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Carta de Andrés Felipe Arias

El exministro de Agricultura le responde a María Jimena Duzán a propósito de su columna ‘La verdad sepultada’.

Semana
27 de abril de 2011

Bogotá
Abril 25, 2011

Me refiero a la columna de María Jimena Duzán titulada “La Verdad Sepultada”. En esta ocasión María Jimena, a quien admiro y respeto, se equivoca cuando dice lo siguiente sobre este servidor: “Lo que sí sé es que no le está diciendo la verdad al país cuando afirma que él no ‘tuvo ninguna injerencia ni técnica ni financiera’ en el proceso de adjudicación de unos subsidios provenientes del programa AIS”. Revisemos los hechos.
Está demostrado que como Ministro nunca participé en la ejecución técnica u operativa del programa de riego de AIS. Cuando se diseñó el programa se establecieron sendos comités administrativos, comités interventores y una unidad coordinadora para la orientación del mismo.

Adicionalmente, toda la ejecución técnica, operativa y de interventoría en terreno fue delegada al Instituto Interamericano de Cooperación en Agricultura (IICA). Es decir, los funcionarios del Ministerio de Agricultura, y con mayor razón el Ministro, nunca tuvieron funciones de identificación, acompañamiento, recepción, evaluación, selección, puntuación, adjudicación e interventoría en terreno de los proyectos.

Un comité administrativo (del cual no hace parte el Ministro) revisaba las recomendaciones de adjudicación del IICA, las cuales debían obedecer a puntajes matemáticos emanados de convocatorias públicas y abiertas a todo el sector agropecuario colombiano.

Como si esto fuera poco, todos los testimonios de funcionarios del IICA demuestran que la evaluación, selección y viabilización de los proyectos de riego estaban a cargo del mismo IICA. Ello por razones técnicas atribuibles a la capacidad y cooperación científica y tecnológica que el IICA prestaba al Ministerio de Agricultura.

Es evidente entonces que como Ministro nunca participé en la ejecución operativa, técnica y de evaluación, selección, adjudicación o interventoría de los proyectos de riego.

Permítame ahora profundizar en algunos de los argumentos empleados por María Jimena.

Dice ella: “… en enero de 2005, a los pocos días de nombrado, varios de los funcionarios recuerdan la energía con la que el ministro anunció la creación del programa.”

AIS, incluido su nombre, fue propuesto por el Presidente de la República después del cierre de negociaciones del TLC con Estados Unidos (primer trimestre de 2006). La idea era crear un programa de apoyo para el sector agropecuario colombiano, que permitiera a nuestros agricultores enfrentar la competencia subsidiada proveniente de todos los países con los que se buscaban acuerdos de libre comercio (no sólo Estados Unidos).

Así pues, el programa se concibe en el primer semestre de 2006 y empieza a diseñarse en detalle en el segundo semestre del mismo año, cuando el Congreso ya había aprobado un rubro presupuestal específico para su operación durante 2007. Era natural que los técnicos anticiparan el diseño detallado del programa y, para ello, se celebró un convenio de cooperación entre el IICA y el Ministerio de Agricultura desde 2006. Vale la pena decir que en la discusión participaron técnicos de otras entidades del Estado (ej: DNP). Como Ley de la República el programa sólo cobra vida a partir de 2007.

Suena ilógico entonces que algunos funcionarios recuerden “la energía” con que anuncié la creación del programa en enero de 2005 si, para ese entonces, al TLC con Estados Unidos todavía le faltaba más de un año de negociación y AIS no existía ni en el Presupuesto, ni un CONPES, ni en el Plan de Desarrollo, ni en una Ley, ni en un Decreto. Es decir, en enero de 2005 AIS no existía ni en sueños.

Lo que sí no puedo negar es que siempre he defendido AIS con energía. Y lo seguiré haciendo pues gracias a este programa la frontera agrícola aumentó en un millón de hectáreas, la productividad promedio del campo colombiano creció en 13% y la producción total de alimentos se incrementó en 5 millones de toneladas. Como consecuencia, el desempleo rural y la inflación de alimentos bajaron, en aquellos tiempos, a mínimos históricos.

