Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Amor es... darle un subsidio a Valerie Domínguez

Queda claro que la modelo que se merece el señor Dávila no es, propiamente, Valerie.

Daniel Samper Ospina
26 de febrero de 2011

Voy a sonar algo cursi, pero creo que lo único que puede sacar adelante a Colombia es el amor. Hablo del amor verdadero: el que sienten Shakira por Piqué, 'el Pincher' Arias por Uribe o el procurador por Laisa Reyes, en caso, claro, de que el doctor Ordóñez sienta amor por Laisa Reyes. Lo cual, a hoy, no me consta.

Pero las noticias no son alentadoras: si mis fuentes no fallan, el embajador de Colombia en Venezuela, José Fernando Bautista, acabó su noviazgo con Angelina Garzón, la hija del vicepresidente.

Me duele el aire. Me duele respirar. Ya no creo en el amor.

Recuerdo que tan pronto como supe la noticia, ofrecí varios sacrificios con la esperanza de que se juntaran de nuevo. Sacrificios arduos, como subir descalzo a Monserrate o terminar de leer una columna de William Ospina.

Pero fueron infructuosos, y Angelina y 'el Gordo' terminaron luego de haber vivido un amor de película. Pero de película colombiana: es decir, un amor en el que a uno le dan ganas de salirse en la mitad.

Con todo, yo llevaría a la pantalla el amor de ellos dos. A la pantalla grande, claro, para que quepa 'el Gordo'. Alguna vez traté de hacerlo, pero 'el Gordo' -¡ah!, ¡'Gordo' caco y sinvergüenza!, ¡sabandija!, ¡ratero!-, robaba cámara y dañó todo.

No me había repuesto de esa noticia cuando leí que la Fiscalía imputó cargos contra Valerie Domínguez y algunos miembros de la familia Dávila. Parece que el novio de Valerie, Juan Manuel Dávila, recibió un multimillonario subsidio de Agro Ingreso Seguro y, aparentemente para burlar los topes puestos por la ley, gestionó una parte a nombre de su pareja. Queda claro que la Modelo que se merece el señor Dávila no es, propiamente, Valerie.

Como todos sabemos, Agro Ingreso Seguro fue un programa muy bonito del 'Pincher' Arias, que, mientras fue ministro, y como buena mascota, hizo todas sus gracias en la tierra. Se dirá de todo de él, pero nunca que discriminó al rico por el simple motivo de ser rico. Al revés: con una sensibilidad conmovedora, les repartió subsidios y créditos a personas muy pudientes para que no se sintieran marginadas. A la directora de El Colombiano, por ejemplo, le dio un crédito blando. Yo dije equivocadamente que se trataba de un subsidio, pero rectifico: fue un crédito. Y apenas de 82 millones. Citica. Ojalá le den otro para que construya una cancha de voleibol en la finca.

Como sea, Arias fue un gran ministro. Dios quiera que la exgerente de su campaña, la actual ministra de Vivienda, Beatriz Uribe, lo defienda desde el gobierno. Y que las medidas que la fiscal tome en contra suya consistan, por mucho, en asustarlo con un periódico enrollado.

Pero vuelvo a Valerie, a quien la Fiscalía le imputó cargos esta semana. Y ella, claro, quedó imputada con su novio. Y ahora temo que esa relación se dañe para siempre.

¡Nada de eso -me dan ganas de gritarles-: luchen por ese amor! Colombia es un país de envidiosos que no soportan que el uribismo les haya otorgado subsidios agrícolas a familias multimillonarias. ¡Ah, país de resentidos, país de parásitos! Digan lo que digan, el gobierno del doctor Uribe hizo mucho por los colombianos. O al menos por los Dávila Abondano y por Valerie Domínguez: por alguien había que empezar.

En cualquier caso, no seré yo quien se sume al linchamiento contra esta actriz tan versátil, que lo mismo protagoniza una serie que un escándalo; contra esta modelo que, salvo la de aseguramiento, tiene medidas perfectas: ¡no sean moralistas! ¡¿Quién no ha sido testaferro de un subsidio agrícola por amor ! ¿Quién, en lugar de un Ziggy, no ha recibido un lote de manos del amado? ¿A cuenta de qué el detalle amoroso tiene que ser siempre un globo plateado y no un cheque para riegos, por ejemplo?

Sino que el país político no perdona que Valerie actúe en Los caballeros las prefieren brutas, porque algunos creen que, más que una serie, esa fue la frase con que los conservadores convencieron a Noemí de que se lanzara a la Presidencia.

Aspiro a que las dos parejas arreglen sus problemas. Es posible. En Colombia todo puede suceder: un liberado se baja del helicóptero estrenando un Luber. Piden a Íngrid compartir sus bienes, pese a que ella solo tiene males. Cables de WikiLeaks comparan a José Obdulio con Montesinos, como si Montesinos no mereciera respeto. Luis Carlos Restrepo es acusado de hacer un montaje y, más grave aún, se deja la barba. La contralora aclara en un video que no es una depravada sexual. Y el número uno, ya loco del todo, palidece porque condenan al número primo.

A esto se suma, ahora, la noticia de Valerie. Ojalá todo se solucione; ojalá triunfe el amor. Sí, lo sé: soy un soñador, y en eso me parezco al doctor Carlos Holguín en una plenaria del Congreso. Pero qué puedo hacer: admiro al 'Pincher' Arias, a los Dávila Abondano y a todos los que han luchado por la justicia social de Colombia. Y también a Valerie, claro, a quien aprecio no solo por su físico, sino por lo que lleva por dentro. Es decir, por la ropa interior. Y eso que me gustan las mujeres que no se ponen ropa interior: una Sharon Stone, una Beatriz Uribe. En caso, claro, de que doña Beatriz no use ropa interior. Lo cual, a hoy, no me consta.