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ANÁLISIS

Homosexualismo y enfermedad

Cuando las creencias religiosas se imponen en un Estado laico.

Armando Neira, Armando Neira
17 de febrero de 2015

El tema del día en Colombia es la absurda afirmación de que los homosexuales son enfermos. Una afirmación tan insólita que va en contravía de la historia moderna. En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó la homosexualidad del Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales (DSM) y exigió rechazar toda legislación discriminatoria contra gais y lesbianas. “Una solicitud sustentada –informó en su momento la APA– en la más completa revisión científica”. En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Parece increíble que hasta esos años la homosexualidad estuviera incluida en los manuales de psiquiatría como un trastorno mental más. Y que, como otros problemas psiquiátricos, hubiera gente que “podría curarse” con diversas “terapias” y “tratamientos”. Más sorprendente es, sin embargo, que en un país laico como el nuestro semejante creencia tenga vigencia en algunos sectores de la administración pública.

Lo sucedido con la Corte Constitucional es inadmisible. En pleno debate para decidir si las parejas del mismo sexo pueden adoptar, pidió a la Universidad de La Sabana un concepto que esta respondió afirmativamente: “La homosexualidad es una enfermedad”. Más que centrar el debate en la institución educativa, este debe pasar por la frontera infranqueable entre las creencias religiosas de los particulares y el funcionamiento de un estado laico. ¿No le bastaba a la Corte apoyarse en las decisiones de la APA y de la OMS? ¿Necesitaba acudir a una universidad abiertamente confesional?

En línea con esta situación surge el caso del profesor Gabriel Mora-Restrepo, de la misma universidad. En su cátedra puede debatir sus argumentos y defenderlos con vehemencia. Pero, ¿por qué un profesional que piensa así es llevado por el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, como procurador auxiliar para Asuntos Constitucionales? ¿Cuando atraviesa la puerta del Ministerio Público deja atrás sus creencias religiosas?

Esa es una de las críticas más fuertes que se ha ganado Ordóñez, quien cuando asumió empezó con un hecho simbólico pero que en realidad era una declaración de principios de cómo sería su gestión: retiró el cuadro de Francisco de Paula de Santander, el Hombre de las Leyes, que tradicionalmente presidia el despacho de la Procuraduría, para reemplazarlo por un crucifijo del cuerpo de Cristo, con el INRI resplandeciente en la parte superior de la cruz.

De hecho, Mora-Restrepo y Ordóñez han librado, en defensa de su fe, otras batallas. En una entrevista con un periódico de amplia influencia en El Vaticano, el docente precisaba que en Colombia “no existe el derecho de las mujeres” a la práctica del aborto, y “desenmascara” las “maniobras” de la Corte Constitucional y del lobby “abortista, liderado por la abogada Mónica Roa y al que se ha sumado el sacerdote jesuita Carlos Novoa, que ataca al procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, por su postura provida y acorde a la Constitución de 1991”.

Para el experto en derecho constitucional, “Colombia es un país provida, de eso no le quepa duda. Sólo que, en el 2006, con la llegada de nuevos magistrados –y también las presiones que todos sabemos existen en el mundo de las multinacionales que hay detrás, manejando intereses económicos, y de la agenda aborto que se ha colado en organismos internacionales–, se dieron las casualidades nefastas y apareció entonces la despenalización”.

Es su pensamiento acerca del aborto expresado a un medio de comunicación, es su forma de ver la homosexualidad ante sus estudiantes, pero cuando se convierte en uno de los hombres que le hablan al oído a Ordóñez -quien ostenta semejante cargo que incide en la vida cotidiana de los colombianos- provoca un hecho inquietante sobre el que se debe centrar la discusión.

Es lo que ocurre ahora con el conjuez José Roberto Herrera, quien tiene en sus manos la posibilidad de cambiar el destino de la composición de las familias en Colombia al decidir si las familias del mismo sexo pueden adoptar. Se dice que es un liberal de partido pero de pensamiento conservador. Es decir, ¿tomará su trascendental veredicto en derecho y por su formación jurídica o a partir de sus creencias religiosas?

*Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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