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Casuali-DAS

Valdría la pena preguntarles a los detectives del DAS por qué buscaban información sobre César Gaviria justamente en las fechas en que su hermana fue asesinada.

Daniel Coronell
13 de junio de 2009

Una serie de inexplicables coincidencias muestra que el DAS venía consultando insistentemente información de inteligencia sobre el ex presidente César Gaviria, en los días previos al asesinato de su hermana y el mismo jueves 27 de abril de 2006, horas antes de que un grupo de sicarios acabara con la vida de Liliana Gaviria Trujillo.

El informe que el CTI le presentó al fiscal encargado de investigar los seguimientos ilegales del DAS revela sorprendentes casualidades.

El día 6 de abril de 2006, el sistema de información de inteligencia Sifdas –una base de datos secreta y de acceso estrictamente restringido– fue consultado por José de Jesús Gutiérrez Villalba, adscrito a la Dirección General de Inteligencia del DAS, buscando información confidencial sobre el director del Partido Liberal. Eso fue un jueves, el lunes siguiente, 10 de abril, el mismo detective buscó más datos acerca de César Gaviria.

El 27 de abril de 2006, el encargado de la consulta fue otro funcionario. Julio Hernán Gallego, también a órdenes de la Dirección de Inteligencia, accedió al Sifdas, de nuevo buscando información sobre el ex presidente. La noche de ese día, Liliana Gaviria fue asesinada cerca de Dosquebradas (Risaralda) junto con su escolta, el agente de la Policía José Fernando Vélez.

Hasta el momento cinco hombres, presuntos miembros de la columna Teófilo Forero de las Farc, han sido condenados por el doble crimen. Sin embargo, valdría la pena preguntarles a los detectives Gutiérrez y Gallego –que hoy siguen en el DAS– por orden de quién y por qué razón buscaban información sobre César Gaviria, justamente en esas fechas.

El 17 de enero de 2006, Juan Manuel Santos, por entonces jefe del Partido de La U, aseguró –sin fundamento– que el precandidato liberal Rafael Pardo tenía acuerdos ocultos con las Farc. Ahora el informe del CTI revela que dos semanas antes, detectives del DAS trataban afanosamente de encontrar algo sobre Rafael Pardo.

María Patricia Marroquín Ciendua, dependiente de la Dirección de Inteligencia, consultó el Sifdas el 29 de diciembre de 2005 buscando informes sobre “Pardo Rueda, Rafael”. Dos días antes había hecho lo mismo Édgar Armando Prada, hoy jubilado del DAS.

Una vez estalló el escándalo –y el Presidente se retractó a regañadientes de la acusación–, hubo una nueva averiguación. El 11 de febrero de 2006, la subdirección de análisis del DAS, a través de la funcionaria Gladys Andrea Gómez, volvió a acceder a los archivos confidenciales que el DAS lleva sobre el ex ministro de Defensa.

Otro blanco de estas consultas ha sido el magistrado de la Corte Suprema César Julio Valencia. El miércoles 23 de mayo de 2007, el detective Luis Edwin Medina husmeaba sus datos. Al día siguiente, Valencia reportó que se venían multiplicando las amenazas contra los investigadores de la para-política. En las llamadas intimidatorias a los magistrados auxiliares les notificaban que conocían sus desplazamientos, los de sus cónyuges e hijos.

El 7 de noviembre de 2007, en una ceremonia de conmemoración del salvaje asalto al Palacio de Justicia, Valencia, actuando como presidente de la Corte, condenó la acción criminal del M-19 y al mismo tiempo señaló que la reacción militar había sido “imprudente y demencial”. Ese mismo día reanudaron las pesquisas sobre él. El detective Jonathan Villa, hoy asignado a la seccional del Valle, atendió el encargo que continuaron Juan Evangelista Quijano y Margarita Bruzón.

En enero de 2008, el magistrado contó en una entrevista a la periodista Cecilia Orozco que el Presidente le había mencionado en una llamada a su primo Mario Uribe, procesado por la para-política. Por esa razón, el viernes 25 de enero, el Jefe de Estado presentó una denuncia penal contra Valencia. El lunes siguiente, la agente Consuelo Rodríguez Díaz rastreaba los datos del alto juez en el Sifdas.

Es posible que sean casualidades, pero, sin duda, son muchas.

PD: El procurador Alejandro Ordóñez, en un nuevo acto de sumisión al Ejecutivo, quiere cobrarle al senador Jorge Enrique Robledo sus valerosas denuncias sobre la corrupción del gobierno.

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