El espinoso y humillante viacrucis con las EPSs

El espinoso y humillante viacrucis con las EPSs

El tema de la seguridad social, capítulo de la salud, es tema complejo en cualquier país del mundo, por cuanto éste toca con todos y cada uno de sus habitantes, respecto a su calidad de vida. La seguridad social que tenemos presenta fallas protuberantes que no se han corregido porque prevalece más los intereses económicos que la salud de un pueblo, siendo necesario una urgente reforma de fondo con el concurso necesario de varios organismos especializados y conocedores de esta área, especialmente los del gremio médico, quienes de tiempo atrás vienen sosteniendo con argumentos muy valederos la eliminación de las Empresas Promotoras de Salud – EPS- y volver a un sistema de aseguramiento público total, ya que la historia ha demostrado no sólo la ineficiencia de éstas, sino su alto grado de corrupción y de corruptor que las cobija.

Semana
31 de julio de 2014

El espinoso y humillante viacrucis con las “EPSs”

Todas las conductas delictivas que atenten contra el menoscabo de la Seguridad Social, en sus diferentes campos, deberían considerarse como delito de lesa humanidad.

El tema de la seguridad social, capítulo de la salud, es tema complejo en cualquier país del mundo, por cuanto éste toca con todos y cada uno de sus habitantes, respecto a su calidad de vida. La seguridad social que tenemos presenta fallas protuberantes que no se han corregido porque prevalece más los intereses económicos que la salud de un pueblo, siendo necesario una urgente reforma de fondo con el concurso necesario de varios organismos especializados y conocedores de esta área, especialmente los del gremio médico, quienes de tiempo atrás vienen sosteniendo con argumentos muy valederos la eliminación de las Empresas Promotoras de Salud – EPS- y volver a un sistema de aseguramiento público total, ya que la historia ha demostrado no sólo la ineficiencia de éstas, sino su alto grado de corrupción y de corruptor que las cobija. 

El Ministerio de Salud calcula que entre 2005 y 2011 el Gobierno hizo pagos injustificados a las EPS por $75.269 millones y la Federación Médica sostiene que esa cifra se queda corta, siendo ésta una prueba fehaciente de la falta de control a las EPS por parte del Estado, y la proclividad de aquellas a delinquir a través de medios facilistas delictivos.

La falla ha sido humana por la desidia, la negligencia, la connivencia y la complicidad de todos y cada uno de los organismos que tienen a su cargo la vigilancia de las EPS, incluyendo por supuesto a la Fiscalía, sobre todo en el  control del manejo de los recursos de destinación específica para la salud, caso concreto de  las UPC – unidad por capitación, siendo permisivos con la desviación de los recursos por parte de  las EPS, especialmente con la más defraudadora y que se convirtió, de la noche a la mañana, en un emporio económico incontrolable como SaludCoop, a través de su dueño Carlos Palacino, amigo y protegido incondicional del Fiscal General de la Nación, quien en otrora fue su Abogado defensor, motivo por el cual este caballero sigue orondo por las calles gozando de plena libertad sin recibir ni sanción penal ni administrativa.

El Consejo de Estado, en un fallo de trascendencia para el sector Salud, avaló uno de los argumentos más fuertes del Gobierno para meter en cintura a las EPS: “las platas que reciben de los usuarios y del Estado deben estar enfocadas a garantizar el derecho a la salud de los afiliados y deben ser manejadas con la misma transparencia que se exige a las entidades públicas”. El alto tribunal, con ponencia del magistrado Marco Antonio Velilla, reitera la facultad de la Superintendencia de Salud para intervenir y sancionar a las entidades que no cumplen sus obligaciones o ponen en riesgo los recursos del sistema de salud. Fallo que ha sido nugatorio debido a la injerencia y poder que ostenta el antiguo Abogado de SaludCoop.  

Fuera de las EPSs, en Colombia no existe ninguna otra entidad en la que se vulnere y atropelle olímpicamente los mínimos derechos de los usuarios de la salud, sean estos del régimen contributivo o subsidiado, sometiéndolos de manera indolente y arbitraria, sin consideración a la edad o estado de gravidez, a trámites lentos, engorrosos, repetitivos e innecesarios para tramitar una simple solicitud de cita médica, hasta las múltiples diligencias a realizar para la autorización de entrega de la droga y exámenes adicionales ordenados por el especialista, lo que acarrea demoras de varios días hasta que lo refrende el médico general o se reúna un Comité para su aprobación. ¿Será que esas Promotoras de Salud no confían en la honestidad de sus especialistas al ordenar una droga o exámenes? 

Llevo 15 años afiliado a Coomeva- EPS, régimen contributivo, y no salgo de mi asombro al comprobar que de 6 meses a la fecha la entidad ha venido sufriendo un deterioro en la prestación de sus servicios, ya que antes era de una excelente eficacia, y no sé si por los efectos de osmosis se le pegaron todos los males de las otras Promotoras de salud, que son pésimas, o si el Estado entró a ser parte de esa sociedad, ya que presenta visos inconfundibles de resabios e inoperancia de cualquier entidad oficial, situación que preocupa por cuanto Coomeva EPS, ha sido un modelo en esta clase de prestación de servicios.

Y para muestra un botón. El 7 de mayo de 2014 me ordenaron un examen de audiometría, me lo realizaron el 17 de junio, ordenando dos más: logoaudiometría y impedanciometría; regresé a pedir cita con el médico general para que los ordenara, se concedió el 7 de julio, practicándose el 21 de julio y ordenando cita con el Otorrino; regresé nuevamente el 28 de julio a solicitar cita con el médico general para que autorizara la remisión y logré esta odisea, me asignaron cita con el especialista para el próximo 21 de Agosto, o sea, llevo más de 3 meses en esta vueltica, y no he terminado, y eso que vivo en un pueblo grande como Manizales. ¡Qué tal en Bogotá!

El mismo 7 de mayo, me ordenaron un examen urgente con el médico oftalmólogo, el 10 de julio de 2014 me realizaron el examen, ordenando regresar al Oftalmólogo con resultados de optometría y tomografía de mácula y recetando unas gotas oftálmicas para combatir un secamiento en los ojos que me produce malestar; regresé a pedir cita con el médico general para su autorización y la asignaron el 28 de julio, me dieron cita para el próximo 6 de agosto, para comunicarmen sí el Comité había autorizado los exámenes y la droga, o sea, están pendientes.

Si estas situaciones se presentan con personas que tienen algún nivel académico y que conocen de la ley 100 de 1993 y de sus cincuenta o más decretos reglamentarios, que se podrá esperar con los de “a pie” y que están en el régimen subsidiado. ¿Se tendrán que seguir muriendo en las puertas de los Hospitales?

Me he tomado la molestia de cronometrar el tiempo que demora el empleado digitando una orden de exámenes clínicos, y el promedio es de 45 minutos por persona. Y saben por qué? Los equipos son obsoletos, por lo tanto lentos, el empleado digitador simultáneamente sirve de orientador a 5 o más personas que le preguntan sobre trámites, y esto les quita y mucho tiempo. Esto es fácil de solucionar, sólo se requiere sentido común y repartir mejor las cargas de trabajo, ah, y que funcionen los teléfonos para citas médicas generales, y no los usen para charlas baladíes o amorosas.

Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, julio 31 de 2014.