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Claudia: ¡No se vaya para Opción Verde!

Es inoportuno que el partido de Mockus, Peñalosa y Garzón le esté haciendo ojitos a la analista política Claudia López, quien le aporta mucho más al país desde donde está, que desde una curul en el Congreso.

Semana
29 de enero de 2010

Suena desafortunada e inoportuna la invitación a la analista política Claudia López de parte de los dirigentes del Partido Verde Opción Centro, para que encabece su lista al Senado ante la falta de personas con el peso suficiente que les garantice el éxito en las urnas.

Es desafortunada si se tiene en cuenta que Claudia ha sido una de las más brillantes analistas que han realizado estudios serios sobre el conflicto armado y sobre política en Colombia. Sería una pérdida para el país que se neutralice a quien ha contribuido, de manera positiva, al debate nacional sobre la depuración que necesita la política colombiana y el fortalecimiento de los partidos y las instituciones judiciales.

Es además inoportuna porque, por ejemplo, en estos momentos es cuando se necesita que miembros de la academia y las ONG opinen sobre los efectos que causa el que no se tomen las medidas a tiempo para evitar que los actores armados sigan haciendo de las suyas y se tomen el poder, bien sea filtrando la política, como lo han hecho los paramilitares, o a través de las armas, como pretenden hacerlo las Farc y el ELN.

Cierto es que para que el Congreso de la República sea una institución transparente y sus miembros sean dignos de admirar, se necesita depurarlo. Y qué mejor que sea eligiendo personas con una hoja de vida impecable como la de Claudia López. Pero vale la pena preguntarse si es bueno quemar a alguien como ella, al obligarla a compartir escenarios con personas que tienen abiertas investigaciones por nexos con los paramilitares que en lugar de hacerse a un lado, prefieren seguir atornilladas a una curul, como los senadores Dilian Francisca Toro, Armando Benedetti y Nancy Patricia Gutiérrez.

¿Es válido invitar a alguien como Claudia a que integre bancadas llenas de intereses particulares, donde cada quien se vende al mejor postor sin importar que más adelante terminen involucrados en escándalos como el de las notarías, la ‘yidis-política’, el ‘pomaricazo’ en el gobierno de Andrés Pastrana o el proceso 8.000 en el de Samper?

¿Vale la pena que una persona deje su oficio como investigadora académica para que termine mezclada con una clase política que se niega a renovar, porque se reeligen o eligen a sus amigos y familiares para continuar en el poder, como lo hacen Juan Carlos Martínez, preso por para-política, y Álvaro García, llamado a juicio por las mismas razones?

Es bueno preguntarse qué les aportarían personajes de la farándula y el deporte nacional a los debates que Claudia López pueda dar en el Senado, como por ejemplo Aura Cristina Geithner, el ‘Tino’ Asprilla y René Higuita, el comentarista deportivo Javier Hernández Bonnet o la ex reina de belleza Vanessa Alexandra Mendoza.

Distinto sería si al Congreso llegaran personajes como los representantes Guillermo Rivera y Simón Gaviria, quienes se han caracterizado por dar discusiones serias que el país necesita; o Luis Eladio Pérez, quien posee una gran trayectoria en el sector público.

En el caso de los que aspiran por primera vez no se puede desconocer que existen candidatos con perfiles interesantes, como el ex comisionado de televisión Eduardo Noriega de la Hoz, el ex ministro de Educación Germán Bula, el ex concejal Juan Carlos Flórez y la recién liberada Clara Rojas.

Lastimosamente, como ellos, son pocos para la maraña de politiqueros que seguramente han de continuar como congresistas, sumados a quienes han de llegar como herederos de la para-política.

Es bueno que la académica y analista Claudia López reflexione antes de darles una respuesta Mockus, Peñalosa y Lucho Garzón, quienes han visto en ella una oportunidad de oro para presentarla como cabeza de lista de candidatos al Senado por su movimiento político, sin importarles que en su votación se puedan colar votos malsanos con la intención de hacerle daño y ponerla en el mismo banquillo que están hoy personas a las que ella les destapó sus vínculos con la mafia y el paramilitarismo.

Este país necesita políticos con ética y ganas de trabajar por los más necesitados. También se necesita de quienes desde la academia han puesto a pensar a Colombia, por eso es necesario apoyar este trabajo y no pretender sacarlos de sus ocupaciones, por un claro oportunismo político.

Por cierto: Sorprende la manera como el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, en entrevista con el diario El Tiempo el pasado 24 de enero, reclamó los gloriosos, mientras le deja los dolorosos a la directora del IDU por las obras de TransMilenio y a la Secretaria de Gobierno por las cifras de inseguridad.
 
*Miembro de la Fundación Nuevo Arco Iris.


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