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¡Así se roban la salud!

¿Hasta cuando los colombianos continuaremos siendo víctimas de los malos manejos de la salud donde hay comprometidos personajes de la vida nacional y administradores de justicia?

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
5 de febrero de 2015

Querido ciudadano, ante el colapso total de la salud que se avecina y teniendo en cuenta la enfermedad que usted padece, es mejor que vaya organizando sus cositas, le dé el último beso a su querida esposa, la bendición a sus hijos, y las culebras que esperen a su próxima venida, si es que la reencarnación existe.  

No se haga ilusiones que no lo van a aliviar, de pronto se inventan una operación, pero no para curarlo sino para cobrar inmensa suma de dinero que después es repartida entre cirujanos corruptos que pululan en clínicas y hospitales; existen testimonios desgarradores y hasta jocosos de pacientes que fueron intervenidos quirúrgicamente de algo que no tenían, pero que ante el afán del dinero fácil todo se orquestó, son muchas las muertes causadas por estas prácticas criminales y corruptas.

El problema de fondo no es que los políticos se roben la plata de la salud, todo radica en los funcionarios que manejan clínicas y hospitales, que no tienen ningún sentido social del manejo de los dineros públicos puesto que son individuos colocados para satisfacer intereses meramente politiqueros, muchas veces sin ser idóneos para desempeñar el cargo que ocupan, razón por la cual violan las más elementales normas de la ética profesional.

Se calcula que los políticos se roban aproximadamente el 50 % de los recursos de la salud, puesto que desde el puesto, hospital más humilde de vereda, o pueblo, el edil o concejal tienen asegurados los nombramientos de los funcionarios por recomendaciones políticas, las compras de implementos en general tienen nombre propio, que por lo regular es el gamonal del municipio que representa al cacique regional.

Pero hay otra ventana por donde se esfuman los dineros de la salud de los colombianos y es la calidad de los profesionales, hay que aceptar que la pasantía o año rural la hacen los recién egresados, que desde luego deben estar orientados por uno antiguo e idóneo que les garantiza el buen desempeño de sus funciones. 

Lamentablemente un profesional especializado no se va para un hospital a devengar poco más de  un salario mínimo, con hasta 12 y más horas de jornada laboral, razón por la cual los pacientes son atendidos a medias sin ninguna garantía profesional, puesto que, si requiere de un especialista tiene que esperarse hasta dos meses.

Pero la salud también se la roban los jueces, magistrados y abogados corruptos que se inventan todo tipo de artimañas para demandar al Estado porque no se le prestó atención en tiempo oportuno a un paciente, cuya enfermedad sólo está en la mente corrupta y criminal de los servidores de la justicia.

Pero el robo a la salud también está en los contratos para adquirir equipos de alta tecnología, estos contratos tienen su propio carrusel, donde varias firmas son presentadas pero el meollo del asunto es de un solo propietario, como se acaba de descubrir con los contratos de las firmas de seguridad.

La Ley 1438 hizo que los gerentes de los hospitales fueran nombrados por concurso, pero, lamentablemente, la corrupción les torció el pescuezo a tan buenas intenciones, se ha sabido que la cuota para obtener el nombramiento en un hospital muchas veces llega a $500 millones de pesos, razón por la cual estos funcionarios lo primero que hacen al ingresar es recuperar el valor de la cuota aportada para obtener el nombramiento, y entonces actúan en la misma forma con el carrusel de nombramientos de personal no idóneo.

Lamentablemente varias universidades que deberían dar ejemplo de grandeza y pulcritud en muchos aspectos aparecen amangualadas para robarse los recursos de la salud, en contubernio con políticos y sindicatos de los hospitales, que muchas veces hacen alarde de un buen servicio cuando en el fondo están promoviendo todo tipo de chanchullos y peculados.

El régimen subsidiado de salud actualmente tiene más de 20 millones de afiliados, pero, lamentablemente se encuentra atravesando la peor crisis de toda su historia, en su mayor parte estas empresas están intervenidas y muchas de ellas han  optado por su retiro voluntario.
 
No es exagerado decir que el régimen subsidiado de salud está hecho pedazos, es un problema tan grave, que no se ha dimensionado en las proporciones que merece, razón por la cual se espera en pocos meses un colapso de incalculables consecuencias para la salud de los colombianos.

La crisis de los profesionales especializados es otro de los graves problemas de la salud, a través de la cual se esfuman grandes cantidades de dinero por las demandas que se interponen al no haberse atendido el paciente oportunamente. Es sorprendente que en nuestro país sólo existan 134 reumatólogos y los anestesiólogos son tan escasos, que en un hospital de segundo nivel ganan entre 30 millones y 40 millones de pesos, total que hay una descompensación entre la demanda y la oferta de ciertos sectores, que llevan al descalabro financiero a cientos de hospitales.

Según concepto de muchos especialistas y administradores de la salud, la Ley 100 se hizo para negocio, mas no para prestar un servicio de salud, esto está claramente demostrado cuando vemos a la entrada de clínicas y hospitales personas que por no tener acceso a un plan hospitalario, tienen que endurecer su enfermedad, madrugar a las 3 de la mañana a hacer cola de hasta seis horas, cuando no es que le dan el paseo de la muerte.

Sin ser alarmista considero que el Gobierno debe reestructurar cuando antes el sistema de salud, puesto que, tal como se encuentra, está a punto de colapsar, especialmente para los estratos bajos.
 
urielos@telmex.net.co

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