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Obama: el legado y el futuro

El abogado y exsenador deja una tasa de desempleo del 4.9%, es menor al 5.5% histórico, y el más bajo desde que inició su mandato.

Ramsés Vargas Lamadrid, Ramsés Vargas Lamadrid
25 de noviembre de 2016

El mundo poco a poco se va haciendo a la idea de Donald J. Trump como el presidente número 45 de los Estados Unidos (EE. UU.), sin embargo, Trump tiene el beneficio de la duda en el sentido de que aún no ha tomado posesión de su cargo, y tiene cuatro años por delante para justificar a sus críticos, o sorprender a sus escépticos.
Pero, en este cierre de cuentas, vale la pena referirse al legado de la era Obama en los EE.UU., un hecho histórico tratándose del primer presidente afroamericano de este país, así como de los compromisos y las promesas que hizo durante sus dos campañas.

El abogado y exsenador deja una tasa de desempleo del 4.9%, es menor al 5.5% histórico, y el más bajo desde que inició su mandato. No es un logro nada despreciable, sobre todo porque recibió un país en recesión de parte de su antecesor, George W. Bush.

Asimismo, en el gobierno Obama se crearon 10.9 millones de empleos, esto ubica a los EE. UU. en una cifra de 144.952 millones de trabajadores, según la Oficina de Estadísticas Laborales.

No obstante las cifras anteriores, es sorprendente que en EE. UU. aún haya 43.1 millones de personas viviendo en la pobreza, de los cuales 14 millones son menores de 21 años. Si bien es una cifra mejor que la de 2014, en donde se tenían 3.5 millones de personas viviendo por debajo de la línea de pobreza, fue superior a la de 2008, en donde eran 3.3 millones.

Una gran paradoja del país más rico del mundo es el hecho de que la seguridad social en salud no está garantizada, generando grandes costos y riesgos para los trabajadores. Obama abogó por un ambicioso plan de cobertura al que se le denominó “ObamaCare”, que entró en vigor en 2013, como herramienta que solventara el caos creado por el modelo preexistente de “MediCare”.

Según el Centro Nacional de Estadísticas, 16.5 millones de personas accedieron a un plan de salud, lo que, aun cuando aumentó la cobertura, todavía deja a 27.3 millones de personas sin seguro médico, lo que supone que casi el 9% de la población estadounidense se encuentra desprotegida en esta materia.

Otro tema pendiente fue el de los llamados “Dreamers” y la reforma migratoria para conceder amnistías y regularizaciones. El gobierno Obama tuvo una fuerte política de deportaciones, por lo que entre 2009 y 2015 se deportaron 2.5 millones de personas, según las cifras oficiales del Departamento de Seguridad Nacional. Esto ubica al abogado y miembro de una minoría como el principal deportador que haya pasado por la Casa Blanca.

En los EE. UU. aún viven cerca de 11 millones de inmigrantes ilegales, una población que se redujo entre el 5 y el 10% en los ocho años de la era Obama.
Obama fue enfático en que cerraría Guantánamo al inicio de su gestión, lo que preveía sería un gobierno respetuoso de los derechos humanos y garantista, sin embargo, la cárcel en la base militar estadounidense aún está en servicio y cuenta con 60 detenidos, menos que los 780 que alcanzó a acumular su antecesor George W. Bush.

Este es un gran lunar en su legado, especialmente por sus antecedentes y la vehemencia con la que se pronunció sobre este tema, sin embargo, el presidente mantuvo su autoridad ejecutiva, y defendió la potestad de detener y mantener presos extranjeros sin consideraciones de derecho internacional o de derechos humanos, basado únicamente en el estado de seguridad nacional.

Tal vez el tema comercial fue el más favorable para Obama, lo que no debe sorprender en un país industrial y con una fuerte “diplomacia comercial”, que hace gala de la clásica frase estadounidense de “Business as usual”.

En el gobierno Obama las exportaciones de bienes y servicios crecieron el 28%, esto redujo su déficit comercial, e impulsó un dinamismo económico que palió la crisis en la que recibió al país.

Los otros lunares de la era Obama son el ataque al Consulado de los EE. UU. en Bengasi el 11 de septiembre de 2012, lo que dejó entre las victimas al embajador estadounidense Chris Stevens.

El uso de drones, las misiones militares, las muertes de civiles en bombardeos, así como las bajas de combatientes por miles, también son números escalofriantes y que dejan un legado difícil de digerir en la política exterior y militar del presidente Obama.

Finalmente queda por preguntarse si China fue la gran beneficiaría de su paso por la Casa Blanca. Hoy el monto de la deuda pública es de US$19.9 billones, lo que aumentó en un 87% desde que Obama administró la Oficina Oval. Dentro de sus principales acreedores está el gobierno chino, lo que no está exento de suspicacias por el cruce de intereses de las dos potencias, así como su participación protagónica en el campo comercial y militar.

Obama ya se va, Trump llega con una promesa de trabajos, industria, recuperación económica y una fuerte política antiinmigración y de “sueño americano”, esperemos estas cifras permitan planear a lo que se enfrenta el republicano magnate de los negocios inmobiliarios.

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