Santos, la guardia indígena y las FARC en el escenario de la guerra del Cauca

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Santos, la guardia indígena y las FARC en el escenario de la guerra del Cauca

Guardias indígenas sostienen dos de los cohetes artesanales encontrados en un escondite cerca de Toribío e incautados a la guerrilla. Es este tipo de armamento, de dudosa puntería, el que las FARC lanza contra la estación de Policía de los pueblos del norte del Cauca, y que con frecuencia, cae en blancos civiles, como ocurrió en días recientes en el hospital indígena del poblado, que hirió de gravedad a dos enfermeras.

Foto: Álvaro Sierra, editor jefe de SEMANA /

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Un guerrillero de las FARC, que se identificó como Johan, mantuvo a lo largo del día uno de los dos retenes en los que esa guerrilla detuvo todos los vehículos que iban hacia Toribío. Johan le decía a los conductores, como lo sostuvo a SEMANA: "Díganle al presidente que para poder llegar a Toribío tuvieron que pasar por un retén de las FARC". El retén estaba a unos dos kilómetros de este pueblo del norte del Cauca.

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El gobernador del cabildo de Toribío, Marcos Yule, acompañado de la Guardia Indígena, discute con un guerrillero que se identificó como Johan, para que este grupo armado se retire del lugar. La guerrilla no accedió a hacerlo de inmediato.

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Un miembro de la Policía apunta un fusil de precisión contra las montañas desde las que las FARC dispararon tiros ocasionales contra los helicópteros artillados Arpia, los cuales sobrevolaron durante todo el día el poblado de Toribío, en el norte del Cauca, como parte del gran despliegue de seguridad para la visita del presidente Juan Manuel Santos, que duró casi todo el día.

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El presidente Juan Manuel Santos habla en Toribío ante una muchedumbre de indígenas que aplaudió solamente cuando informó que se había comprometido con el alcalde, Ezequiel Vitonas, a hacer algunas obras. Los indígenas habían decidido no escuchar al presidente y partieron en dos comisiones a exigir a las FARC y al Ejército que abandonen su territorio.

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La conferencia de prensa improvisada que protagonizó un comandante de las FARC que se negó a identificarse y quien luego de la negociación en la que los indígenas le pidieron retirarse del lugar, se negó a hacerlo. Cerca de 40 minutos después de que los indígenas y los periodistas pasaran por el lugar, los cinco guerrilleros que componían el retén se retiraron.

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Cerca de una decena de helicópteros militares aterrizaron, uno a uno, junto a la estación de Policía fortificada de Toribío, para llevarse al presidente y a los cerca de 70 funcionarios que llegaron con él, entre ellos varios ministros y los miembros de la cúpula militar. Toribío nunca había visto un despliegue de seguridad como el que acompañó al presidente en la visita a una zona de guerra.

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