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Brasil: un nuevo jugador mundial

Este 2011 nos presenta a Brasil y Turquía, uno meimbro del BRIC y otro del CIVETS, pero ambos nuevos jugadores del orden mundial con una firme política exterior que los convierte en importantes activos en la diplomacia internacional.

Semana
26 de enero de 2011

¿Quién más puede reunirse con Bill Gates y Mahmud Ahmadinejad en el mismo día? se preguntaba el canciller brasileño Celso Amorim, en una entrevista a Foreign Policy en su edición de final de año. Y tiene razón, esta frase del Canciller ilustra el Brasil de hoy; un país que asombra ya no por su futbol, música y mujeres, pero por su nueva diplomacia que lo catapulta a las grandes ligas de la arena internacional.

Primero fue Goldman Sachs quien incluyó a Brasil como una de las economías emergentes más importantes del mundo dentro de los BRIC, acompañado por Rusia, India y China; luego su aspiración para un lugar como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ratificó su posición de jugador global al querer aspirar al club de los países que tienen la responsabilidad de mantener el orden mundial. Y es en este punto que el papel de Amorim ha sido clave, pues su fuerte convicción por la negociación y el multilateralismo como opción diplomática han tenido tan grandes resultados que la revista Time acaba de catalogar al presidente Lula, como el líder más influyente del mundo en el año que cierra.

Tal vez la muestra más clara del poder que Brasil ha adquirido, es su incorporación a los temas mundiales. A comienzos de año, consiente que el puesto dentro del P5 (países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas - China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) se gana demostrando una verdadera convicción con el orden mundial, Brasil incrementó su ayuda a las misiones de paz de ONU, como en el caso de Haití y ha fortalecido su cuerpo diplomático durante el gobierno de Lula. Pero sin lugar a duda, el tema que le ha ganado admiración y asombro últimamente, ha sido su papel en el manejo del desarme nuclear de Iran, quien se ha convertido en el tema con el cual Brasil piensa entrar en las grandes ligas.
 
Amorim en la entrevista con Foreign Policy deja ver claramente su convicción en este tema, y la doctrina que ha establecido Brasil durante el periodo de Lula para su inserción en diferentes temas; incluido la ampliación de su base diplomática en el continente africano para demostrar una vez más, el real compromiso con los temas globales; fuera de su interés económico claro está.

Sin embargo, en este nuevo papel, el gigante latinoamericano no ha estado solo; Turquía es el aliado elegido, pues Amorim ha encontrado en Ahmet Davutoglu, el cerebro detrás de convertir al país otomano en un jugador global, su compañero ideal para adelantar esta tarea. Ambos países comparten una política de estabilidad regional. Turquía decidió una política internacional de “cero problemas” con los vecinos, que le ha permitido mediar con distintas fracciones políticas en Irak para poder atravesar ese país con un oleoducto desde Arabia Saudita hasta Europa; y por su lado, Brasil, goza de una posición privilegiada en América Latina con un gran peso en temas fundamentales para la región.

Así pues, este 2011 nos presenta a Brasil y Turquía, uno meimbro del BRIC y otro del CIVETS, pero ambos nuevos jugadores del orden mundial con una firme política exterior que los convierte en importantes activos en la diplomacia internacional. Ambos convencidos del multilateralismo como opción de política exterior y como herramienta para la descongestión de importantes puntos de una agenda política bastante polarizada entre los países desarrollados y aquellos pidiendo pista en este nuevo realineamiento de fuerzas diplomáticas.

No se equivocan quienes han establecido que esta es la década de América Latina, una ex presidente dirigiendo el programa por la equidad de la mujer de Naciones Unidas y algunos ex presidentes con futuro incierto pero seguros de sus fortalezas internacionales, hacen que la región empiece a asegurar su lugar en la agenda internacional. Sin embargo, lo realmente sorprendente, es que sea la diplomacia la herramienta con la cual América Latina busque su posicionamiento en este escenario al lado de Turquía, India y China; razón tenía la revista Times, al catalogar la región dentro del “ascenso del resto” (The Rise of the rest).


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