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SILVIA PARRA

Ciencia, Tecnología e Innovación no cupo en agenda 2014-2018

Además de inversión, hablemos de crear unas políticas públicas estratégicas y a largo plazo que nos permitan forjar el camino sobre unos cimientos de innovación científica y desarrollo tecnológico.

Silvia Parra
31 de mayo de 2014

Si eran pocos los entusiastas que buscaban sumergirse de lleno en el mundo científico, con seguridad ahora girarán su rumbo hacia los pénsum de marketing, odontología, contabilidad o derecho, y sacarán de sus cabezas la “idea loca” de apostarles a la investigación, al desarrollo y a la innovación, desde cuando constataron que a ninguno de los candidatos presidenciales el tema de la ciencia y la tecnología les cupo dentro de su propuesta de gobierno.

Aburridos quedaron muchos colombianos ante los debates presidenciales y las propuestas donde brillan por su ausencia planteamientos precisos sobre inversión en investigación y desarrollo tecnológico. A pesar de ejemplos evidentes como el de los tigres asiáticos, China, Alemania, Suecia, Bélgica, India e Israel, pareciera que aún nos cuesta creer que la ciencia, la tecnología y la innovación cumplen un papel protagónico en el objetivo de encaminar un país por la vía del desarrollo, construir una base sólida de investigación científica, tecnológica y formar tropas de colombianos debidamente educados y capacitados para soportar adecuadamente esta plataforma, permitirá en menos tiempo que con otras ‘fórmulas mágicas’, generar empleo, solidificar la economía, mejorar la calidad de vida de las personas, nos permitirá vivir en una sociedad más incluyente, mejor conectada con las regiones, construir ciudadanía internacional y abrir espacios de mayor competitividad.

Según datos del Banco Mundial, en el último período (2009-2013), Colombia invirtió en investigación y desarrollo el 0,18 % del PIB. La cifra aumentó 0,01 % con respecto al período anterior (2004 -2008), cuya inversión fue del 0,17 %. Países como Israel, enfocado en convertirse en el próximo referente tecnológico mundial, vienen invirtiendo desde 1994 sobre el 4,5 % de su PIB; este último período 2009-2013 invirtió el 4,77 %; Corea del Sur invirtió el 3,7 %; Alemania, el 2,84 %, y Estados Unidos, el 2,77 %.

Académicos y expertos en desarrollo social y económico coinciden en que es necesario actuar de forma estratégica para el futuro, por ello, están convencidos de que Colombia debe invertir mínimo el 2 % del PIB en investigación y desarrollo, lo que equivaldría a alrededor de 7.000 millones de dólares anuales. Si todavía considera que esta cifra es elevada sólo para invertirla en tecnología y ciencias, hablemos de resultados. 

Hace menos de tres décadas Corea del Sur y Colombia mostraban un desarrollo comparable, con la diferencia de que el país asiático, un país pobre, sin industrias, sin recursos naturales, pudo prever el poder de la tecnología, la ciencia y la innovación para su crecimiento, y desde entonces decidió apostarle al perfeccionamiento de estas actividades. 

Actualmente, Corea del Sur invierte, cada año, alrededor del 3,7 % de su PIB en actividades científicas y tecnológicas. Hoy, lo único que tienen en común Corea del Sur y Colombia es casi la misma cantidad de población y una negociación en “veremos” de un tratado de libre comercio que con nuestra preparación en materia tecnológica, podría ser poco favorable para los colombianos.

Pero además de inversión, hablemos de crear unas políticas públicas estratégicas y a largo plazo que nos permitan forjar el camino sobre unos cimientos de innovación científica y desarrollo tecnológico que abran paso hacia una sociedad del conocimiento. Es necesario que tanto el sector público como el privado trabajen en sinergia buscando el mismo propósito de romper el paradigma del crecimiento y el consumo, y cambiarlo por uno en el que los objetivos sean calidad de vida y sostenibilidad.

En Twitter: @Silvia_parra

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