Continúa María Jimena: “Al otro día y por disposición suya se creó una nueva dirección dentro del Ministerio, que se llamó Dirección de Agro Ingreso Seguro, la cual empezó a funcionar en una oficina contigua a la suya, encargada del diseño, montaje y puesta en marcha del programa AIS.”

Nunca se creó una dirección llamada “Dirección de Agro Ingreso Seguro”. Ello hubiere requerido una reforma orgánica para inyectar mayor burocracia y costos laborales a la planta del Ministerio, a lo cual siempre me opuse. Por ende, desde que el programa empezó a diseñarse en el segundo semestre de 2006 (bajo un convenio de cooperación con el IICA), se estableció una Unidad Coordinadora, a cargo del IICA, que servía de enlace entre las direcciones técnicas del Ministerio y ese Instituto que, repito, fue el encargado, a partir de 2007, de todas las labores de identificación, acompañamiento, recepción, evaluación, selección, puntuación, adjudicación e interventoría en terreno de los proyectos.

También es extraño que María Jimena afirme que la tal Dirección de AIS funcionara en una oficina contigua a la del Ministro. Lo digo porque el despacho del Ministro, en el tercer piso del Ministerio, colinda con la calle y con la sala Luis Carlos Galán. En esa ala del tercer piso se ubican también los despachos del Viceministro y de la Secretaria Privada del Ministro. Más aún, la Unidad Coordinadora de AIS operaba en el otro extremo de esa planta.

Prosigue Maria Jimena: “Arias, que ahora dice que no tuvo nada que ver con el programa, contrató a los más importantes profesionales y nombró director a Juan Camilo Salazar, con un sueldo de 14 millones de pesos…”. Nunca he dicho que nada tuve que ver con el programa. De hecho, lo defendí en el Congreso de la República. Además, lo fomenté y divulgué como política pública en todos los escenarios posibles. Era mi función.

Pero, una vez más, la Unidad Coordinadora de AIS, para la cual trabajó el Dr. Salazar, estaba a cargo del IICA. Es decir, en ese momento el Dr. Salazar no era funcionario del Ministerio aunque sí apoyaba (en el marco de la cooperación científica y tecnológica entre el IICA y el Ministerio) la política pública del Ministerio con AIS. Así las cosas, no podría decir cuánto ganaba el Dr. Salazar como funcionario del IICA, pues hubiera sido por lo menos irrespetuoso inmiscuirse de esa manera en una entidad multilateral adscrita a la OEA.

Lo que sí puedo decir es que el Dr. Juan Camilo Salazar siempre demostró ser un hombre probo, honesto, trabajador y con excelencia profesional. Tal es la talla moral y excelencia profesional de Juan Camilo Salazar que, posteriormente (2008), el Presidente de la República lo nombró Viceministro. Siempre me sentí muy honrado de trabajar con él.

No puedo dejar pasar una incongruencia de María Jimena al interior de su misma columna. Justo después de afirmar que yo, como Ministro, contraté “a los más importantes profesionales y nombré director a Juan Camilo Salazar” cambia de opinión y dice a renglón seguido: “… ellos eran contratados a través del IICA-OEA,…”. Queda claro entonces que el que contrataba era el IICA, como lo he venido argumentando y como Maria Jimena misma termina reconociéndolo.

Sin embargo, es desafortunado y fuera de lugar que María Jimena traiga a colación un contrato que José Obdulio Gaviria celebró con el PNUD y que, estoy seguro, se ciñó a la Ley. Intuyo que lo hace para insinuar qué yo, como Ministro, no contrataba pero sí contrataba a los funcionarios de la Unidad Coordinadora de AIS. Por un lado, lo uno (PNUD) nada tiene que ver con lo otro (IICA). Por otro, está demostrado que, mientras el Dr. Salazar trabajó en la Unidad Coordinadora de AIS, el que contrataba era el IICA.

Después dice María Jimena que el Dr. Salazar, como funcionario de la Unidad Coordinadora, entraba y salía de mi despacho. Es cierto pues siempre tuve puertas abiertas. Si el Dr. Salazar estaba trabajando en una Unidad del IICA, bajo un convenio de cooperación científica y tecnológica entre el IICA y el Ministerio para AIS, ¿por qué el Ministro habría de cerrarle la puerta?

