Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN ON-LINE

Las muchas roscas del anillo

Como la Hidra, monstruo mítico de mil cabezas, a la Policía Nacional no hay por dónde agarrarla sin que salten los delitos.

Semana.Com
22 de febrero de 2016

Basta con hacer un rastreo a las noticias publicadas desde el 2014 hasta esta semana acerca de la ya famosa Comunidad del anillo, para entender que el verdadero nudo del asunto no está –como si fuera poco- en una red de prostitución al interior de la Policía, sino en la dimensión y el poder de la cadena de silencios cómplices que ha actuado por años para encubrirla.

El video íntimo de Ferro y Palacios no es la prueba reina de nada, es apenas la cabeza más escandalosa del monstruo. Lo que atenta contra el pudor es que las insignias de los uniformados se puedan negociar en los catres de los senadores, como ofrecía quien fuera el Jefe de Seguridad del Congreso, Coronel Jerson Jair Castellanos.

“Usted no es nadie, ni siquiera teniente, yo le puedo ayudar” les decía el coronel Castellanos a los alféreces durante el levante, en una pizzería, comiendo helados o en su oficina del Congreso. “Lo que necesita es asegurar la vara para tener un buen puesto”, les aseguraba a sus subalternos desde la triple altura que da portar las barras laureadas de Coronel, atender los requerimientos de seguridad de senadores de la República y ser el chulo que conseguía sexo con uniformados para unos tipos poderosos con preferencias sexuales diversas.

A lo largo de su carrera Castellanos ha hecho un billete inexplicable con su salario de oficial. En la página de La FM está la lectura de extractos de los testimonios que dieron en 2006 ante la Fiscalía 5 alféreces, que coinciden en el modus operandi del levante de mi capitán Castellanos, los regalos de tenis de marca, relojes y celulares, los ofrecimientos de motos, el alarde de las cifras que brotaban de su cuenta bancaria, lo que estaba dispuesto a pagar por la entrada a la comunidad de los cadetes más guapos.

Muy generoso este servidor de la patria. El mismo altruismo con el que en el 2013, cuando ejerció como gobernador encargado de Casanare, condecoró con la Orden al Mérito al Brigadier General Jorge Hernando Nieto, hoy director general de la Policía en reemplazo de Palomino (el facsímil del decreto está en La Silla Vacía); aunque Nieto en ese entonces estaba en funciones en la Dijin e Interpol, nada que ver con los casanereños, debió agradecer profundamente el gesto de su colega. Hay que ver lo que vale un reconocimiento civil en la hoja de vida para un ascenso.

Igual de generoso vemos a Castellanos cuando rebaja el precio del exclusivo lote en la Sabana que le vendió al General Rodolfo Palomino, una dádiva que hasta el momento parece ser la prueba incriminatoria más sólida entre las varias denuncias que han circulado públicamente contra el ex Director de la Policía. Jerson Jair portó el uniforme hasta diciembre del año pasado, y solo fue retirado de la institución cuando Daniel Coronell reveló su transacción comercial con Palomino.

Todo esto podría ser la historia de novela de un personaje arribista, chantajista e inescrupuloso que se ha paseado impune entre la comandancia y las curules haciendo clientelismo de catre. Pero para que sea red se necesita más que uno y la existencia de la Comunidad del anillo ya se confirmó hasta por el Ministro de Defensa; que la red operó hace unos años, dijo Villegas, pero que ya no, como intentando minimizar las cabezas de la hidra que han intentado tapar su existencia.

La Fiscalía engavetó desde el 2006 los testimonios de los cinco alféreces que incriminaban a Castellanos y ha sido inoperante para investigar la muerte de la Cadete Lina Zapata ocurrida ese mismo año al interior de la Escuela General Santander. Fue un suicidio, dice la Dijin; había encontrado pruebas de la Comunidad y por eso la mataron, dice su familia que salió del país amenazada.

Desde adentro de la Policía chuzaron los teléfonos, hicieron seguimientos y enviaron amenazas a las periodistas Vicky Dávila, Claudia Morales y Cecilia Orozco a medida que fueron desvelando las roscas de este anillo policial. ¿Quién dio la orden? ¿Por qué?

Lo que hiede en la Policía no es un video que Vicky Dávila echó a rodar como si le hubieran dicho “el noticiero enfrentado lo tiene, y ya lo va a publicar”. La Policía Nacional es una institución enorme, deforme y corrompida que requiere transformación a fondo, una completa reingeniería institucional.

Coletilla: ¿Por qué en enero renunció la general Luz Marina Bustos, primera mujer en alcanzar ese rango y quien, por línea jerárquica y cargo de subdirectora de la institución, era la llamada a suceder a Palomino en el cargo?

@anaruizpe