo, consideran que es necesario emprender lo más rápido posible la discusión ya que la situación de las finanzas públicas es compleja y las calificadoras de riesgo están atentas a la discusión del proyecto.

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La razón es que si no hay reforma el gobierno no tendría como comenzar a tapar el hueco en las finanzas públicas (descuadre entre gastos e ingresos) que supera los 30 billones de pesos.

En el Ministerio de Hacienda le están dando las últimas puntadas a la iniciativa que se radicará la semana entrante. Aunque todavía no se sabe su alcance ni cuánto se aspira a recoger, los analistas esperan que sea una reforma de fondo, estructural y ambiciosa.

Natalia Salazar, subdirectora de Fedesarrollo, sostiene que la reforma tributaria busca compensar parcialmente la caída de los ingresos provenientes del petróleo así como los recursos que dejará de recibir el Estado como consecuencia del desmonte de algunos impuestos que se crearon con carácter transitorio.

Pero, adicionalmente, Fedesarrollo dice que este proyecto es necesario mejorar el régimen tributario colombiano, que tiene muchas limitaciones, no es equitativo, no es progresivo, ni contribuye a mejorar la distribución del ingreso y hace que la carga fiscal recaiga excesivamente en las empresas, afectando la generación de empleo.

Sergio Clavijo, presidente de Anif, ha señalado en diversos escenarios la urgencia de tramitar el proyecto ante el creciente ritmo del gasto público. Coincide con muchas de las propuestas de la Comisión de Expertos porque van en la dirección correcta, de aliviar la carga tributaria para las empresas de niveles del 53 %, al 30 o 35 %.

A pesar de los buenos propósitos de la iniciativa, lo cierto es que la aprobación de nuevos impuestos siempre es impopular en cualquier país, y más en las actuales circunstancias donde el gobierno está con el sol a la espalda tras la derrota en las urnas.

Daniel Velandia, de Credicorp Capital, reconoce que con la pérdida del plebiscito se incrementa la incertidumbre frente a la suerte del proyecto, en la medida en que el capital político de Santos se deterioró. “Creemos que el escenario político será más desafiante, incrementando el riesgo de que no se apruebe la reforma tributaria en el Congreso”, dice Velandia, quien sostiene que un acuerdo un acuerdo de paz respaldado en el plebiscito definitivamente hubiera facilitado la aprobación de incrementos en impuestos impopulares como el IVA.

Sin embargo, no hay otra alternativa y el ejecutivo tendrá que librar este difícil pulso con el Congreso en los próximos días. El Consejo Gremial Nacional es partidario de su presentación porque considera que es necesaria para preservar la estabilidad fiscal y macroeconómica. Por su parte el exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, afirma que así sea tardía, hay que tramitar la reforma en este trimestre porque la situación fiscal es supremamente grave. “No se actuó a tiempo para corregirla, pero así sea extemporáneamente hay que actuar ahora, ya que de lo contrario las consecuencias económicas serían gravísimas”, anotó.

En los próximos días se conocerá el articulado y se sabrá qué tan ambiciosa es la iniciativa, cuánto se aspira a recaudar y si ganará el pulso en el Congreso, en medio de un ambiente de incertidumbre tras la debacle en las urnas.