Es importante que María Jimena conozca que en el Ministerio de Agricultura funcionan, desde hace tiempo, varios programas en alianza con otras entidades multilaterales: BID (Vivienda Rural), Banco Mundial (Alianzas Productivas), FIDA (Oportunidades Rurales), etc. Lo mismo sucede en muchas otras entidades del Estado. Por tanto, la alianza IICA – Ministerio para AIS era algo completamente normal.

Es más, los funcionarios de estos programas de cooperación con el Ministerio son contratados por la entidad multilateral respectiva (BID, Banco Mundial, FIDA, IICA). A todos los recibí cuantas veces lo solicitaron. Era lo natural y lo responsable.

Luego María Jimena cuestiona que el Dr. Salazar acompañara las giras regionales que hacíamos en el Ministerio. Si AIS es un programa orientado al sector agropecuario colombiano, lo normal es que todas las personas trabajando para el programa (bien sea directamente con el Ministerio o en cooperación desde el IICA) acompañaran las giras regionales. Me acompañaban, además, los funcionarios de planta de Ministerio, los funcionarios de entidades adscritas al Ministerio (Banco Agrario, Finagro, etc.) y aquellos laborando para entidades multilaterales en programas de cooperación con el Ministerio (Vivienda Rural, Oportunidades Rurales, Alianzas Productivas, AIS).

Increíble que María Jimena, a quien admiro y aprecio, utilice este tipo de argumentos para tratar probar una tesis equivocada o para tejer suspicacias donde no las debe haber.

Reconoce María Jimena que: “la Procuraduría abrió un pliego de cargos en contra de 12 funcionarios de planta del Ministerio, a sabiendas de que ninguno de ellos tuvo injerencia directa en la operación del día a día de AIS.” Yo soy uno de esos funcionarios y estoy respondiendo por los cuatro cargos principales.

A María Jimena no la entiendo. Al principio de la columna afirma que yo miento al decir que no tenía nada que ver con la operatividad y manejo técnico del programa. Pero en esta parte de la columna reconoce que quienes tenemos pliego de cargos en la Procuraduría nada teníamos que ver con la operación del día a día de AIS.

Queda claro, una vez más, que no estoy mintiendo cuando dije en los medios de comunicación que “nunca asumí la ejecución técnica y operativa del programa de riego de AIS” porque, como la misma Maria Jimena lo reconoce, el día a día del programa corría por cuenta del IICA.

Luego María Jimena entra a defender a dos de los funcionarios con imputación de cargos en la Fiscalía (Camila Reyes y Javier Romero) diciendo que varios subalternos míos en el Ministerio han señalado a esos dos funcionarios (como si yo lo hubiera ordenado). Nada más lejano de la realidad. En todos los medios de comunicación he reiterado que creo ciegamente en la honorabilidad y transparencia de todos los funcionarios del Ministerio que han sido acusados injustamente por la Fiscalía, incluidos Camila y Javier.

Infiero que semejante infamia obedece a desconocimiento pues Maria Jimena luego se pregunta: “¿Quién puede creer que un ministro como Arias haya permitido que una subalterna de cuarto nivel (refiriéndose a Camila Reyes) comprometiera un presupuesto de tal tamaño, sin que él estuviera enterado?”. Ni Camila Reyes era funcionaria de cuarto nivel, ni tenía que ver con compromisos presupuestales. A ella se le acusa injustamente de haber realizado unos estudios previos incompletos.

Estudios previos que, según algunos jurídicos, no se requerían debido a la misma modalidad de contratación con el IICA: ciencia y tecnología. Estudios que se hicieron, si esto es así, por exceso de rigor. Es decir, a Camila la encarcelaron por exceso de rigor. Además, conociéndola como la conozco, los estudios deben estar completos y bien hechos.

