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Carcelero distraido

Desde hace algún tiempo existen informaciones y denuncias sobre connivencias de algunos directivos carcelarios con paramilitares.

Daniel Coronell
17 de mayo de 2008

El gobierno de Colombia se apuntó un importante triunfo esta semana, cuando la Interpol certificó que los computadores decomisados después de la operación contra Raúl Reyes, pertenecían al cabecilla de las Farc y no habían sido alterados. Los dispositivos y la información que contienen -que, dicho sea de paso, debe ser cuidadosamente evaluada y verificada- fueron rescatados después de un intenso bombardeo nocturno, en medio de la selva y en territorio ecuatoriano.

Por eso resulta inexplicable que ahora esté perdida la información de otros computadores. Los de varios jefes paramilitares extraditados la semana anterior. Y es que es insólito que -en condiciones tan adversas- se puedan recuperar íntegramente los del guerrillero, mientras que se pierden los de los paramilitares que estaban en una cárcel de máxima seguridad.

Aparecieron sin disco duro, los equipos de Ramiro 'Cuco' Vanoy, 'Pablo Sevillano', Martín Peñaranda y el 'Tuso Sierra', quien tuvo negocios con el detenido ex senador Mario Uribe. Tampoco aparece el computador de Salvatore Mancuso.

El director del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), general Eduardo Morales, explicó que el computador de Mancuso había salido de la cárcel para mantenimiento, y con autorización, cuatro días antes de la extradición.

La explicación del director del Inpec sobre la suerte de la memoria electrónica de Mancuso deja más preguntas que respuestas. En una entrevista radial, le preguntaron:

-General, ¿y el computador de Mancuso se pudo recuperar de la revisión? ¿O ese sí, ya nunca nos llegó a las manos?

-No -respondió el general-. Nunca sabremos o supimos a dónde lo llevaron a mantenimiento. Simplemente que salió.

Pero un computador no se va de una cárcel caminando. La persona que recogió el aparato debió haber dejado sus datos personales en la guardia, antes de ingresar a la cárcel. De acuerdo con el reglamento de los penales de alta seguridad, el visitante debe registrar su cédula, su dirección, su teléfono, e incluso su huella dactilar.

Los miembros de la Policía judicial que trasladaron a los jefes paramilitares no tocaron las pertenencias de los internos porque su orden se limitaba a la remisión de las personas y no les permitía registrar o allanar las celdas. Es decir, todo lo que no aparezca se perdió bajo la custodia exclusiva del personal del Inpec.

La conclusión es grave porque desde hace algún tiempo existen informaciones y denuncias sobre connivencia de algunos directivos carcelarios con paramilitares.

El asunto no se limita a Itagüí. Hace apenas dos semanas fue detenido el antiguo director de la cárcel de Valledupar, Hugues Maya Castillo. Lo capturaron por el delito de favorecimiento de fuga de presos. Según la sindicación, el director facilitó la huida del paramilitar Javier Urango Herrera, alias 'Chely', un hombre de la banda de los 'Mellizos', que comanda los llamados grupos emergentes que operan en Cesar, Magdalena, Santander y sur de Bolívar. 'Chely', además, está sindicado de controlar varias rutas del narcotráfico en el Magdalena Medio y en la Costa Atlántica.

El general Morales no parece percatarse de la crisis que atraviesa la institución a su cargo.

Con el mismo ánimo distraído con el que hace unos meses trocó los traslados de 'Don Berna' y 'Don Diego' (mandó a un buque al que iba para La Picota, y viceversa); hoy se preocupa por hacerle cumplir con toda severidad el reglamento a Rocío Arias, justo cuando está declarando en la Corte contra Nancy Patricia, Adriana Gutiérrez y el Ministro de Hacienda.

Mientras tanto, en el llamado pabellón de los para-políticos en La Picota, siguen los banquetes. Entre los huéspedes de ese lugar está el senador Ciro Ramírez Pinzón, padrino político del general, y hermano del actual director de Control Interno del Inpec, Pedro Nel Ramírez.

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