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Al encuentro con nuestra historia

En el encuentro próximo de Cartagena se reunirán expertos nacionales y extranjeros para que examinemos lo que ha implicado hasta hoy el proceso postcolonial.

Semana
16 de octubre de 2009

Ante la cercanía del 2010 cinco interrogantes se han propuesto para guiar la reflexión de los colombianos acerca del Bicentenario de la Independencia: ¿Por qué nos independizamos? ¿Qué pasó con los neogranadinos en el proceso de Independencia? ¿Cómo participaron las provincias y los distintos grupos sociales en dicho proceso? ¿Cómo se debatió la Nueva Granada? ¿Qué ganamos y perdimos con ello? ¿A dónde vamos?

Las diversas respuestas a estas preguntas se debatirán en el Encuentro con Nuestra Historia, un seminario que se realizará en Cartagena  del 21,al 23 de octubre en el que participarán destacados colombianistas provenientes de diversos países de Europa y América, historiadores nacionales, estudiantes, público interesado y la comunidad internacional para estudiar diferentes perspectivas de Colombia. Es una especie de Hay Festival de la historia, en buena hora organizado por la Alta Consejería Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario que no está dirigido a especialistas sino a los ciudadanos interesados en indagar como el pasado puede ser constitutivo o no de una colectividad.

Estas reflexiones no son exclusivas de nuestro país. En Venezuela, Argentina, México y Chile también se aprestan a conmemorar dos siglos de independencia de España. La caída del imperio español, que abarcaba extensas posesiones en diversos continentes desde América hasta Asia, iniciada con la invasión francesa de 1808 ha sido representada con la metáfora de un gigante súbitamente decapitado.
 
Pero ¿cómo participaron los negros, los indígenas, los artesanos, las mujeres, el clero, los campesinos y las elites criollas en dicho proceso? Estas inquietudes ahora centrales no lo fueron en la conmemoración de 1910. Lo anterior no constituye un cómodo reproche efectuado desde la ventaja del tiempo pues cada generación es permeada por un conjunto de factores sociales, económicos e ideológicos desde los cuales emprende, no sin contradicciones, la construcción del pasado.


¿Qué debió significar la Independencia y qué cambios trajo realmente? Uno de los invitados especiales a este encuentro, el noruego Steinar Saether ha considerado que la independencia conllevó el fin de un orden social jerárquico organizado con base en marcas sociales, religiosas, raciales y étnicas, así como nuevas formas de participación política y la utilización de los periódicos y de la literatura política como un medio masivo de educar a la población.
 
De manera complementaria Saether conisdera que hubo cambios en la forma en que la sociedad conceptualizaba a las elites y a las personas comunes. Muchos colombianos de hoy pueden compartir o no estas apreciaciones pero justamente la conmemoración envuelve ese debate, para que mas allá de unos héroes y un olvidado florero examinemos lo que ha implicado hasta hoy el proceso postcolonial.

¿Compartimos el mismo nivel de adhesión a Colombia como comunidad imaginada? La respuesta no sería igual si la pregunta la hiciéramos en Antioquia o en La Guajira, en Boyacá o en San Andrés.
 
 El desangre que ha vivido el país en más de medio siglo de violencia no ha permitido plantear este interrogante pues las partes enfrentadas han compartido la misma visión uniformizante y limitada de colombianidad. El seminario de Cartagena puede ser el punto de partida de un trabajo de memoria sobre el ideal de Nación que incorpore la visión de los heterogéneos grupos sociales del país. Como lo dijera Víctor Cohen, un lejano historiador de Africa,”la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”.


 
*Wieldler Guerra es antropólogo, profesor de la Universidad del Magdalena y fue director del Observatorio del Caribe.

wilderguerra@gmail.com









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