Es injusto entonces que ahora yo sea señalado por Maria Jimena de estar tejiendo algo “truculento” para afectar a Camila y/o Javier. Repito: quienes conocemos a estos funcionarios sabemos que son personas honestas, trabajadoras, rectas, y que es una gran injusticia que estén en la cárcel. Invito a que María Jimena lea mi columna de El Colombiano de Abril 16 titulada: A Unos Inocentes.

María Jimena también cuestiona que haya sido yo quién aprobó las reglas de juego para la entrega de los incentivos de riego y drenaje, y que la Fiscalía y la Procuraduría no quieran ver esto. Supongo que se refiere a unas resoluciones que firmé en 2008 y en donde se adoptan los términos de referencia para las convocatorias de riego y drenaje ese año. Sobre esto varias cosas.

Primero, esas resoluciones las entregué personalmente a la Fiscalía en mi interrogatorio y la Procuraduría me levantó pliego de cargos por ellas. Segundo, esas resoluciones fueron proyectadas, elaboradas y aprobadas por un equipo técnico, tal como se observa en la parte inferior de las mismas. Sobra decir que no tengo pericia técnica en temas de ingeniería de detalle para riego y, por lo tanto, siempre he confiado en el equipo técnico que me acompañó.

Tercero, los términos de referencia que se adoptan en esas resoluciones de 2008 se fundamentan en unos términos de referencia de 2007, también elaborados por un equipo técnico en el que he confiado, y sobre los cuales no firmé resolución alguna.

Por lo tanto, sería injusto y desproporcionado adjudicarme dolo o mala fe por firmar dichas resoluciones. Especialmente si los términos de referencia plasmados en dichas resoluciones (elaborados por un equipo técnico en el que siempre he confiado) son abusados, aparentemente, por unos particulares en el terreno.

En este punto es necesario recordar el verdadero origen del programa de riego y drenaje de AIS. Durante el proceso de diseño de AIS el equipo técnico del Ministerio estudió a profundidad diversas experiencias internacionales de programas de apoyo al agro. Se estudiaron los casos de Estados Unidos, Brasil, México y Chile entre otros. De hecho, algunos funcionarios viajaron a algunos de estos países.

Como resultado de este proceso de análisis y aprendizaje se tomó la decisión de replicar experiencias exitosas y descartar aquellas fallidas. Por ejemplo, se descartó cualquier modalidad del programa Pro – Campo en México. Éste no logró mejorar la productividad del sector agropecuario de ese país. En contraste, se decidió adoptar el programa de riego de Chile, que operaba exitosamente desde 1985. Allí se venían empleando convocatorias de manera exitosa para transferir tecnologías de riego y drenaje a los agricultores de ese país.

Así pues, el equipo técnico del Ministerio estudió durante 2006 la experiencia Chilena en riego, que databa de 1985, con el objetivo de adaptarla a Colombia en el marco de AIS a partir de 2007. He ahí el verdadero origen del módulo de riego de AIS.

Ahora bien, la totalidad del programa (y no sólo el módulo de riego) es el resultado de un consenso entre el equipo técnico del Ministerio, el equipo técnico del IICA (en el marco de la cooperación científica y tecnológica que brindaban), el equipo técnico de DNP, los gremios del sector, el Consejo de Secretarios de Agricultura, etc. El programa, adicionalmente, fue aprobado como Ley en el Congreso de la República. Inclusive votaron a favor del proyecto varios parlamentarios de oposición. Posteriormente la Corte Constitucional lo declaró exequible.

He ahí el verdadero origen de AIS: ni a puerta cerrada ni con progenitura exclusiva de Arias.

María Jimena también cuestiona que a mí no se me haya imputado el cargo de celebración indebida de contratos, por haber firmado los convenios con IICA, mientras que a los otros funcionarios sí se les haya imputado dicho cargo simplemente por haber participado en el trámite previo de los mismos.

Ojalá María Jimena me hubiera escuchado en los medios de comunicación cuando afirmé que ni los funcionarios del Ministerio, ni los Ministros cometimos delito alguno cuando se celebraron los convenios de cooperación científica y tecnológica con el IICA para AIS. Múltiples razones he esgrimido.

