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Chávez y Correa otra vez

Soy de los que creen que, a diferencia de Correa, Chávez sí desea normalizar y profundizar sus relaciones con Colombia

Semana
25 de julio de 2009

Asuntos relacionados con la seguridad nacional de Colombia siguen provocando reacciones hostiles en Venezuela y Ecuador. No sucede lo mismo, afortunadamente, con nuestros otros vecinos, Brasil, Perú y Panamá. Con estos últimos hay confianza mutua y cooperación. Con los primeros no, y por eso hay tensiones.

Pero Colombia no puede dejar de buscar su seguridad nacional por todos los medios posibles, aun a costa de incomodar temporalmente a vecinos inamistosos, o de soportar sus pataletas. En la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo no podemos dar tregua y mucho menos para congraciarnos con quienes, en relación con esas amenazas, han adoptado actitudes ambiguas y han hecho un doble juego, en contra del Estado y la sociedad colombiana y a favor de sus enemigos.

Ese doble juego ha sido develado por los computadores de 'Raúl Reyes' y ahora lo corrobora de forma inapelable el video del 'Mono Jojoy'. La carta de 'Marulanda', leída de viva voz por éste último, es certera en su apreciación de fondo: con la captura de esos computadores los secretos de las Farc han dejado de serlo, y esto acarreará inmensos problemas a la guerrilla y a sus aliados. Dicho y hecho. Ahora no cabe ninguna duda de que las Farc aportaron miles de dólares a delegados de la campaña de Correa. Nubia Calderón fue una de las intermediarias de esta entrega. Ella fue detenida por autoridades ecuatorianas con papeles falsos y miles de dólares en efectivo. Pero el juez ecuatoriano Daniel Méndez ordenó liberarla y devolverle el dinero. Al parecer, 'Raúl Reyes' movió sus influencias para lograr esta liberación, lo que se deduce de sus propios documentos. Ahora no parece casual que ese mismo juez haya sido el que pidió a Interpol la captura del ex ministro Juan Manuel Santos por la operación militar que dio de baja a 'Raúl Reyes'.

Otra parte de esos dineros fue entregada al coronel Brito y al general Vargas, lo que comprueba, además, el grado de corrupta infiltración de las Farc en el Ejército ecuatoriano, que le permitió a la guerrilla adquirir durante muchos años toneladas de explosivos, municiones, armas y avituallamientos procedentes de la industria militar ecuatoriana. Ese general Vargas es ahora el flamante embajador de Correa en Venezuela. En lugar de descalificar absurda y tontamente las pruebas que aportan los computadores de 'Reyes' y el contundente video de 'Jojoy', las autoridades ecuatorianas deberían utilizarlas para investigar los hechos y castigar a los responsables.

Por su parte, Chávez eludió pronunciarse sobre el video de 'Jojoy'. Chávez sabe que en los computadores de 'Reyes' hay pruebas irrefutables que lo comprometen y prefiere eludir el tema. Para evitar el escarnio internacional por una causa ya perdida, Chávez declinó públicamente su respaldo a las Farc, y su apoyo real está disminuido al mínimo. No tiene vocación suicida. En cambio, rechazó el acuerdo de cooperación militar aún no firmado entre Colombia y Estados Unidos, que calificó de "amenaza". El punto es dilucidar si esta percepción es real o retórica, pues se debe entender que, de entrada, ante sus propias huestes y ante sus aliados internacionales, Chávez estaba obligado a rechazar ese acuerdo, so riesgo de pasar por timorato o, peor, por cooptado por Obama. Lo único que no podía hacer era quedarse callado.

A pesar de todo, soy de los que creen que, a diferencia de Correa, Chávez sí desea normalizar y profundizar sus relaciones con Colombia, y que esta decisión es definitiva. Por diversas razones, incluso de geopolítica, pero además porque Colombia es, después de Estados Unidos, el segundo proveedor de alimentos a un país que sólo produce el 4 por ciento de lo que consume. Si le fuera tan fácil y conveniente reemplazar los suministros colombianos por otras fuentes, hace años que Chávez lo habría hecho.

Por tanto creo que en esta, como en anteriores ocasiones, los indicadores subjetivos de crisis (comunicados, declaraciones, movimientos diplomáticos) van a ser más importantes que los indicadores objetivos (cierre de fronteras, bloqueos, movimientos de tropas). Colombia debe convencer a los vecinos inquietos de que ese acuerdo no les va a significar ninguna amenaza. El rigor conceptual y la precisión operacional con que se está elaborando no van a dejar lugar a cabos sueltos ni a ambigüedades. "Nada de lo dispuesto en el Acuerdo podrá afectar a terceros Estados", reza uno de sus artículos. El control de su ejecución será totalmente colombiano y a nosotros nos interesa mantener buenas relaciones con los vecinos. El único objetivo del acuerdo es luchar contra el narcotráfico y contra el terrorismo. Y si en estos temas Chávez nada debe y nada teme, con el acuerdo podría dormir tranquilo.

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