Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN ON-LINE

Dicho y hecho

Reducir a Camilo Torres y su pensamiento a los cuatro meses que estuvo en la guerrilla es contrario a su acción de años denunciando y promoviendo alternativas frente a la injusticia.

Semana.Com
16 de febrero de 2016

La celebración de la vida de Camilo Torres, el recuerdo de su ejemplo y la conmemoración por su sacrificio con una marcha a Patio Cemento en El Carmen de Chucuri, Santander promovida por sus seguidores, se convirtió en una ocasión para que de nuevo las radicalidades mostraran sus dientes y con ello pelaran el cobre.

Uno de los asistentes al foro de fin del conflicto convocado por la mesa de diálogo de La Habana la semana anterior en Bogotá, expresó públicamente que si la “izquierda y la guerrilla ” iban a ir hasta Patio Cemento para celebrar el aniversario de la muerte de Camilo Torres con una marcha y hacer una estatua, los ciudadanos lo iban a impedir y que de ser así, ellos iban hacer también una estatua a Carlos Castaño.

Dicho y hecho: que los paramilitares están manipulando a los pobladores de El Carmen dijeron unos con Iván Cepeda al frente. Que los guerrilleros están irrespetando al pueblo, ripostaron los otros incluido algún concejal. Y así, en medio de este rifirrafe, se hizo noticia desde El Carmen el país de siempre, dejando a Camilo diluido entre las bambalinas del odio y la persistencia de la Colombia enajenada por la intolerancia. Reducir a Camilo Torres y su pensamiento a los cuatro meses que estuvo en la guerrilla es contrario a su acción de años denunciando y promoviendo alternativas frente a la injusticia.

Si algo quedó claro con la escaramuza en El Carmen de Chucuri es que se perdió la oportunidad de hacer de Camilo un punto de encuentro de la sociedad colombiana.

¿Y puede serlo? Creo que si, pero se requiere que los seguidores armados y desarmados, liberen a Camilo.

Que se difundan sus ideas con las que conmovió, con las que caminó el país y con las que se insertó en la memoria nacional. Que podamos leer sobre el Camilo que dijo que los niños morían por desnutrición como si hubiese adivinado la tragedia repetida de La Guajira, que ha sido por años la del Chocó, la del Guaviare, etc. El Camilo que dijo que la “oligarquía” como llamaba a los poderosos prefería sacar su dinero al exterior antes que construir un país fuerte autónomo y no dependiente de Estados Unidos. El Camilo que reclamó porque los campesinos no tenían educación, adelantándose sin poses a quienes hoy nos repiten en su discurso político que Antioquia y luego Colombia será la más educada. El Camilo que buscaba desarmado entre la gente apoyo para su frente unido diluido en tendencias que van desde la izquierda hasta la derecha. El Camilo que fustigó a la dirigencia por mantener al país rural en el abandono y la miseria mientras se celebraba como cristiana y fiel de la doctrina católica, una dirigencia que ha ejercido el poder con mentalidad extractiva sin asomo de una compasión cristiana que dicen comportar.

Que lo reivindique la jerarquía eclesiástica y le dé la dimensión que le ha negado hasta hoy. Que el papa Francisco vaya más allá de repetir buena parte de su discurso sobre la injusticia y la necesidad de una opción preferencial por los pobres y desvalidos, y que lo reivindique como cura.

Que lo exalten como rebelde ante una jerarquía que no entendió el rol que debía tener la iglesia en su tiempo. Que sus amigos vivos exalten su pensamiento y su esfuerzo por liderar un país justo en tiempos de injusticia.

Los disparos, quema de vehículos, un tiro allí, diez más por allá, la muerte de miembros de las FFMM, actos con los que el ELN ha “celebrado” el aniversario de la muerte de Camilo Torres, alimentan la idea equivocada a mi juicio del fervor por la guerra y la “glorificación” de su efímero paso por la guerrilla. Camilo no es del ELN, pero el secuestro de su ejemplo y memoria en la visión armada es la opción que ha quedado a algunos para justificar los balazos de hoy. Balazos que cada vez más espantan a la gente. Celebrar a Camilo y su ejemplo debe hacerse sin la sombra del fusil. De lo contrario el dolor que todos los fusiles han causado seguirá impidiendo una lectura unificada y productiva de la idea camilista contra la injusticia y la miseria de las mayorías del país.

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com

Noticias Destacadas