Primero, ha sido práctica inveterada en el Ministerio de Agricultura la celebración de este tipo de convenios con el IICA. Por ejemplo, en los últimos 12 años se han celebrado más de 40 convenios de este tipo por los Ministros de turno. Más aún, existe un Acta del actual Ministerio de Agricultura en donde se validan varios de los proyectos de riego ejecutados bajo los convenios que la Fiscalía hoy nos reprocha.

Adicionalmente, en esa misma Acta, firmada por el actual Viceministro de Agricultura y su Director de Desarrollo Rural, se pide la prórroga de uno de estos convenios hasta 2012. ¿Va María Jimena a pedir también la cabeza del actual Viceministro y su Director de Desarrollo Rural? Espero que no.

Segundo, no soy abogado y no tengo pericia en temas contractuales. Por ello, siempre confié y sigo confiando en quienes fueron mis jurídicos y mis directores. Ellos defienden a capa y espada esta modalidad de contratación con el IICA, así como defienden haber cumplido con el lleno de los requisitos para los convenios. Y les creo.

Ahora, cuando acudo a mi formación como economista encuentro que no existe una forma más efectiva de transferir tecnología al campo que mediante la aplicación, asimilación y apropiación de tecnologías de riego por parte del agricultor y su difusión. Por ende, por lo menos desde el punto de vista de un economista, este tipo de convenios encaja perfectamente en la modalidad de ciencia y tecnología.

Bien lo dijo uno de los abogados: ciencia y tecnología no es únicamente enviar un cohete a Saturno. Ciencia y tecnología es, evidentemente, lo que hicieron en Israel para llevar agua del Lago Tiberíades a la zona desértica, logrando expandir la frontera agrícola de ese país. Algo parecido es lo que buscábamos con los convenios que la Fiscalía hoy reprocha.

Tercero, la transferencia de ciencia y tecnología no requiere inventiva. La transferencia incluye también apropiación, asimilación, difusión y adaptación de tecnologías existentes. En el mundo existen dos escuelas de tecnologías de riego que compiten entre sí: israelí (enfocada en riego por goteo) vs americana (enfocada en riego por pivotes). De ambas escuelas hubo transferencia tecnológica (apropiación, asimilación, difusión y adaptación) hacia la agricultura colombiana, gracias a los convenios de ciencia y tecnología celebrados entre el IICA y el Ministerio para diseñar y operar las convocatorias de riego de AIS.

Basta consultar el Manual de Oslo de la OECD o el mismo informe de la firma Econometría que evalúa el programa AIS. En esos estudios se demuestra, una vez más, que los convenios de cooperación con el IICA para la operación del módulo de riego de AIS encajan perfectamente dentro de la modalidad de ciencia y tecnología.

Cuarto, existe un concepto jurídico emitido por el ex – Procurador Carlos Gustavo Arrieta, semanas antes de ser ternado a la Fiscalía, en el que demuestra, desde el punto de vista jurídico y administrativo, que estos convenios de ciencia y tecnología celebrados entre el Ministerio y el IICA se adhieren estrictamente a las normas de contratación estatal.

Quinto, los convenios de ciencia y tecnología, como son los convenios con el IICA, permiten administración de recursos, algo que la Fiscalía insiste en reprochar.

Nótese entonces que, en el peor de los casos, este tema de los convenios entre el Ministerio y el IICA es un debate jurídico y administrativo. Pero por un debate de este tenor no pueden enviar personas a la cárcel. No perdamos de vista que el verdadero problema de AIS fue el aparente abuso de unos particulares a un programa del Estado (en el cual los funcionarios del Ministerio – y con más razón el Ministro – no participaban en las labores de identificación, acompañamiento, recepción, evaluación, selección, puntuación, adjudicación e interventoría en terreno de los proyectos).

Por supuesto, si la tesis de la Fiscalía con respecto a los convenios prospera, van a tener que a acusar a cientos de funcionarios que nos antecedieron y a varios de los actuales. No puede ser que estemos ante una justicia selectiva y este tipo de convenios sólo se vuelvan ilegales cuando los impulsa el equipo de Arias.

