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AL ESTILO AMERICANO

Antonio Caballero
27 de octubre de 1997

Dice el presidente Ernesto Samper, ante las más recientes declaraciones del embajador norteamericano Myles Frechette (¿No lo habían cambiado? No, por lo visto no lo habían cambiado), que cada vez que lo oye se acuerda de la ranchera mexicana No me amenaces. Tiene razón el Presidente (aunque lleve ya más de tres años sin sacar las con-secuencias lógicas de esa razón que tiene: declarar 'persona no grata' al embajador matón; bastante le deben de doler las rodillas a Samper a estas alturas: pero en fin, es cosa suya). Tiene razón el Presidente, sobre todo porque esta vez las amenazas de Frechette son más directas que nunca. Dice el fino diplomático, en declaraciones a El Tiempo:_Le voy a decir una cosa: si la extradición no pasa con retroactividad los que más van a sufrir son los colombianos.Y ante la pregunta del periodista de si "se podría pensar en la apertura de un proceso contra Samper en Estados Unidos a raíz de 'Piedra Angular", aclara:_No quiero especular. Pero obviamente ese es un tema que tiene que preocuparle a él y a todos los ex miembros de su gobierno. Porque ellos anunciaron que harían una cosa, le dijeron eso a la comunidad internacional, y les va a interesar no haber cumplido con la comunidad.¿Y qué habían anunciado Samper y los suyos? La extradición con retroactividad que exige Estados Unidos: una aberración jurídica, como lo es toda ley con retroactividad. Y como lo es también toda ley de extradición que no se refiera a delitos cometidos en el país que la reclama. Si, supongamos, el embajador Frechette se emborracha en Colombia ¿lo pueden pedir en extradición los jueces de Arabia Saudita para castigarlo con 500 latigazos con el argumento de que la ley coránica prohíbe la ingestión de alcohol? Claro que no. Entonces ¿por qué van a pedir los jueces norteamericanos la potestad de juzgar (y condenar: pues la aberrante justicia norteamericana está cantada de antemano) a quien cometa en Colombia el delito de exportar drogas prohibidas en Estados Unidos? Que juzguen a quienes cometen, allá, el delito de importarlas. Por lo visto no pueden, o no quieren, puesto que la importación es cada día mayor. Pero ese no es un argumento válido para pedir a cambio la extradición de los exportadores. Recuerda el chiste del borracho que buscaba al pie de un farol el reloj que se le había perdido a dos cuadras de distancia: "¿Por qué lo busca aquí _le preguntaron_ si se le perdió allá?". Y respondió: "Porque allá no hay luz, y aquí sí".El chiste no tendría chiste si el borracho hubiera dicho la verdad, como la dice Frechette: "Porque me da la gana". Es por pura arrogancia, porque le da la gana, que Estados Unidos pretende tener el derecho de juzgar (en nombre de esa entelequia que Frechette llama "la comunidad internacional") al mundo entero, y por el motivo que sea. Y no es ningún chiste. Así juzgaron por terrorismo, y condenaron, y, en vista de que no les fue entregado en extradición, bombardearon al coronel Muhammad Gadafi, gobernante de Libia. Así juzgaron por narcotráfico, y tras bombardearlo consiguieron que les fuera extraditado por la mansa Santa Sede, al general Manuel Antonio Noriega, gobernante de Panamá. Porque les dio la gana. Ahora parece que les da la gana juzgar _y a lo mejor bombardear_ a Ernesto Samper, gobernante de Colombia, y a "todos los ex miembros de su gobierno" (así los llama Frechette, apresurando con impaciencia imperial el lento paso del tiempo), y, en general, a "los colombianos", que somos los que vamos, según anuncia, "a sufrir" por el crimen de que la extradición con retroactividad no haya sido aprobada en el Senado.En eso consiste el estilo americano. El de Frechette, el de su gobierno, el de su Congreso, el de sus jueces. Lo describe otra canción ranchera:"Me agarraron los sherifesal estilo americano:sin ser hombre de delito,todos con pistola en mano..."En estos días el presidente Bill Clinton proponía en la ONU la creación de un tribunal internacional para juzgar los crímenes contra la humanidad. Sería bueno que la 'comunidad internacional' le cogiera la caña. Y que el primer reo llevado a juicio fuera un 'sheriff' americano. El mismo, por ejemplo.

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