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Mujeres berracas

Se han ganado espacios políticos a pulso, con ideas, inteligencia y preparación, a pesar de ese otro prejuiciado y anciano país que insiste en discriminar y negar oportunidades. Lo que se ha ganado es tan frágil que puede perderse en cualquier momento.

Alonso Sánchez Baute, Alonso Sánchez Baute
5 de marzo de 2018

Una amiga da por sentado que voy a votar al Senado por un amigo mutuo. Le contesto: “La ultraderecha está en contra de los derechos por los que lucho”. Ella argumenta que nuestro amigo “Tiene amigos que son gais”. Pero  bien sabemos que para los políticos el interés personal siempre será superior a la amistad o al cariño. Le contesto: “El día que el jefe de su partido le ordene a la bancada votar en contra de los derechos y libertades de la población LGBTI, él no va a pensar en sus amigos gais”.

La lucha de esta comunidad por el reconocimiento de sus derechos ha sido ardua y espinosa. En el país la iniciaron a finales del siglo pasado líderes que fueron asesinados o que están exiliados. En noviembre de 2004 fue creada Colombia Diversa, un organismo que, junto con otros como Caribe Afirmativo, ha logrado avances significativos. Pero ello se debe a los fallos en las cortes de justicia, pues el Congreso de la República no solo se ha hecho el de la vista gorda sino que ha anulado cualquier posibilidad de reconocerlos. Por fortuna, hay de dónde escoger entre los más de dos mil candidatos. El solo hecho de la candidatura a la vicepresidencia de Claudia López -una mujer que se ha hecho a pulso y con inteligencia, sin apellidos en la política o de la oligarquía-, habla de un país que anhela y apuesta por el cambio.

Ser gay no es un argumento político y por eso no existe el tal “voto gay”. La comunidad LGBTI no es un gremio, como el de los taxistas o el de los comerciantes. Hay quienes votan por meros intereses económicos (contratos o puestos estatales). Yo voto, como tantos otros colombianos, por alguien que represente mis intereses legales y luche por mis derechos constitucionales. Hay candidatos que no necesitan hablar de su trabajo a favor de esto porque ya lo han demostrado en el pasado. Por razones de espacio menciono solo a dos. Todo el país conoce, por ejemplo, la lucha frontal que viene dando desde muchos frentes de interés nacional Angélica Lozano, varias veces votada la mejor congresista del país. A ello le sumo, en lo particular, su compromiso con la causa de las minorías, en especial con la población LGBTI, la cual, incluso, es una deuda con ella misma y con su relación de pareja. Eso de por sí es más que garantía.

Igual sucede con Tatiana Piñeros, quien ha basado su campaña en temas de su experticia como fortalecer el turismo como motor de la economía y el sector solidario. Ya demostró su valía cuando fue secretaria de Turismo de Bogotá, tal cual lo reconoce en un video que corre por WhatsApp el mismísimo Jean Claude Bessudo, quizás el empresario que más sabe y ha impulsado el turismo colombiano. ¡Si él avala su trabajo, es porque conoce su talante! A mí me encantaría verla como la primera transexual en el Congreso.

Son espacios que estas mujeres berracas se han ganado a pulso, con ideas, inteligencia y preparación, a pesar de ese otro prejuiciado y anciano país que insiste en discriminar y negar oportunidades. Lo que se ha ganado es tan frágil que puede perderse en cualquier momento. Una vez en el Congreso la ultraderecha volverá a los improperios de siempre; eso de que los gais son enfermos, excrementales o “pecadores afanados por pervertir a los niños”. No se entiende cómo alguien a quien le pisotean sus derechos y libertades sigue votando a favor de ese mismo que se los pisotea. Habría entonces que olvidarse del matrimonio, de la adopción y de otros derechos reconocidos por la Constitución y negados por el Congreso.

  1. Para la Cámara por Bogotá también hay nombres. José Cuesta, por ejemplo, es un hombre brillante, honesto y leal a sus principios. Ha dedicado su vida a la docencia, al análisis de nuestra realidad política y social, a la defensa de los derechos humanos y al trabajo comunitario.

@sanchezbaute