Si la solución que encuentra María Jimena ante este despropósito es que se me impute también el cargo, supongo que solicitará imputación de cargos para todos los Ministros y funcionarios que nos antecedieron y para algunos de los funcionarios actuales. Mismos hechos mismos derechos, dicta un principio fundamental del derecho.

Sin embargo, no comparto esta forma de abordar el problema por parte de María Jimena. Estoy seguro que todos los Ministros y los funcionarios con algún grado de participación en este tipo de convenios siempre hemos actuado correctamente y de buena fe.

Yo hubiera esperado que María Jimena se enfocara en la verdadera injusticia en AIS. Esto es, en la injusticia cometida contra los funcionarios del Ministerio de Agricultura y en varias anomalías del proceso.

Por ejemplo, ¿por qué dice el Fiscal del caso que AIS sólo benefició a los ricos? Recordemos algunas cifras. A agosto de 2010 AIS había beneficiado 316 mil familias del campo, sobre 1’130,000 hectáreas. Es decir, 1.3 millones de personas, sobre parcelas de 3,6 hectáreas en promedio. El 99% de estas familias son de pequeños y medianos agricultores. A agosto de 2010 el vilipendiado módulo de riego de AIS había beneficiado 33 mil familias, sobre 110,000 hectáreas. Es decir, 130 mil personas, sobre parcelas de 3,3 hectáreas en promedio. El 99% de dichas familias corresponden a pequeños y medianos agricultores quienes, además, recibieron el 94% de los recursos.

Con AIS se irrigaron créditos blandos por 1,5 billones para 85 mil familias (99% pequeñas y medianas). Con AIS se aprobaron proyectos con Incentivo de Capitalización Rural (ICR) por 2 billones, para 123 mil familias (99% pequeñas y medianas). Con AIS se apoyaron proyectos de asistencia técnica integral para 141 mil familias, todas pequeñas y medianas.

¿A alguien le cabe duda que AIS siempre llegó en mayor proporción a pequeños y medianos? A nadie. Pero el Fiscal del caso no quiere entenderlo. Insiste en que sólo se beneficiaron los grandes y los ricos.

Pero supongamos, en gracia de discusión, que el programa hubiera sido creado por el Gobierno para beneficiar sólo a los grandes empresarios del campo. No es verdad, como lo acabo de demostrar, pero en gracia de discusión supongamos que así fue.

¿Es eso delito? No. Jamás. A lo sumo, esto daría para un debate de política pública, para un debate ideológico o, si se quiere, para un debate ético. Estoy dispuesto a darlo. Pero nunca daría para un debate ante un juez penal.

O acaso ¿van a meter a la cárcel a todos los funcionarios de todos los gobiernos que en el pasado crearon programas exclusivamente para los empresarios del campo o de la ciudad (Zonas Francas, CERT’s, Ley 5ª, etc.)?

¿O es que al empresario del campo se le debe presumir delincuente mientras que al de la ciudad honorable?

Estas son preguntas María Jimena puede hacerse si realmente está interesada en que la verdad de este caso no sea sepultada.

Es cierto, AIS no castigó ni excluyó al empresario que genera empleo rural. Más aún, con AIS se crearon o protegieron 386 mil empleos en el campo. Tanto así, que cuando finalicé mi labor en el Ministerio la tasa de desempleo rural había caído a niveles históricamente bajos (7%).

Y, sin embargo, el programa siempre llegó en mayor proporción a pequeños y medianos. Pero el Fiscal del caso no quiere entender.

Como si lo anterior fuera poco, en la audiencia de imputación de cargos contra los cuatro funcionarios los abogados denunciaron la mutilación de pruebas por parte de la Fiscalía. Aparentemente, el Fiscal mutiló las entrevistas con algunos agricultores para tratar de mostrar que el IICA no los había apoyado en el marco de ciencia y tecnología. Si las entrevistas se miraban en su totalidad, dicen los abogados, era evidente que el IICA sí los había apoyado con transferencia de tecnología.

Estos son temas que María Jimena puede tocar si realmente está interesada en que la verdad de este caso no sea sepultada.

No contentos con todo esto, los Fiscales pidieron penas de 50 y 60 años para los cuatro funcionarios. Ello mientras hemos visto cómo tienen libertad condicional tantos otras personas con indicios reales de haber cometido un delito.

Generalmente la detención domiciliaria se concede a madres cabeza de hogar. No obstante, con aquellos funcionarios del Ministerio de Agricultura que demuestran la misma condición la detención domiciliaria fue negada.

La Corte Constitucional ha sido clara en su jurisprudencia. Mientras se adelanta un juicio la cárcel debe ser la excepción y no la regla. La cárcel debe darse cuando se demuestre que la persona es peligrosa. Esto el Fiscal del caso no lo pudo demostrar para los cuatro funcionarios del Ministerio. Ni tienen antecedentes, ni pueden manipular pruebas porque ya no son funcionarios, ni se van a ir del país porque han demostrado suficiente arraigo y porque siempre le han puesto la cara a la justicia.

Estas son algunas anomalías que María Jimena puede abordar si realmente está interesada en que la verdad de este caso no sea sepultada.

¿Sabe María Jimena que el famoso cargo de peculado se derrumbó en la audiencia de imputación?

Esto era de esperarse, pues está demostrado que ningún funcionario del Ministerio de Agricultura se ha robado un solo peso con el módulo de riego de AIS. Por esta razón la Fiscalía sólo pudo aferrarse al cargo de celebración indebida de contratos. Cargo igualmente absurdo por lo expuesto atrás.

¿Sabe María Jimena que el Dr. Salazar, como Viceministro, entregó mapas y pruebas a la Fiscalía que ponen en evidencia la forma en que unos pocos abusaron del programa de riego?

¿Sabe María Jimena que los particulares que abusaron del programa están devolviendo toda la plata, con intereses y garantías, gracias a las denuncias del mismo Juan Camilo Salazar?

¿Sabe María Jimena que la devolución de los recursos fue validada por la Procuraduría y por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca?

¿Sabe María Jimena que en los Autos de dicho Tribunal los Magistrados encontraron que fueron los particulares los que acudieron a maniobras engañosas y a maniobras fraudulentas para inducir en error al Estado?

¿Sabe María Jimena que en el mismo sentido falló la Contraloría General de la República?

Preguntas que puede hacerse María Jimena si realmente está interesada en que la verdad de este caso no sea sepultada.

Alguien está tratando de deformar el abuso de unos pocos (menos del 0,1% de todos los beneficiarios) para castigar a un equipo honorable que participó en un programa que mejoró la calidad de vida de más de 300 mil familias del campo de este país. Es decir, convertir a víctimas en victimarios. Víctimas que, además, ya lograron la reparación para el Estado.

No me extrañaría que los verdugos insistan en que se mezclaron campañas políticas con AIS. NUNCA, léase bien, NUNCA se utilizó el programa para propósitos políticos. Esto bajo la gravedad de juramento. Quien diga lo contrario miente.

¿Por qué será que cuando ciertas personas apoyan a un candidato de buena fe, de manera voluntaria y unilateral, cumpliendo todos los requisitos de ley, y sin pedir o recibir nada a cambio del apoyo se configura un delito; mientras que cuando las mismas personas apoyan a todos los demás candidatos el delito desaparece?

¿Por qué será que cuando todos los ministros de todas las épocas firman convenios con ciertas entidades no existe delito, mientras que cuando uno sólo de ellos los firma el delito aparece en escena?

¿Por qué será que hay gente en la cárcel si el famoso peculado desapareció?

Preguntas que puede hacerse María Jimena si realmente está interesada en que la verdad de este caso no sea sepultada.

Dr. Alejandro, tal como se lo solicité en carta que le envié en noviembre del año pasado, le ruego examine todos estos argumentos para que no se repitan artículos o columnas en la revista que puedan poner en duda mi honorabilidad y transparencia.

Además, desorienta mucho segregar subjetivamente a los funcionarios que están injustamente en la cárcel o, peor aún, insinuar que los Ministros fueron la cabeza de algún tipo de organización.

Estoy convencido de que Usted siempre busca la imparcialidad de la revista, apoyándose en el profesionalismo de los periodistas que trabajan para ella. Gracias por su atención.

Cordialmente
Andrés Felipe Arias